En EEUU quieren compostar cadáveres de seres humanos porque, en fin, solo se muere una vez

En EEUU quieren compostar cadáveres de seres humanos porque, en fin, solo se muere una vez
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Mientras escribo esto, en el estado norteamericano de Washington, se está decidiendo si los seres humanos somos buen abono. No lo dicen exactamente así, pero esa es la idea. En los últimos años, la búsqueda de alternativas a la incineración o el entierro tradicional está cada vez más extendida.

Y en Washington, muchos han puesto sus ojos sobre una idea que, a priori, parece bastante rara: hacerse compost.

¿El ciclo de la vida?

Wendy Scofield 531052 Unsplash 1

En uno de sus primeros libros, el escritor ficticio Klaas Ébru nos habla de un mundo en que, al morir, los sacerdotes introducen semillas en el cuerpo de cada cadáver y lo entierran sin ataúdes, ni lienzos para que la carne de alimenta a un árbol fuerte, triste y con hojas de muchos colores. Aunque la descripción que hace Ébru de los “bosques de los muertos” es estremecedora y, a la vez, macabramente divertida, no he podido dejar de acordarme de ellos a medida que leía el proyecto de ley del senador estatal Jamie Pedersen.

Pedersen quiere permitir el compostaje de los cadáveres para acelerar su descomposición y convertirlos en un nutritivo abono que podría usarse. El proceso es muy similar al del compostaje tradicional: se deposita el cuerpo en una cámara con material orgánico como astillas de madera o paja y se espera un mes aproximadamente para que finalice la descomposición.

“Hay mucha gente en todo el estado entusiasmado con la posibilidad de convertirse en un árbol o tener una alternativa diferente a la tradicional” explicaba Pedersen en la cadena NBC. Dicho así, no suena mal y, aunque está claro que “convertirse en árbol” no es una idea completamente nueva, la iniciativa de Washington puede ser un revulsivo en un mundo muy estricto y tradicional.

Morir innovadoramente

Pero quizás lo más interesante, es que la iniciativa está espoleando la investigación en el tema. Durante los últimos años, la profesora Lynne Carpeter-Boggs de la Universidad Estatal de Washington ha estado haciendo pruebas con hasta seis donantes para estudiar la viabilidad del proceso y comprobar que se puede controlar la propagación de parásitos dañinos, algo que preocupaba especialmente a los políticos del estado.

Aunque aún no se ha publicado el estudio, los datos que se han presentado en el Senado de Washington parecen positivos. Eso allana el camino a la iniciativa toda vez que fue el principal escollo cuando se intentó hace un par de años. Sea como sea, lo que parece claro es que el mundillo del enterramiento está cambiando y quizás es buena idea que indaguemos sobre ello en el futuro.

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