El pasado 22 de septiembre de 2022 la red Ethereum dijo adiós a los mineros. El cambio de esquema de funcionamiento tras 'The Merge' provocó que de la minería de ETH se pasara al llamado 'staking'. Eso hizo que millones de tarjetas gráficas que se habían dedicado a minar esas criptomonedas quedaran como trastos casi inútiles. Y entonces llegó la inteligencia artificial.
Las GPUs que minaban ahora entrenan modelos de IA. Como indican en The Wall Street Journal, algunas empresas que antes vendían sistemas de minado ('rigs') compuestos por varias tarjetas gráficas se han adaptado a los nuevos tiempos. Ahora que lo de minar criptomonedas ya no es lo que era, muchas está redirigiendo sus pasos al campo de la inteligencia artificial, donde esas mismas GPUs pueden servir para entrenar modelos de IA.
Reconversión. En WSJ ponen ejemplos como el de la empresa española Satoshi Spain. De vender equipos de minería de criptomonedas han reconvertido su estrategia y desde hace tiempo ofrecen su nube de servidores con GPUs para poder alquilar esa potencia de cálculo y dedicarla especialmente al campo de la inteligencia artificial. Alejandro Ibáñez de Pedro, fundador de la empresa, explicaba cómo "aún puedes sacar dinero de tu rig de minería. Es la minería 2.0".
"GPUs oscuras". El auge de la minería cripto hizo que durante varios años conseguir una tarjeta gráfica a precios razonables fuera casi imposible. Casi todas acababan siendo adquiridas por entidades dedicadas a la minería de criptomonedas. Cuando la red Ethereum —la más relevante para quienes usaban estos rigs— dijo adiós a estos sistemas de minado, esas tarjetas gráficas quedaron sin propósito. Will Mason, responsable de una startup de IA, calificaba esas GPUs entonces abandonadas a su suerte como "GPUs oscuras".
Lo malo, la memoria. Para minar criptomonedas como ETH, estas tarjetas gráficas resolvían un complejo algoritmo que se ajustaba perfectamente a las prestaciones de GPUs convencionales. La cosa cambia al reutilizarlas para entrenar modelos de IA, y lo hace porque hay un requisito importante en ese proceso: la memoria. Las tarjetas gráficas para videojuegos suelen contar con cantidades limitadas de memoria de vídeo, y eso hace que sea necesario combinar muchas para poder obtener sistemas de entrenamiento de IA válidos, además de invertir en añadir memoria principal y también una gran capacidad de almacenamiento a estos sistemas, que trabajan con ingentes volúmenes de datos.
Una idea que no es nueva. En realidad usar tarjetas gráficas de videojuegos en el ámbito de la inteligencia artificial es algo que se lleva haciendo bastante tiempo. En Xataka contábamos en 2021 cómo Andrés Torrubia (@antor), experto en el campo de la IA, se había montado una bestia con seis RTX 3090 de 24 GB de memoria de vídeo, pero no para minar criptodivisas, sino para investigar en el campo del aprendizaje profundo. Como él mismo explicaba, "el motivo de elegir las 3090 es la memoria, que es calve para DL". Con otras tarjetas más modestas podría trabajar, pero todo iría más lento porque como explicaba, los modelos de lenguaje basados en transformadores —como el usado en ChatGPT— "son muy glotones en memoria".
Una opción a las nubes comerciales. Normalmente quienes necesitan entrenar modelos recurren a las grandes infraestructuras en la nube que plantean empresas como Microsoft o Amazon, pero esas empresas de minería cripto que se han reconvertido ofrecen una alternativa. En WSJ explican cómo esos recursos de estas nuevas infraestructuras están siendo usadas por startups de IA o universidades que tienen problemas a la hora de acceder a máquinas para entrenar sus modelos.
Miles de GPUs unidas. Han surgido incluso startups como la india Monster, que ha logrado reunir 30.000 de esos chips que antes se usaban para minería de criptomonedas. Las han adaptado y han creado un centro de datos dedicado a ofrecer servicios de computación en la nube. Su fundador, Saurabh Vij, ha llegado a acuerdos con mineros para comprarles las GPUs que ellos ya no iban a utilizar. No fue del todo difícil, porque como él mismo comentaba, cuando la minería ETH se acabó "la gente comenzó a entrar en pánico".
Imagen | Pixabay
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