Cataluña quiere restringir la circulación a los coches con etiqueta B de la DGT en las ZBE: estos son los plazos y las ciudades

  • El Govern quiere sacar adelante un plan para homogeneizar las restricciones entre ciudades

  • Los municipios, con sus excepciones, tienen en sus manos la aplicación efectiva

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Las etiquetas medioambientales de la DGT se han utilizado hasta ahora para definir las limitaciones y las prohibiciones para circular por las grandes ciudades. Lo hizo Barcelona con su enorme zona de bajas emisiones (ZBE) y también lo hizo Madrid con un Madrid Central mucho más comedido pero, también, más restrictivo.

Posteriormente, las restricciones en Madrid se han ido ampliando hasta el punto que, si no hay cambios, el año que viene no podrá circular por el municipio de Madrid ningún coche sin etiqueta, sea o no residente en la ciudad. El Gobierno también introdujo la obligatoriedad el año pasado de contar con una zona de bajas emisiones en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes. Algo que pocos municipios han cumplido.

Donde sí se han implantado, la mayor parte de los municipios han optado por limitaciones similares: poner dificultades a la conducción de coches sin etiqueta medioambiental. En Madrid, como decimos, es donde más complicaciones se han puesto. En Barcelona, no pueden moverse por la ciudad entre las 07:00 y las 20:00 de la tarde de los días laborables

Aunque algunas desinformaciones han apuntado a que las zonas de bajas emisiones también prohibirían la circulación a vehículos con pegatina B, lo cierto es que hasta ahora no se ha dado el paso. Sí es cierto que en el centro de la capital, lo que antes se llamaba Madrid Central, hay que cumplir con algunos requisitos para circular por su interior con un coche con este distintivo, como estacionar el coche en un aparcamiento, ya sea público o privado.

Aunque haya caído en el olvido, Madrid tiene restricciones más fuertes si se activan los episodios de alta contaminación. Los mismos que en 2016 prohibieron circular a algunos vehículos en función del número de su matrícula, salvo que fueran híbridos o eléctricos, entre otras excepciones.

Ahora es Cataluña la que quiere aplicar criterios parecidos.

Cataluña, a un paso de regular la etiqueta B en las ZBE

Según explican en El Periódico, el Govern está ultimando la aprobación de un plan de calidad de la aire que dé cobertura a todas las zonas de bajas emisiones de la comunidad autónoma.

Con él se pretende homogeneizar criterios en todas las ciudades de la región con más de 20.000 habitantes. La idea es establecer dos hojas de ruta, discriminando las ciudades por su número de habitantes.

Con el calendario que se quiere aprobar, a partir del 1 de enero de 2026, las ciudades de más de 50.000 habitantes tendrán que prohibir la circulación a los coches con etiqueta B de la DGT (la amarilla, correspondiente a los gasolina de entre los años 2000 y 2006 o diésel de entre los años 2006 y 2014) los días que se activen episodios por alta contaminación.

A esta medida le seguirá una nueva prohibición. Si el plan que el Govern tiene sobre la mesa sale adelante, a partir del 1 de enero de 2028, estas ciudades estarán obligadas a prohibir la circulación de los coches con etiqueta B de la DGT en sus zonas de bajas emisiones.

Para los municipios con 20.000 habitantes, las prohibiciones serán más suaves. A partir del 1 de enero de 2026 tendrán que vetar a los coches que no cuentan con distintivo medioambiental de la DGT (los gasolina anteriores al año 2000 y los diésel anteriores a 2006). A partir del 1 de enero de 2028, la prohibición se extenderá a los coches con etiqueta B los días que se activen los protocolos por alta contaminación.

Todo esto, como decimos, son las líneas generales sobre las que se quieren asentar las prohibiciones en Cataluña. A partir de ellas, las ciudades son las que tienen que delimitar el espacio de sus zonas de bajas emisiones, así como las posibles excepciones que se apliquen a la norma. Habrá que definir qué uso podrán hacer del vehículo los transportistas o las personas de rentas bajas, por ejemplo.

Es decir, como ya ha sucedido con las zonas de bajas emisiones, que apenas han sido aplicadas por un puñado de ciudades a las que, además, el Gobierno pide que diseñen sus propios proyectos anticontaminación, serán los municipios los que realmente tengan en su manos hasta dónde llegan con sus restricciones y, en la práctica, qué efecto tendrá este calendario que se marca el Govern catalán.

Imagen | Marek Lumi

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