Llevamos una semana evaluando el comportamiento del servicio Vodafone 4G, y durante estos días han surgido muchas reflexiones importantes sobre el futuro de la telefonía móvil y de Internet en el móvil. El cambio es, sencillamente, brutal.
Podéis consultar los resultados de esas pruebas en Xataka Móvil, donde nos hemos ceñido a esa evaluación del comportamiento "en números" de una conexión 4G. Ahora toca hacer balance y valorar qué ofrece realmente en un escenario real una tecnología que da un salto dramático en las conexiones de datos en nuestros dispositivos móviles.
Estableciendo paralelismos: evolución en Internet "fija"
Cuánto han cambiado las cosas. Para los que tenemos unos añitos y hemos vivido los primerísimos tiempos de Internet en España la situación actual es la culminación de una pequeña utopía. El salto de aquellos módems de 56 kbps a las primeras conexiones ADSL fue absolutamente revolucionario.
A partir de ahí la cosa siguió mejorando. No sin protestas, no sin dificultades, no sin las odiosas pero inevitables comparaciones con otros países en los que las conexiones ADSL eran más baratas y más rápidas. Sin embargo, en los últimos tiempos la competitividad ha dado su resultado y nos encontramos con un mercado muy asentado, con ofertas muy aceptables y tasas de transferencia destacables.
La fibra óptica, por supuesto, ha vuelto a sacudir el mercado, con unas tasas que dejan mordiendo el polvo a las que ofrecían las líneas ADSL y unos precios muy atractivos... si uno les saca partido a estas conexiones.
El camino en telefonía móvil ha sido similar, con unos primeros tiempos en los que aquel "entrañable" protocolo WAP no parecía prometer demasiadas alegrías a los usuarios de telefonía móvil. Pero las cosas mejoraron, primero con las redes 2G, y más tarde con unas redes 3G que hoy en día son en muchos países del mundo un pilar imprescindible del día a día de los propietarios de un smartphone o un tablet.
Y así estábamos. Con unas redes 3G que cumplían en la mayoría de los casos pero que aún así nos hacían aspirar a esa banda ancha móvil de la que todo el mundo hablaba. Y esa banda ancha llegó con el desembarco, al fin, de la tecnología 4G /LTE.
El salto cualtitativo más importante de la telefonía móvil
Tener en las manos un móvil con conectividad 4G es sencillamente asombroso. Vodafone 4G ha sido la primera red en llegar a nuestro país, y aunque su implantación no ha hecho más que empezar su camino, las pruebas --de nuevo os remitimos al artículo de Xataka Móvil-- dejan clara la capacidad de estas redes.
Para ponernos en situación, la sensación es similar a lo que uno vive al pasar de una conexión ADSL "convencional", con 10 Mbps de bajada y 1 Mbps de subida, a una conexión de fibra 10 veces más potente en ambos sentidos.
En el caso de la telefonía fija ese cambio es impactante también por el hecho de que la tasa de transferencia real de la fibra se acerca mucho más a esos máximos teóricos que nos venden, cuando en las conexiones ADSL hay factores --como la distancia a la central-- que determinan el rendimiento real de dichas conexiones.
Pero en telefonía móvil, el salto de 3G a 4G, aunque similar, es aún más impactante. Las velocidades de descarga se multiplican por 10 (como mínimo) pero las velocidades de carga de datos son 20, 30, 50 veces mayores que las que disfrutábamos hasta ahora. Y eso hace que las posibilidades de Internet en el móvil se multipliquen de igual forma.
¿Quién necesita 4G?
Obviamente no todo el mundo necesita hoy en día una conexión de este tipo: las tasas de transferencia son absolutamente brutales, con picos que pueden llegar teóricamente a los 150 Mbps en descarga y 50 Mbps en carga de datos.
Aun sin llegar a esas cifras de momento, lo cierto es que esos números asustan. ¿Quién necesita descargar a 150 Mbps ( o más bien, 50 Mbps por el momento) en el móvil? Hoy en día, muy pocos. Y sin embargo, esa opción está ya disponible y a un precio realmente destacable que, eso sí, se limita con esos 10 GB de tráfico al mes que nos devuelven a la realidad --actual-- de la telefonía 4G.
Lo mismo ocurre con el canal de subida, que se sale aún más de lo normal para ofrecer tasas de transferencia que son excepcionales incluso para escenarios masivos como la subida de vídeo o esa posible sincronización continua de datos que hacen posible estas conexiones. La oferta está ahí, pero como en el caso de la fibra, hay que evaluar si realmente sacaremos partido de este tipo de tasas de transferencia antes de lanzarnos a su contratación.
