En enero fueron las suspensiones de primeras dosis y desabastecimiento para inocular las segundas por problemas de producción de Pfizer y retrasos de Moderna en la entrega de viales. En marzo, los casos de trombos en vacunados con AstraZeneca que erosionaron duramente la confianza en esta vacuna y obligaron a reconsiderar los grupos de edad a los que iba dirigida. Y en abril, nuevos casos de trombos en mujeres jóvenes y de mediana edad vacunadas con Janssen en Estados Unidos, algo que desembocó en Johnson & Johnson paralizando la administración de dosis de su propia vacuna.
La carrera de la vacunación contra el COVID-19, uno de los grandes sucesos de nuestras vidas, está presentando algunas complicaciones, y esta última es especialmente delicada: la de Janssen es una vacuna clave para alcanzar los plazos marcados por el Gobierno de España, que fijó para la última semana de agosto la cifra de 33 millones de vacunados: el 70% de la población española, y por tanto, la anhelada inmunidad de grupo. Sin embargo, la vacuna que no necesita ni ultracongeladores ni una segunda dosis está en una pausa de la que habrá que ver cuándo sale, y de qué forma. Cualquier día que pase sin que se recurra a sus dosis pondrá más en entredicho la consecución del objetivo veraniego.
395.154 dosis diarias hasta el 31 de agosto
El primer grupo al que se le iba a administrar esta vacuna antes de que la farmacéutica anunciase una suspensión de su administración era al de ciudadanos de entre 70 y 79 años, quien hasta ahora también había recibido dosis de Pfizer y de Moderna.
Un día antes de que fueran a ser administradas las primeras dosis únicas de Janssen en España, este miércoles 14 de abril, apareció la recomendación del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, quien pidió dejar de administrar dosis de esta vacuna tras detectar seis casos de trombos en mujeres de entre 18 y 48 años que la habían recibido. Uno de esos casos fue mortal y en total 6,8 millones de estadounidenses recibieron la dosis de Janssen. Un suceso similar al que ocurrió semanas atrás con AstraZeneca y que derivó en que solo los mayores de 60 años recibirían esta vacuna, aunque sus beneficios siguen estando muy por encima de sus riesgos.
Momento de hacer cuentas y lanzar hipótesis respecto a Janssen para ver qué necesita España para llegar al objetivo marcado, el de la inmunidad de grupo a finales de agosto. A fecha de 13 de abril, según el Ministerio de Sanidad:
- Dosis administradas: 11.073.567.
- Vacunados con pauta completa: 3.136.091.
- Vacunados con una dosis: 7.937.566.
- Días que faltan para el 31 de agosto: 139.
- Promedio diario de dosis en la última semana: 298.379.
Las previsiones del Gobierno en cuanto a dosis recibidas en los próximos meses llegan hasta el mes de junio, el segundo trimestre completo. Para entonces se prevé que lleguen 20 millones de dosis de Pfizer, 7 millones de AstraZeneca, 5,5 millones de Janssen (equivalente a 11 millones del resto de vacunas) y 3,5 millones de Moderna.
Para alcanzar la inmunidad de grupo (33 millones de vacunados) en España en la última semana de agosto, haría falta seguir poniendo dosis hasta alcanzar las 66 millones para entonces. Si ya hay algo más de 11 millones administradas, y todas las vacunas empleadas hasta el momento son de doble dosis, la cifra que resta desde ahora hasta ese 31 de agosto es de exactamente 54.926.343 dosis. En los 139 días que faltan para esa fecha queda un promedio de 395.154 dosis diarias necesarias contando que todas sean dobles. Veamos qué ocurre en dos escenarios distintos respecto al uso de Janssen, que permitiría bajar esa cifra.
Si finalmente no se utiliza la vacuna Janssen
Si finalmente la vacuna Janssen no es utilizada en España (un escenario que parece muy poco probable), habría que cubrir esas casi 55 millones de dosis con el resto de vacunas aprobadas y en uso. Como las cantidades aseguradas solo cubren a día de hoy el segundo trimestre, no podemos saber si en el tercer trimestre, el de verano, llegaríamos o no al objetivo. Dependeríamos de las cantidades recibidas entre julio y septiembre. Pedro Sánchez dijo que España tenía firmadas 87 millones de dosis entre abril y septiembre, sin desgranar por farmacéuticas. Una simple resta vale para fijar en 51 millones de dosis en verano. Si el reparto es similar al del segundo trimestre, también sería suficiente sin Janssen, al menos para cubrir primeras dosis y tener viales suficientes para cuando llegue el momento de la segunda.
