Lo más probable es que, cuando diga Volvo, pienses en seguridad. La marca sueca ha conseguido que se la tenga como uno de los fabricantes más seguros del mundo, a pesar de que muchos de los sistemas que implementan ya los tienen la mayor parte de los fabricantes.
De hecho, a partir de 2024, todos los vehículos nuevos que se vendan en Europa deberán contar con un paquete de ayudas ADAS que elevará sensiblemente la seguridad al volante. Pero eso es otra historia a la que nos ocupa.
Si bien Volvo cuenta ahora con sistemas de seguridad que ya se utilizan en muchos otros modelos de la competencia, la firma permitió que otros fabricantes utilizaran el que, probablemente, haya sido el sistema de seguridad más efectivo de la historia del automóvil: el cinturón de seguridad.
Tan simple como eficaz
Aunque todavía hay quien omite su uso, con sanciones más duras desde este año, el cinturón de seguridad se ha convertido en un elemento imprescindible en cualquier vehículo moderno. Su uso ha salvado cientos de miles de vidas y durante tres años perteneció exclusivamente a Volvo.
Y es que en 1959, la firma sueca lanzó al mercado el primer vehículo con un cinturón de seguridad de tres puntos. Como más tarde explicó Nils Bohlin, su verdadero inventor, al New York Times, se trataba de buscar una solución sencilla de seguridad que, además, se pudiera poner con una sola mano.
El concepto era tan simple como amarrar al conductor al asiento en la parte inferior y superior del tronco. Por separado, el sistema funcionaba pero, todo unido, su mecanismo era muy sencillo de activar y, además, muy eficaz, por lo que decidieron implementarlo.
Conscientes del buen resultado y de que el invento podía salvar miles de vidas, Volvo decidió liberar la patente poco después para que cualquier fabricante pudiera utilizar este sencillo sistema.
Para no salir volando
Pero, además, la invención del cinturón de seguridad tiene otra curiosidad. Antes de ser contratado por Volvo, Nils Bohlin trabajaba como ingeniero para la división aeronáutica de Saab.
Durante todo ese tiempo, Bohlin centró su trabajo en desarrollar asientos eyectables para aviones, con el objetivo de que los pasajeros pudieran salir despedidos del avión antes de que éste chocara contra el suelo en un fatal accidente.
Pero la fama le llegó a Bohlin con el cinturón de seguridad, un invento que, curiosamente, buscaba evitar por todos los medios los efectos contrarios que había desarrollado hasta ahora. Tal y como él mismo demostró con un estudio, permanecer pegado al asiento en caso de accidente era la mejor opción y evitaba las heridas graves en la práctica totalidad de los accidentes cuando se circula por debajo de los 100 km/h.
Su invento le permitió ser reconocido por su país como una de las figuras más importantes del mismo en materia de seguridad y automoción. De hecho, en 1989 fue incluido en el Salón de la Fama de la Seguridad y la Salud, cuatro años después de retirarse de Volvo. Además, en 1999 fue incluido en el estadounidense Salón de la Fama del Automóvil.
Imagen: Chris Martin
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