Comprar cualquier cosa por internet ha pasado de ser una opción a tener en cuenta a prácticamente la primera y lógica decisión a tomar para muchos. Los tiempos de entrega cada vez menores gracias a los esfuerzos de grandes empresas como Amazon han ayudado a que eso sea así.
Pero aún con los envíos rápidos, los seguimientos al detalle de los pedidos y la atención rápida al cliente que han logrado muchas tiendas siempre hay alguna que otra historia para no dormir con una compra online. Hemos preguntado a nuestro equipo por las peores anécdotas que han tenido, y no decepcionan.
El cubo de basura
María González todavía se arrepiente de haber elegido quedarse en casa para encargar un cubo de basura:
Un cubo de basura... en Leroy Merlín. ¿Que quién compra un cubo de basura por Internet? Yo. El caso es que pedí un cubo de basura grande y metálico que me gustó y me llegó con el pedal roto. Era un cubo bastante grande y aparatoso así que no me lo mandaron enviar de vuelta (pero tuve que buscar dónde ir a tirarlo). Me volvieron a enviar otro y venía con un golpe en la tapa que hacía que no abriera bien. Volví a quejarme y tras intercambiar varios tweets o correos (no recuerdo) me devolvieron el dinero. Ahí se portaron, pero lo de tener que andar peleando e insistiendo por un simple cubo de basura no se lo recomiendo a nadie. Acabé con el dinero y con dos cubos de basura que literalmente tuve que tirar. PD: El siguiente cubo de basura vino de Amazon y cero problemas.
El pago más inseguro del mundo...
Pilar Fernández quiso comprar un Curry Arquitecto de la mítica serie Los Fraggles a través de una tienda física americana que aceptaba pedidos a distancia. Recibió bien el paquete, pero Pilar tuvo que hacer el pago enviando por correo literalmente un sobre con el dinero dentro.
... y los muebles más tardíos de la historia
Conozco a un amigo que compró unos muebles. Seis meses más tarde seguía esperando, pero sabía que era de un sitio que tardaba bastante en mandarlos. A los ocho meses y después de varios correos en los que le decían que "estaban en ello" ve en las noticias que UK le había puesto a la empresa una especie de prohibición y que probablemente cerrarían.
De repente la página de Facebook de esta compañía dejó de permitir las valoraciones y tooooooodos los mensajes estaban llenos de gente llamándoles estafadores y ladrones. Diez meses después los muebles llegaron.
El reloj "nuevo"
Javier Lacort nos cuenta cómo un ex-compañero de trabajo pidió un reloj Braun, que tuvo que devolver por tener un defecto. Recibió una unidad de reemplazo, pero... esa unidad estaba muy usada, con pegamento mal puesto y con marcas de mucho uso. No es precisamente lo que se espera de una "unidad de sustitución", aunque finalmente le mandaron otra unidad más en mejores condiciones.
¿No querías caldo?
Juan Fernandez vivió en sus carnes el dicho de las dos tazas:
Yo hace tres navidades pedí un libro de regalo por Amazon que venía de Reino Unido. Había huelga de Correos en Barajas (o eso creo recordar) y no llegó. Protesté dos veces y con cada protesta decían que me mandaban uno nuevo y nada. Al final, a lo largo de los meses siguientes, me acabaron llegando tres ejemplares y nunca nadie me cobró nada...
Démonos una vuelta por Europa
Ana Díez ya ha tachado una tienda de zapatos de su lista de portales donde comprar:
Pedí unas botas a una tienda inglesa llamada The Outnet, salieron de UK, se confundieron al mandarlas a España directamente y estuvieron 15 días dando tumbos en Francia, Bélgica, Alemania y vuelta... viajaron más que yo. Cada día que visitaba la página de DHL era una nueva aventura .Todo ello con las consiguientes disculpas y tal...
Las tallas no internacionales
Nuestra compañera Rosa Vázquez pidió una falda talla XXL en la tienda china SheIn... y lo que llegó era la versión "de bolsillo" de esa talla. Un reemplazo era imposible estando a pocos días de un bautizo para el que se necesitaba esa falda, así que con algunos apaños y robando tela de los bolsillos consiguió apurar un buen arreglo como podéis ver en la imagen superior. A día de hoy, Rosa siempre elige las tallas más grandes en esa tienda para salvar esa diferencia de tamaños.
Mira de cerca esas naranjas
Termino con una historia vivida en mis carnes para intentar demostrar que, a veces, es el propio cliente el que contribuye a que una compra online se complique.
Hace unas semanas pedí, entre otras cosas, tres naranjas de mesa a Amazon Prime Now (concretamente a Dia). Recibí esas tres naranjas, pero tenían un aspecto extraño. Abrí una y por dentro tenía un color muy extraño, y un sabor que no auguraba nada bueno. Avisé a Amazon y me reembolsaron el dinero de las naranjas, tirando la que había abierto.
Me olvidé de las dos restantes, que siguieron en la nevera. Dos días más tarde le conté a un amigo que vino de visita el tema, enseñándole y abriendo una de las dos naranjas que quedaban. El amigo se cortó un trozo, se lo comió ante mi cara de estupor y con toda la tranquilidad del mundo, me dijo:
"Miguel, esto son pomelos".
Imágenes | smemon, thecampbell
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