Si la batería LFP es el futuro, Europa tiene buenas noticias: CATL fabricará aquí una de sus mayores esperanzas

La industria empieza a dividirse entre las baterías LFP y las NMC y NCA, cada una con sus propias ventajas

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Con el coche eléctrico también ha llegado una nueva forma de entender el vehículo. Más allá de las enormes capacidades en materias de conectividad, las infinitas pantallas o los tipos y estándares de recargas, hay otras siglas con las que el gran público empieza a familiarizarse. Entre ellas, el tipo de baterías.

Con los vehículos eléctricos que se lanzan al mercado, la industria está librando una batalla en lo que a baterías se refiere: LFP, NMC o NCA. Estas dos últimas son baterías que ofrecen soporte para recargas más rápidas, mayores potencias para los motores y una mayor autonomía. Y, sin embargo, parte de la industria se está decantando por las baterías LFP.

Aunque las ventajas de las baterías NMC o NCA son evidentes, también lo son sus desventajas. Pese a que la densidad de energía es mayor, la producción de acumuladores de energía basadas en níquel, cobalto y manganeso (NMC) o níquel, cobalto y aluminio (NCA) es mucho más cara y, por tanto, el precio final para el consumidor también lo es.

En los últimos meses hemos visto cómo el precio del níquel se ha desbocado y la extracción de cobalto no deja de estar en el punto de mira por las peligrosas condiciones a las que se enfrentan los trabajadores. Además, aunque de mayor rendimiento, también se espera que su vida útil sea más corta y las degradaciones más acusadas, especialmente cuando se someten a recargas muy potentes y rápidas.

Por ello, algunos fabricantes están optando por las baterías LFP como el movimiento lógico de la industria. Aunque contraintuitivo, el movimiento de optar por baterías de menor autonomía pero una vida útil mucho más longeva puede tener sentido. Especialmente en aquellos automóviles que quieran asentarse en la posición más económica del mercado. Un suelo que el coche eléctrico parece estar elevando a una horquilla de entre 20.000 y 25.000 euros.

Las esperanzas puestas en la nueva batería de CATL

En este contexto, los avances que ha realizado CATL, el mayor productor mundial de baterías para vehículos, en sus acumuladores LFP han centrado todas las miradas, teniendo en cuenta que prometen cifras de récord.

Como te contamos el pasado mes de agosto, la compañía dice contar con una batería LFP con autonomía para 700 kilómetros y, sobre todo, capaz de recargar hasta 400 kilómetros en apenas 10 minutos. En media hora puede almacenar hasta el 80% de la energía total disponible. Es, según sus informaciones, la primera batería LFP que soporta carga ultrarrápida 4C.

Las promesas no quedan ahí, pues CATL también ha puesto el foco en el frío, un enemigo importante para el coche eléctrico, especialmente durante las recargas. La compañía china asegura que puede cumplir con la promesa de recargar 400 kilómetros en 10 minutos también con temperaturas de hasta 10 grados bajo cero.

Para conseguir estos datos, CATL asegura que cuenta con un nuevo ánodo de grafito y una nueva formulación química en el interior de la batería que facilita su transporte y la convierte en un acumulador de energía más seguro.

La buena noticia es que ya sabíamos que CATL produciría estos acumuladores de energía en China pero ahora también sabemos que también se ensamblarán en Europa. Concretamente en Alemania y Hungría, como confirmó Gao Pengfei, ingeniero jefe de la compañía, en el IAA Mobility de Múnich, según recogen en CarNewsChina.

La batería debería llegar en el primer trimestre de 2024 montada en el Avatr 12, un nuevo coche eléctrico producido como resultado de una joint venture entre Changan Auto, Huawei y CATL. Esta enorme berlina incluirá la nueva batería de CATL y variantes mecánicas de 313 CV (un motor) y 518 CV (dos motores), con autonomías prometidas de entre 650 y 700 kilómetros.

Como decíamos, la producción de esta batería también se llevará a cabo en Alemania y se espera que lo haga en Hungría, donde la compañía China levantará una enorme planta de 100 GWh de capacidad en la que se espera una inversión de 7.340 millones de euros.

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Foto | CATL

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