El gran misterio de nuestra temperatura corporal: no deja de bajar globalmente y aún no sabemos por qué

Termometro
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¿Cuál es la temperatura corporal de una persona? Creemos que es una pregunta sencilla cuya respuesta aprendimos en el colegio. 37 grados. Por supuesto la respuesta es más compleja e incluye un importante detalle: desde que comenzamos a medir nuestra temperatura corporal ésta no ha parado de bajar. El motivo podría estar en nuestro microbioma.

37 grados y bajando. Desde que en el siglo XIX los primeros estudios que fijaron la temperatura corporal “normal” en 37º Celsius los expertos han observado un descenso gradual (a razón de unas tres milésimas de grado por año) de la temperatura corporal media de las personas. Entre las hipótesis postuladas para explicar este fenómeno, un nuevo estudio apuesta por nuestro microbioma gastrointestinal como responsable.

Estudio con pacientes de septicemia. El nuevo trabajo, publicado en la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, se realizó a partir de muestras del microbioma gastrointestinal de 116 participantes que habían sufrido sepsis. La sepsis o septicemia es una respuesta inmune extrema del cuerpo frente a infecciones.

La sepsis es potencialmente letal y aparece vinculada a fiebre. El equipo de investigadores responsable del estudio comprobó que la evolución de la fiebre en los pacientes que participaron en el estudio venía relacionada con el tipo de microbios que habitaban en su sistema gastrointestinal.

Particularmente, los investigadores encontraron las bacterias del phylum Firmicutes las más estrechamente vinculadas a la evolución de la fiebre de los participantes. Se trata, explican, de bacterias comunes y capaces de producir metabolitos que entran al flujo sanguíneo e influencian tanto la respuesta inmune de las personas como su metabolismo.

Una diversidad radical. Los seres humanos no somos tan diversos genéticamente hablando. Cualquier par de personas compartirán siempre más del 99% de sus genes, pero la cantidad de microbios compartidos puede ser cero, señala Kale Bongers, coautora del estudio.

En nuestro cuerpo viven tantos microbios como células tenemos. Cada vez son más los estudios que señalan la importancia de bacterias y otros organismos que cohabitan en nuestro interior, no solo en lo que a enfermedades contagiosas e infecciosas.

Enfermedades en la categoría de las no-transmisibles como el cáncer cada vez parecen más correlacionadas con la presencia o ausencia de determinados microorganismos en nuestro cuerpo. No sería por tanto de extrañar que otras variables de nuestro cuerpo pudieran estar vinculadas a esta forma de diversidad.

Más que una cuestión de grados. La temperatura corporal es un indicador clave para médicos y otros profesionales de la salud. “Es a la vez fácil de medir y nos da información importante sobre la respuesta inflamatoria y estado metabólico del cuerpo”, explica Bongers.

Ahí radica no solo la necesidad de comprender mejor no sólo cómo reacciona la temperatura corporal ante la enfermedad, sino también cuál es su estado natural y qué factores pueden influir en su estado “normal”. Este nuevo paso sigue sin resolver del todo una de las incógnitas más curiosas del cuerpo humano, por qué generación tras generación, estamos más fríos.

Imagen | Matteo Fusco

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