Sin los datos de vacunas aseguradas para el tercer trimestre desglosados por farmacéuticas no podemos saber si sería suficiente sin Janssen, pero sí lo sería para el objetivo de finales de junio... con matices
Lo que sí podemos saber es si para finales de junio hay suficientes dosis sin Janssen. Y además, tanto Pfizer como Moderna han anunciado un aumento de la previsión de dosis entregadas a la Unión Europea. El objetivo que puso el Gobierno de España para la semana del 20 de junio fue de 15 millones de vacunados (30 millones de dosis).
A fecha de hoy hay, redondeando, 11 millones de dosis administradas. Las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca aseguradas hasta junio suman 30,5 millones de dosis. Si administramos todas, más de 40 millones de dosis entre esas y las ya inoculadas hasta la fecha. Alcanza para llegar a esos 15 millones de vacunados a finales de junio, aunque sería de esperar un cuello de botella provocado por el plazo de 3, 4 o 12 semanas entre dosis. El carácter monodosis de Janssen hacía mucho más rápida esa inmunidad total por no tener que esperar a esa ventana. En ese sentido se complicarían un poco los plazos, y no por no tener vacunas suficientes, sino por la espera necesaria entre dosis. Janssen es, de lejos, la más rápida.
Aunque para finales de junio no se administrasen todas las segundas dosis necesarias para alcanzar el objetivo de 15 millones de vacunados por una cuestión de tiempo entre dosis, los ensayos clínicos dejan en buen lugar la inmunidad obtenida tras una sola dosis para las tres vacunas que se están administrando ahora mismo en España: Pfizer, Moderna y AstraZeneca, con un 52%, 64% y 80% de eficacia respectivamente.
No solo se reduce el riesgo de manifestar síntomas en caso de contagio, sino que es menos probable que en el caso de que se den síntomas, sean graves. Andalucía, de hecho, ha pedido espaciar la segunda dosis de Pfizer y Moderna para poder llegar a más población con un pinchazo de forma temprana. Italia y Francia ya aprobaron ampliar esa ventana de 21 a 42 días por el mismo motivo.
Si se utiliza la vacuna Janssen dentro de pocos días
Si la farmacéutica reanuda sus entregas y el Gobierno español decide avanzar en la campaña de vacunación con Janssen en pocos días, de forma que el retraso sea muy leve, el total de dosis disponibles en el segundo trimestre llegaría a los 36 millones: 30,5 de doble dosis y 5,5 monodosis. 20,75 millones de vacunados potenciales en total a los que hay que sumar los 3,1 millones ya vacunados. Dependeríamos del tiempo que tardásemos en retomar la campaña con Janssen.
Una reanudación de Janssen en España permitiría tener dosis de sobra como para alcanzar a tiempo el objetivo marcado a finales de junio
Aunque el inicio de la vacunación fue lento, también por la compleja logística de vacunas a internos en residencias desplazándose hasta ellas, y por los retrasos en las entregas, el ritmo actual es el previsto (el porcentaje de vacunas administradas sobre las recibidas ronda el 85%-90%) y los países de la Unión Europea, que siguen una estrategia conjunta, avanzan a ritmos muy similares. Si la vacuna Janssen acaba siendo aprobada y se reanuda la vacunación con ella, los ritmos podrían seguir como hasta ahora y sería mucho más viable llegar a los objetivos marcados. Un pequeño retraso en la administración sería fácil de corregir a lo largo de los próximos cuatro meses si se decide que, como con AstraZeneca, los beneficios superan a los riesgos.
Una mayor comprensión de por qué se producen estos raros casos de trombos tras recibir las vacunas Janssen y AstraZeneca (ambas actúan como vacunas de vectores virales) podría aumentar la confianza en su uso, sobre todo si como sugieren los primeros estudios, serían cuadros tratables además de muy infrecuentes. Y en ese caso, cada vez habría menos motivos para pensar que no llegaríamos a la inmunidad grupal a finales de verano.
Imagen | MDGovpics
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