La UE se ha empeñado en dar el salto al coche eléctrico: diez ventajas de quedarse en un híbrido enchufable

La UE se ha empeñado en dar el salto al coche eléctrico: diez ventajas de quedarse en un híbrido enchufable
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Europa está plenamente decidida a saltar al coche eléctrico. El mejor ejemplo es la prohibición de vender vehículos con motores de combustión a partir de 2035, salvo excepciones que aún están por determinar. Un camino que empezará mucho antes, con la futura normativa Euro 7 y su drástica limitación a las emisiones contaminantes, lo que implicará una obligatoria electrificación del mercado.

El problema es que en esta carrera por popularizar el coche eléctrico, da la sensación de que queremos correr antes de andar. De momento, los coches eléctricos son vehículos caros y la necesidad de cantidades ingentes de litio no parece que juegue a favor de su abaratamiento. A esto se suma la pobre red de recarga en la carretera. España tiene aquí un grave problema en la expansión de esta tecnología. De hecho, Europa se ha puesto manos a la obra para evitar que este tipo de situaciones se enquisten en los diferentes países del continente.

Es lógico, por tanto, que las dudas asalten al comprador de un coche nuevo. Quedarse en la combustión parece atarse al pasado. Quizás no haya llegado el momento para apostar por el coche eléctrico, una tecnología que, sin duda, tiene mucho camino a desarrollar y mejorar en los próximos años. Pero si queremos disfrutar de las ventajas del coche eléctrico sin renunciar a las del vehículo de combustión, un híbrido enchufable se presenta como la opción perfecta.

Las 10 ventajas de un híbrido enchufable

Estamos viviendo un momento de inflexión en la industria del automóvil, dejando atrás los motores de combustión y apostando fuertemente por la electrificación. Sin embargo, si queremos un coche con el que movernos por poco dinero y viajar tranquilos con regularidad, el híbrido enchufable cuenta con una serie de ventajas que pasamos a desgranar.

DGT

Pegatina Cero emisiones

Comprar un coche ya es sinónimo de mirar qué pegatina medioambiental de la DGT nos tocará llevar en el parabrisas en los próximos años. Esto es especialmente importante si tenemos en cuenta que, como explicamos más abajo, son decisivas a la hora de establecer qué restricciones nos afectarán si se activan protocolos anticontaminación o en las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).

En el caso de un híbrido enchufable, estos vehículos suelen recibir el etiquetado medioambiental Cero emisiones. Esta distinción la reciben todos aquellos vehículos cuyas baterías les permiten recorrer más de 40 kilómetros en modo exclusivamente eléctricos. Además, hay que tener en cuenta que en países como Alemania, las ayudas a la compra son más restrictivas, por lo que esta cifra suele aumentar para poder ser competitivos en dicho mercado.

Una batería a tener en cuenta

¿Qué diferencia a un híbrido enchufable de uno de batería autorrecargable o de un eléctrico? A grandes rasgos, el tamaño de su batería. Cuando hablamos de un híbrido, nos referimos a un coche que puede moverse mediante gasolina, en modo exclusivamente eléctrico o con ambos motores funcionando solidariamente para conseguir el mayor rendimiento.

Los híbridos se apoyan en los motores eléctricos para entregar mayor potencia puntualmente o moverse sin gastar absolutamente nada de gasolina. Con un híbrido autorrecargable, la batería se llena aprovechando al energía liberada durante la frenada del vehículo. Ésta energía eléctrica almacenada se utiliza para circular "a vela" o en tramos cortos de la conducción, eliminando las fases más ineficientes de los motores de combustión.

La ventaja de un híbrido enchufable es que su batería no es tan grande como la de un coche eléctrico, pero sí superan los 10 kWh como mínimo de almacenamiento. Esto permite que los PHEV superen, como mínimo, los 40 kilómetros en modo exclusivamente eléctrico que exige la DGT. Sin embargo, estas cifras han crecido en los últimos años y algunos modelos, incluso, se acercan (y hasta superan) al centenar de kilómetros disponibles sin expulsar emisiones contaminantes.