Escenarios de uso
Muchas reflexiones surgen tras estos días con una conexión 4G en el móvil. La primera, por supuesto, es la de las posibles situaciones en las que servicios como el de Vodafone 4G pueden resultar útiles.
Por supuesto, la mejora es apreciable en el día a día: descargar el correo, navegar por Internet o escuchar música en servicios de streaming será igualmente posible y tendremos más garantías de un mejor rendimiento, pero todas estas operaciones ya quedaban cubiertas de forma más que aceptable por las conexiones 3G en la mayoría de los casos.
Pero claro, la telefonía 4G da pie a la implantación de muchas opciones que hasta la fecha no permitía la infraestructura 3G actual. Se nos ocurren entre ellas las siguientes:
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Streaming de vídeo: Con servicios de contenidos de vídeo (televisión películas, series, documentales) que llegarán a través del móvil en alta calidad y con una oferta masiva.
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Trabajo en la nube: Trabajar con el móvil se convierte en toda una realidad, sobre todo si compartimos la conexión con soluciones mucho más orientadas al trabajo y la productividad como los portátiles.
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Sincronización masiva de datos: Este proceso también abre sus puertas ante la capacidad de las conexiones 4G. No más esperar a llegar a casa o a una zona con cobertura WiFi para subir a la cuenta de Facebook o Google+ ese vídeo de alta calidad o esas fotos a tope de resolución que acabamos de sacar con nuestro smartphone con cámara de 13 Mpíxeles.
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Juegos online en el móvil: Ya comentamos en los resultados de las pruebas que las latencias se reducen y los pings demuestran el buen comportamiento de esos tiempos de respuesta. Eso podría impulsar el juego online en el móvil (insisto, juego online en el móvil) para situarlo a un nivel idéntico al que ahora tiene el juego desde el PC, portátil, o consola.
Las posibilidades parecen casi ilimitadas. Tanto como lo eran en el mundo de la telefonía fija con esas conexiones ADSL cada vez más versátiles y potentes, pero con la diferencia de que en este caso las conexiones 4G nos dotarán de esa potencia de forma totalmente ubicua. Ya no tendremos que estar en casa para acceder a unas posibilidades que hasta ahora parecían casi de ciencia ficción.
¿Es necesaria la telefonía fija?
Por supuesto, esa llegada de la telefonía 4G nos hace plantearnos aún más la necesidad de la telefonía fija. Cada vez más usuarios evitan el uso de líneas fijas en el hogar: su uso de Internet era muy limitado, y la telefonía fija no compensaba por su coste.
El problema, claro está, era que Internet móvil no daba acceso a todas las ventajas de las tarifas planas ADSL. Pero la tecnología 4G podría representar un paso más en la obsolescencia de la telefonía fija. Sobre todo por un dato muy significativo que he podido comprobar en mis carnes.
Y es que actualmente tengo una línea ADSL2+ que me ofrece unos 16 Mbps sostenidos en el canal de bajada, y unos 2 Mbps sostenidos en el de subida. La conexión con Vodafone 4G según nuestras pruebas, atención, es 3 veces más rápida en bajada, y casi 10 veces más rápida en subida. ¿Qué impide que abandone mi línea ADSL?
Pues un único factor: el límite de transferencia. Por ahora las redes de datos móviles siguen imponiendo la cantidad de datos que podemos descargar, y hoy por hoy ese es el gran pero de Vodafone 4G. Teniendo en cuenta que la telefonía 3G ofrece normalmente límites de 1 GB de tráfico al mes, contar con tan solo 10 GB con una conexión 4G es un verdadero problema. Porque a 50 Mbps de bajada, creedme, esos 10 GB se quedarán cortos muy rápidos si les sacamos partido.
Conclusiones
A falta de que esa ansiada --pero de momento imposible-- tarifa plana de datos móviles llegue junto a las conexiones 4G, nos encontramos ante un panorama que aún así es enormemente interesante para los usuarios de telefonía móvil.
Y es que salvo por ese apartado, todo son ventajas en este desembarco de Vodafone 4G al que solo le queda asentarse --como en el resto del mercado en nuestro país-- para llegar a (casi) todo y a (casi) todos como ahora lo hace la telefonía 3G.
El coste de dicha opción es más que asumible para los usuarios exigentes en tráfico de datos, y el salto cualitativo es absolutamente brutal. Solo nos queda ver cómo van apareciendo servicios y prestaciones que saquen provecho de unas tasas de transferencia que, sin duda --y aunque suene a frase grandilocuente-- dan lugar a una nueva era en la telefonía móvil.
El teléfono LG Optimus G y la SIM 4G han sido cedidos para la prueba por parte de Vodafone. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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