La gran barrera de Renfe en su expansión hacia Europa se llama Francia: política y geográficamente

Tren
15 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Cuando de calendario ferroviario se trata, los Pirineos marcan la diferencia. A pesar de su sintonía en otras áreas o del "tratado de amistad" suscrito hace apenas un par de meses por los presidentes Macron y Sánchez, España y Francia parecen tener prioridades distintas en lo que a infraestructura ferroviaria se refiere. Así lo ha demostrado el Ejecutivo galo a la hora de enfocar dos infraestructuras cruciales para que España se enlace con el resto de Europa: los corredores Mediterráneo y Atlántico. En París se plantean no tener listos los tramos clave de su territorio hasta 2035 o 2042, una demora que ya ha llevado a Bruselas a darle un toque.

¿Cuáles son las fechas? ¿Y las razones?

El Corredor Atlántico. El nombre es elocuente. El Corredor Atlántico es básicamente un amplio "pasillo" ferroviario que incluye más de 8.200 kilómetros entre Portugal, España, Francia y Alemania que quiere mejorar la vertebración de Europa desde su fachada Atlántica. Uno de sus principales objetivos —y así lo reconocen desde el Ministerio de Transportes de España— es "favorecer el transporte de mercancías con las mejores vías". También el de viajeros.

Para lograrlo son necesarias sin embargo una serie de mejoras en la red ferroviaria, como la que Francia debe acometer en su territorio para la conexión con la "Y vasca". El problema es que, según se desprende de las recomendaciones del Consejo de Orientación de Infraestructuras (COI )de Francia, París se plantea no completar el tramo de alta velocidad entre Burdeos y Dax hasta 2042. Diario Vasco precisa que la extensión desde Las Landas hasta Hendaya ni siquiera figura en el informe publicado por el Ejecutivo galo con sus planes ferroviarios.

Renfe y Ouigo

El Corredor Mediterráneo. Otra infraestructura clave para España: un "pasillo" ferroviario entre Algeciras y la frontera francesa para enlazarse, a su vez, con una red que vertebre Europa de Norte a Sur, sumando unos 3.500 kilómetros repartidos a lo largo de varios países. Al igual que ocurre con el Corredor Atlántico, el rol de París resulta esencial para su impulso. Al otro lado de la frontera deben realizarse mejoras los tramos Montpelier-Beziers y Beziers-Perpiñán. El primero estaría finalizado entre 2033 y 2035. Para el segundo, el horizonte es 2042.

Que no se realicen los trabajos no significa —explicaba en febrero a ElDiario.es Josep Vicent Boira, el coordinador del Corredor Mediterráneo en España— que los trenes no vayan a poder pasar. Ya lo hacen hoy. El miedo es otro: que produzca un cuello de botella en el servicio. "A medio plazo puede haber un problema de falta de capacidad en las actuales vías para asumir todos los tráficos de viajeros y mercancías que el Corredor va a generar”, lamenta Boira.

Una cuestión de calendarios. La Red Transeuropea de Transportes se acompañada de un calendario claro, que marca el horizonte de 2030 para las infraestructuras consideradas básicas. En España el Gobierno lleva ya tiempo insistiendo en que tiene esa fecha marcada en su calendario de obras prioritarias. "El escenario máximo para finalizar el Corredor Mediterráneo es 2030, que es el plazo que marca Europa", incidía a finales de 2022 la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. Con ese telón de fondo, ni en Madrid ni en Bruselas ha sentado bien el "tempo" que se han marcado en París, ni su orden de prioridades.

Movimiento de ficha en España y Bruselas. Pedro Sánchez ya ha asegurado que reclamará a Francia que acelere la conexión con la "Y" vasca y reconocía en febrero, poco después de celebrar una cumbre con Macron en Barcelona, su "sorpresa" por el informe que aplaza la finalización de las obras a 2042.

La Comisión Europea (CE)  también "lamentaba" hace poco la postura gala, e insistía, en declaraciones a la agencia Europa Press: "Debe dar prioridad a los tramos transfronterizos [...]. Los planes de Francia no son compatibles con las obras de España en la 'Y vasca'"."Es un asunto que seguimos con mucha atención, de hecho hemos previsto contactos a nivel técnico con las autoridades francesas en las próximas semanas para aclarar algunos asuntos", aseguraba hace unos días el portavoz de Transportes del Ejecutivo comunitario, Adalbert Jahnz.

¿Y qué dice Francia? Que en ningún momento se ha "comprometido" con España a terminar los corredores de alta velocidad en 2030. A finales de febrero, en plena polémica y con Sánchez reconociendo su sorpresa ante el "timing" galo, París salió al paso de las críticas asegurando que "nunca se ha contemplado 2030" para la conclusión del Corredor Atlántico y que, si bien se habló de esa fecha para la infraestructura del Mediterráneo, no llegó a concretarse nada en la declaración conjunta con la que se cerró la cumbre celebrada en enero en Barcelona.

Una fecha, dos versiones. "Ese compromiso fue resuelto no solo de la conversación que tuvo la ministra de Transportes con su homólogo, sino del que tuve yo con el presidente de la República Francesa en la cumbre", zanjó Sánchez. La versión es distinta desde París. Fuentes oficiales galas aseguran a El Periódico que en ningún momento se contempló ni acordó durante la reunión de Barcelona el horizonte de 2030 para las conexiones del Corredor Atlántico.

"En cuanto a un objetivo alrededor de 2030 para el Corredor Mediterráneo, sí se mencionó en Barcelona, pero no se escribió en la declaración conjunta de los dos presidentes", añaden. Al menos en lo que se refiere al Mediterráneo, Boira señala que los planes de París muestran que "prioriza las conexiones de su red interior".

Imágenes: André Marques 432 (Flickr) y Phil Richards (Flickr)

En Xataka: Renfe llama a una puerta que parecía cerrada desde hace unos cuantos años: la de Lisboa

Comentarios cerrados
Inicio