ZBE

Las ZBE: el año del cambio

2023 será el año del cambio en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes en nuestro país. Como se recoge en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, todas estas urbes (y aquellas con más de 20.000 habitantes e informes ambientales desfavorables) tendrán que diseñar Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) con el objetivo de mejorar su calidad del aire.

El diseño de estas ZBE está en manos de los ayuntamientos que pueden aplicar cualquier tipo de medida con tal de alcanzar el objetivo, lo que no quiere decir que vehículos como la etiqueta B tengan que estar excluidos por norma. Tampoco que no puedan circular los coches sin pegatina, como en Madrid y Barcelona.

Sin embargo, otros consistorios (como se plantea en la localidad madrileña de Fuenlabrada) ya se plantean que haya espacios donde sólo podrán circular vehículos con etiqueta Cero emisiones, precisamente la que muestran estos híbridos enchufables.

Ahora híbrido, ahora eléctrico

Como decíamos, cuando un híbrido enchufable no circula en modo exclusivamente eléctrico, lo hace como un híbrido de batería autorrecargable o tradicional. Es decir, sólo se apoya en la batería en fases de aceleración, en las que el motor de combustión es menos eficiente o durante breves periodos de tiempo.

¿Qué sentido tiene esto? Bien, guardar el electricidad en la batería puede llegar a tener mucho sentido. Como decíamos, algunas ciudades están estudiando la posibilidad de obligar a circular con vehículos cero emisiones por algunas de sus calles. Pero, hay más, ya se ha planteado que esto sólo se pueda hacer en modo exclusivamente eléctrico.

Ciudades como Fuenlabrada (Madrid) ya plantean calles exclusivas para vehículos Cero emisiones

De hecho, ciudades como Madrid ya han probado lo que se denominan "radares de contaminación". Son cámaras que detectan si un coche está siendo usado con su motor de combustión o en modo exclusivamente eléctrico. Además, modelos como el Kia Niro PHEV pueden primar el uso de la batería para circular por los entornos urbanos. Así, cuando se señala en el navegador una ruta, activan y desactivan automáticamente este modo.

No es de extrañar que, poco a poco, se impongan espacios donde sólo se pueda circular en modo exclusivamente eléctrico. Es un debate que ya se ha puesto sobre la mesa relacionado con las ZBE pero también para implementar en los entornos de lugares especialmente sensibles, como colegios u hospitales.

Coste por kilómetro muy bajo

Utilizar un híbrido enchufable es sinónimo de consumir menos gasolina en cualquier condición. En primer lugar, hay que tener en cuenta que es un vehículo ideal para quien realiza una cantidad de kilómetros cercana a la autonomía eléctrica de su vehículo. Es decir, si en el día a día cubrimos la mayor parte de nuestro recorrido en modo exclusivamente eléctrico, el ahorro está garantizado.

Los híbrido enchufables utilizan por norma general tomas de carga lenta. Esto no es un problema en este tipo de automóviles, pues la batería no es tan grande como la de un eléctrico. Esto permite tener todas sus capacidades eléctricas disponibles en unas cinco o seis horas (a lo sumo) con un enchufe doméstico de 2,3 kW.

El coste de recarga con un enchufe doméstico es muy bajo, mucho más por la noche. Esto hace que, con una tarifa contratada de 0,20 kWh de consumo, recargar por completo la batería de un híbrido enchufable alcance los 2,50 euros si hablamos de vehículos con baterías de 15 kWh. Esto pueden recorrer entre 60 y 70 kilómetros en modo eléctrico. Siendo así, el comprador de este tipo de automóviles gastará unos 3,50 euros por cada 100 kilómetros.

Hay que tener en cuenta que la gasolina y el diésel se han situado cerca de los dos euros por cada litro de combustible. De mantenerse estos precios, un vehículo que consuma 6 litros/100 kilómetros, estará haciendo un gasto de entre 10 y 12 euros. El ahorro en este caso es considerable en el día a día.

Híbrido

Recargas gratis en puntos de carga lenta

Estos datos son teniendo en cuenta cifras de recargas domésticas. Pero el híbrido enchufable cuenta con otro punto a su favor: las recargas gratuitas. Algunos ayuntamientos, restaurantes o centros comerciales, entre otros espacios, cuentan con puntos de recarga gratuitos.

