Francia se ha atrevido a dar el paso. Europa está por decidirlo. Y eso puede ser un problema para Tesla. La posibilidad de imponer unos aranceles al coche eléctrico llegado desde China puede ser un problema para Elon Musk, que tiene en el país asiático su principal proveedor de vehículos para Europa.
En primer lugar, Francia. El país galo, que ya presionaba para que la Unión Europea tomara medidas contra los vehículos eléctricos llegados desde China, ha decidido tomar partido sacando de las ayudas a estos automóviles. La medida es, en realidad, un juego de equilibrios para sortear las posibles reprimendas europeas.
Para entender las reglas económicas y de competitividad del mercado europeo, podemos poner como ejemplo lo sucedido en España entre 2018 y 2019. En primer lugar, el Gobierno anunció que prohibiría vender vehículos con motor de combustión en 2040. Una decidisión sobre la que la Unión Europea mostró sus dudas y que, finalmente, provocó la rectificación del Gobierno.
¿Por qué sucedió esto? Porque Europa consideraba que prohibir la venta de vehículos con motores de combustión era discriminatorio si en el marco general de la Unión Europea sí podían venderse ese tipo de coches. Para tomar una medida similar, era necesaria la acción del organismo continental. Una acción que ha terminado por tomarse... con algunos matices.
Para evitar posibles vetos llegados desde Europa, Francia obvia hablar de coches eléctricos chinos en sus futuras ayudas a la compra. En su lugar, utiliza un criterio climático, en el que aplica una suma de emisiones CO2 en el proceso de producción y distribución. Si la cifra supera la cantidad estipulada, el coche eléctrico queda fuera de las ayudas.
El sistema, evidentemente, perjudica a todos los coches que no se fabriquen en Europa. En primer lugar porque se considera que en China se produce mayor contaminación durante el proceso productivo que en Europa. Si a eso le sumamos una distribución mucho más costosa en términos ambientales, saca de la ecuación a estos automóviles.
Hay que recordar que la propia Unión Europea ya trabaja con criterios similares para las baterías que son comercializadas en Europa, a las que espera aplicar un pasaporte en el que quede reflejado el tipo de materiales utilizados y qué volumen de ellos son reciclados. También la cantidad de emisiones producidas durante su fabricación.
La cuestión es que, evidentemente, no todos los coches eléctricos que se venden en Francia y que llegan desde china son de fabricantes chinos. Tesla tiene en el Model Y su coche más vendido en Europa y, cómo no, también es el coche eléctrico más vendido en el país galo.
Tesla fabrica en Shanghai tanto el Model Y como el Model 3, sus vehículos más exitosos. Con el Tesla Model 3 sí tendría un verdadero problema pero la berlina está en claro retroceso desde que el SUV eléctrico puede comprarse en Europa. Y el SUV sí lo fabrica en Berlín. Con recolocar parte de la distribución de este coche y que aquellos que se encuentren en un precio elegible para las ayudas llegaran desde Alemania sería suficiente
Los aranceles europeos son su verdadero problema
Aunque salir de las ayudas francesas es importante, la solución parece sencilla y el daño con el Tesla Model 3 reparable. Sin embargo, la investigación de la Unión Europea sí debe preocupar más a la compañía de Elon Musk.
Los organismos del continente están estudiando qué beneficios ha dado el Gobierno chino a los fabricantes y, así, decidir si éstos están contando con una ayuda estatal adicional que les permite ofertar vehículos eléctricos a un precio mucho más asequible. En esta investigación, según explican desde Bloomberg, mencionando a fuentes internas, está Tesla.
La firma estadounidense se podría haber aprovechado de ventajas fiscales o prestamos en condiciones muy ventajosas. Pero es que, además, mientras que algunos fabricantes europeos se vieron en la obligación de asociarse con firmas chinas para operar en el mercado local, Tesla no ha tenido que realizar este trámite y siempre ha podido operar por libre, con la bendición del Estado chino.
Ahora, Europa estudiará si ésto le ha beneficiado económicamente y le ha permitido situar sus vehículos en un precio mucho más competitivo que el de los rivales. Las posibles medidas, de llevarse a cabo, prevén aranceles y otro tipo de compensaciones.
El problema para Tesla es importante pues, según Schmidt Automotive Research en un informe del que se hace eco el diario económico, en los primeros siete meses de 2023 Tesla vendió en Europa un total de 93.700 vehículos fabricados en China, lo que supone el 47% de sus ventas en todo el mundo. El único fabricante capaz de seguirle el ritmo ha sido MG, que ha colocado 57.500 automóviles llegados desde China.
Incluso fabricantes europeos, como BMW o Renault, estarían en el ojo del huracán, según informan desde Bloomberg, pese a que estas marcas sí tuvieron que asociarse con fabricantes locales para poder operar en China. SAIC o BYD serían otros dos gigantes chinos que formarían parte de las investigaciones.
La duda es si Europa, finalmente, se atreverá o no a aplicar aranceles al coche eléctrico chino. Desde el país asiático ya han mostrado su malestar ante la investigación pero sus organismos serán consultados para entender en qué medida estos fabricantes han podido beneficiarse de los subsidios chinos.
En Bloomberg destacan que las ayudas recibidas en otros mercados, como las bicicletas eléctricas o la fibra óptica, han permitido a las empresas chinas operar con márgenes de entre un 4 y un 17% a su favor. Cifras que son claves en el mercado del automóvil europeo que con la transición al coche eléctrico está haciendo malabares para mantener los márgenes de beneficios sin hundir el volumen de ventas.
Foto | Tesla
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