Cómo matar a un espía: qué es Novichok, el agente nervioso con el que envenenaron al exagente ruso Sergei Skripal

Cómo matar a un espía: qué es Novichok, el agente nervioso con el que envenenaron al exagente ruso Sergei Skripal
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El domingo 4 de marzo, un señor de 70 años y una chica de 30 fueron encontrados en un banco del centro comercial Maltings en la ciudad inglesa de Salisbury. No estaba claro qué había pasado, las circunstancias eran extrañas. Rápidamente trascendió una cosa: el hombre se llamaba Sergei Skripal y era un antiguo espía ruso.

Todas las alarmas se dispararon. Se cumplen doce años del envenenamiento con polonio 210 a Alexander Litvinenko, otro ex-espía ruso. Nadie tenía muy claro qué pasaba, pero lo que sí parecía claro es que las novelas de espías no se acabaron con la Guerra Fría.

"Recién llegados" al mundo de los agentes nerviosos

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Ousa Chea

Tras una compleja investigación, Theresa May anunció ayer que ya tenían el culpable: un agente nervioso Novichok, una de las armas biológicas más poderosas y letales del mundo. Una que, hasta donde sabemos, solo están en manos de Rusia.

Los Novichok (‘Recién llegados’ en la lengua de Tolstoi) fueron desarrollados por la Unión Soviética en la década de los 70 y, desde entonces, Han sido un gran misterio. Lo poco que sabemos se debe a que en 1991 el químico ruso Vil Mirzayanov elaboró un informe que exponía el programa y explicaba su funcionamiento general. En esencia, funcionan como otras generaciones de agentes nerviosos; es decir, actuando sobre la acetilcolinesterasa y, gracias a ello, “desconectando” el sistema nervioso del muscular.

Los Novichok-5 y 7 (los dos agentes más potentes de la serie N) son compuestos ligeramente emparentados con la llamada serie G (la familia del gas sarín) y la serie V (la del VX). Es decir, sabemos que tienen carbono y fósforo en su estructura, pero los detalles son una incógnita. Es uno de los secretos mejores guardados de las fuerzas armadas rusas.

De hecho, Vil Mirzayanov fue detenido el 22 de octubre de 1992 y enviado a la prisión por divulgar secretos de Estado. Y no es para menos: aunque hasta el momento, no había evidencia de que estos compuestos se hubieran usado en algún ataque químico o asesinaron, se calcula que solo 10 miligramos de uno de esos agentes resulta mortal.

La duda que se tiene ahora es por qué usar un agente que les incrimina directamente aunque ellos han negado cualquier participación. Pero todo parece indicar que se trata de una demostración de fuerza dentro de lo que algunos ya llaman la "nueva guerra fría".

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