El principal problema aquí para los vehículos eléctricos es que estos puntos de recarga suelen estar muy limitados en tiempo o potencia de carga, por lo que llenar sus grandes baterías de forma gratuita es factible pero mucho más costoso.

Un híbrido enchufable puede aprovechar más eficientemente estos puntos, pues como hemos visto, en el peor de los casos un enchufe de 2,3 W ya permitirá recargar entre un 20 y un 25% de la batería. A poco que la potencia ofrecida sea mayor, el tiempo de carga se reducirá drásticamente y el volumen de energía eléctrica acumulada en ese tiempo se disparará, por lo que llenar las baterías de forma gratuita es un valor a tener muy en cuenta.

Menos gasolina, sí o sí

Tanto si enchufamos nuestro vehículo a una toma doméstica como si lo enchufamos a un punto de carga público, el ahorro de gasolina con un híbrido enchufable es evidente. Pero, además, si no aprovechamos esta capacidad, el gasto en gasolina también será menor que con un vehículo de combustión.

Y es que, como decíamos, cuando un híbrido enchufable funciona sin el modo eléctrico, se convierte en un híbrido de batería autorrecargable o tradicional. Esto le permitirá ahorrar unas décimas de combustible en carretera abierta, con la circulación a vela, pero el ahorro será mucho más evidente en el entorno urbano o en los atascos, donde tirará de la batería en las arrancadas, eliminando la parte más ineficiente del bloque de gasolina.

El confort del motor eléctrico

Es algo que se destaca en los vehículos eléctricos y que se suele pasar por alto cuando hablamos de híbridos enchufables. Los usuarios de los automóviles cero emisiones suelen destacar una ventaja por encima de todas a la hora de conducir: el confort de marcha.

Cuando el vehículo se mueve únicamente con el motor eléctrico, se reducen las vibraciones al mínimo y se elimina el sonido del propulsor de combustión. Una incomodidad que no resulta evidente hasta que la dejamos a un lado. De hecho, en mi experiencia propia, cuando se sube conmigo a un coche eléctrico una persona que nunca había estado antes en uno, lo primero que destaca es lo silencioso que son este tipo de automóviles.

Moves III

Ayudas del Plan Moves III

Otra ventaja que no debemos pasar por alto. La compra de vehículos Cero emisiones está subvencionada en España con el Plan Moves III y en ella, por supuesto, se incluyen los vehículos híbridos enchufables. Hay que tener en cuenta, eso sí, que sólo pueden optar a esta ayuda aquellos automóviles cuyo precio de venta al público sea inferior a 45.000 euros (sin IVA).

Las ayudas, en todo caso, son las siguientes:

  • PHEV de entre 30 y 90 kilómetros de autonomía eléctrica: 2.500 euros sin achatarramiento y 5.000 euros con el achatarramiento de un vehículo antiguo.
  • PHEV con más de 90 kilómetros de autonomía eléctrica: 4.500 euros sin achatarramiento y 7.000 euros si se achatarra un vehículo antiguo.

Lo mejor de los dos mundos

En resumidas cuentas, el híbrido enchufable es un coche ideal para quien realiza decenas de kilómetros a diario (especialmente si entra dentro del rango de acción de su batería) pero quiere un coche con el que pueda desentenderse de los problemas de los vehículos eléctricos.

En caso de querer salir de viaje, con un híbrido enchufable no es necesario planear dónde cargar el coche o confirmar en el destino si tendremos un punto de carga disponible. En ese sentido, un híbrido enchufable aporta una gran libertad a sus compradores.

Pero, además, en ciudad sigue disfrutando de todas las ventajas del coche eléctrico. Su ahorro en el día a día es evidente (y en un viaje seguimos disfrutando de un híbrido cuando se termine la batería eléctrica) y aporta el confort de marcha de los eléctricos. Además, garantiza librarse de la inmensa mayoría de las restricciones a la circulación y, llegado el día, podría circular en modo exclusivamente eléctrico en aquellas zonas donde fuera indispensable.

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