¡Trágate ese sapo! El método para afrontar y terminar las tareas que más se nos atragantan en el día a día

  • Este método te enseña a diferenciar lo importante de lo urgente

  • Mark Twain dijo: "Si tienes que comerte una rana, hazlo a primera hora". Te mostramos cómo hacerlo

Trágate ese sapo
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Comerse un sapo para desayunar puede parecer algo muy poco motivador, pero hacerlo en sentido metafórico, es una de las mejores técnicas para dejar de procrastinar y aprender a dar la debida importancia a las tareas prioritarias.

Mark Twain dijo una vez:”Si tienes que comerte un sapo, lo mejor es hacerlo a primera hora de la mañana y nada peor te sucederá durante el resto del día”. El escritor Brian Tracy recogió esta metáfora para desarrollar esta técnica de productividad en su libro ‘¡Tráguese ese sapo!’.

Los sapos, mejor a primera hora. Comerse un sapo (metafóricamente hablando) es un trago amargo que vas querer evitar a toda costa porque ya sabes de antemano que va a resultar desagradable. Pero es tu responsabilidad y tienes que completarla. Por lo que lo mejor es arrancarte la tirita de un tirón y terminarla cuanto antes.

El objetivo de esta técnica es identificar aquellas tareas importantes y desafiantes, para programarlas a primera hora de la mañana, cuando tu cerebro se encuentra descansado. Tu prioridad absoluta será comerte tu sapo antes de abrir el correo, de recibir llamadas o que simplemente encuentres cualquier excusa para no hacerla. Lo intentarás, pero debes mantener tu determinación de comerte ese sapo.

Solo un sapo al día. La estrategia de esta técnica es realizar solo una tarea compleja al día. Esta tarea no debe ocuparte más de cuatro horas de tu jornada. Si se va a extender más allá de esas cuatro horas, lo mejor es dividirla en otras tareas más pequeñas y afrontarla en varios días, pero solo una al día. Completar esta tarea hará que tu nivel de motivación crezca para el resto del día ya que afrontas el resto de la jornada con la parte más dura del trabajo ya hecho.

Lo importante no siempre es urgente. Una de las claves del éxito de esta tarea es que se basa en aplicar una técnica de trabajo profundo enfocada a una tarea que va a tener un impacto directo en tu proyecto, en tus estudios o en el trabajo de tu equipo a medio o largo plazo. Eso es importante, pero no siempre es urgente.

Las tareas “urgentes”, como rellenar informes, responder correos o hacer propuestas, aunque son una parte muy necesaria, tienen un recorrido muy corto y no contribuyen al desarrollo de tu trabajo, que es lo realmente importante. La saturación de esas tareas urgentes es lo que impide el avance de las importantes. Programa esas “tareas urgentes” en tu lista de tareas para cuando termines el primer bloque de trabajo profundo de tu jornada.

El hábito te ayudará a avanzar. Comerte un sapo al día debe convertirse en un hábito diario a la hora de planificar tu lista de tareas. Cuanto más utilices este sistema, mayores serán tus avances ya que podrás mirar atrás y comprobar que tu progresión es real y no se detiene.

Además, el hábito de usar este tipo de planificación te servirá para diferenciar mejor “tus sapos” y a no dejar que la complejidad de una tarea sea motivo para postergarla. ¡Sabes cómo comerte ese tipo de sapos, y lo haces!

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Imagen | Pexels (David McPictures)

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