"No veo el momento en el que Lamborghini cuente con un coche eléctrico. El público sigue reacio", nos aseguraba uno de los responsables de la compañía durante nuestra visita a Italia para conocer y ponernos a los mandos del Lamborghini Revuelto.
La compañía del toro sigue dudando sobre un futuro completamente eléctrico. Las posiciones políticas en Europa han ido presionando a la inmensa mayoría de las marcas a proponer una hoja de ruta basa en el "sólo eléctrico". Una estrategia que, pasado un tiempo, muchas empresas están recalculando.
Entre los superdeportivos y marcas de hiperlujo, la cosa no es muy distinta. Lotus ha lanzado un vehículo completamente eléctrico pero su traspaso a Geely hace años está detrás de todo. El Rolls-Royce Spectre parece estar siendo todo un éxito. Y, al mismo tiempo, compañías como Bentley, que habían anunciado una hoja de ruta directa al coche eléctrico, han empezado a retrasar sus planes.
Entre idas y venidas, Lamborghini no parece tener claro el salto al coche eléctrico total. Estos son los motivos que flotan en el ambiente.
Un camino incierto
El último en dar su opinión sobre el salto al coche eléctrico de Lamborghini ha sido Rouven Mohr, responsable Técnico de Automóviles de Lamborghini, en una entrevista con Motor 1.
Tenemos que convencer a los clientes de que la experiencia de conducción eléctrica aporta algo más de lo que se puede tener en el mundo de la combustión. Solo así puedes convencer a los compradores emocionales de que salten al coche eléctrico
Preguntado sobre un futuro completamente eléctrico de la marca, Mohr explicaba al medio anglosajón que la compañía se encuentra en un momento perfecto con la hibridación con la que "puede vivir 10 años más". "Pero también creo que Lamborghini necesita hacer la transición (al coche eléctrico), porque es solo cuestión de tiempo que la mentalidad cambie", reconocía el responsable de la firma italiana.
En la entrevista, Mohr explicaba que es necesario abordar el enfoque que se quiere dar a un coche eléctrico que lleve "el ADN de Lamborghini". "No se trata solo de dar la máxima potencia, la máxima aceleración. Eso es lo básico (...) No estamos pensando en traer otro coche eléctrico estándar. No es así. Necesitas una diferenciación", recalcan desde la marca.
Es, precisamente, la diferenciación de lo que viven compañías como Lamborghini. De momento, las marcas de superdeportivos parecen estar buscando su propio camino y, jugando con las futuras normas de emisiones, entender qué tipo de oferta pueden entregar a sus clientes.
Si todo marcha según lo esperado, en la segunda mitad de 2025 deberíamos conocer al primer coche eléctrico de Ferrari. Los de Maranello parecen estar dispuestos a dar el paso y entregar el coche a sus primeros clientes en 2026. Sin embargo, todo alrededor del superdeportivo sigue siendo una incógnita.
Por el camino, los responsables del proyecto han asegurado que buscan "firmas de sonido" con las que "despertar emociones". Según Mohr, este camino de tratar de imitar la motor de combustión no es el que debería seguir Lamborghini. Pone como ejemplo el Hyundai Ioniq 5N y su cambio de marchas simulado. "Si me preguntas si (este peculiar cambio de marchas) se ajusta a la marca Lamborghini, no tanto. Desde nuestra perspectiva, tenemos que ir un paso más allá", subraya.
Convencer a los clientes no parece tarea fácil. Algunas compañías, como Aston Martin, han retrasado sus planes para poner un eléctrico en el mercado: "Sentimos una falta real de demanda de los consumidores. Hablamos con nuestros distribuidores, hablamos con nuestros clientes; cuando tienes una red pequeña, puedes comunicarte fácilmente. Y todo el mundo nos dice que todavía queremos escuchar el motor, olerlo", aseguraba Lawerence Stroll hace unos pocos meses.
Sentimientos con los que coinciden en Lamborghini, como nos hicieron llegar desde la propia marca. No hay que pasar por alto que Europa ha abierto la puerta a los combustibles sintéticos o los motores de combustión que sean neutros en CO2 (como los que queman hidrógeno), lo que permitirá seguir poniendo superdeportivos en la calle con motores térmicos.
Hay que tener en cuenta que los combustibles sintéticos han sido criticados por su alto coste para el usuario final pero eso pasa a un segundo plano cuando hablamos de firmas como Lamborghini, Ferrari o Aston Martin. Pero, además, esto mismo puede ayudarles a diferenciar su producto, con superdeportivos poco (o nada) electrificados que se encuentren en lo más alto de su gama.
Desde la marca nos aseguraban en una charla informal que sí contemplaban esta posibilidad. De hecho, admitían que la adopción generalizada del coche eléctrico puede serles de utilidad, ya que se creará una mayor expectación y un mayor interés si ofrecen un coche con motor térmico. Sería algo así como un último reducto deseable.
Ponían, además, el caso de Rimac. El CEO de la marca que ha creado el superdeportivo eléctrico más famoso del mundo se ha mostrado muy contrario a las políticas europeas. Su valor diferencial era, precisamente, tener un coche eléctrico completamente diferente a todo lo que se hace hasta ahora pero asegura que las presiones para saltar a esta tecnología han creado un rechazo que les afecta negativamente en las ventas.
Lo que está claro es que, si la hoja de ruta se mantiene, Lamborghini presentará un coche eléctrico en 2028 pero no será un superdeportivo como el Revuelto. Será un derivado del Lamborghini Lanzador Concept, un SUV de aspecto coupé con un enfoque parecido al del Lamborghini Urus. Es decir, hablamos de un coche "para el día a día" del cliente de la marca del toro y no en un gran superdeportivo. Un coche que hará las funciones de volumen de la compañía.
Foto | Lamborghini
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