El hielo se está convirtiendo en un bien escaso en muchos puntos de España. Supermercados, gasolineras y negocios de hostelería y ocio nocturno están empezando a tener dificultades para adquirirlo en las cantidades que antes lo hacían, y la culpa la tiene una suma de factores, algunos habituales de estas fechas y otros extraordinarios, que han provocado que su oferta se haya estancado al mismo tiempo que su demanda se ha disparado.
Inflación e incertidumbre. Una de las principales causas de la escasez de hielo que se da en la actualidad es que las reservas se están agotando. Habitualmente, los productores de este bien lo van fabricando y almacenando durante la primavera, cuando la demanda es menor, para estar adecuadamente surtidos durante el verano y poder proveer a sus clientes sin problemas.
Sin embargo, este año la producción y almacenaje de hielo se vieron frenadas a partir de febrero por el aumento de los precios de la energía (mantener las cámaras frigoríficas llenas suponía un considerable aumento de la factura de la luz) y la incertidumbre ante la temporada estival, en la que no sabían si se retomaría la actividad a niveles prepandemia tras dos años complicados, según El Periódico de España. Esto ha hecho que haya menos reservas para afrontar el verano de lo que viene siendo habitual.
Una demanda inusitada. A ese menor número de reservas se ha sumado que este verano la demanda de hielo ha crecido por encima de lo que viene siendo habitual, un 30% más que otros años según DAP. Todos los años el mayor número de ventas de hielo en España se concentra en el periodo estival por el aumento de las temperaturas, pero en este de 2022 se han incrementado particularmente por el calor extremo que estamos padeciendo y por la recuperación del ocio nocturno y los festivales.
"Se está registrando un incremento importante de la demanda debido al factor climatológico con la sucesivas olas de calor que estamos viviendo este verano. El problema no está centrando solo en zonas turísticas, sino que es bastante generalizado. Se está reponiendo el hielo, en algunos casos con rapidez, y, en otros, en plazos aproximados de 24 horas", explican fuentes del sector.
Este inusitado aumento de la demanda no sólo está haciendo que el hielo de las reservas se agote, sino también que la industria no sea capaz de producir al mismo ritmo que se consume, lo que ha abocado, irremediablemente, a la escasez.
Difícil viabilidad. El aumento de los costes de la electricidad, al que se suman otros como el del plástico de los envases y el de los carburantes para la distribución, también está haciendo que algunas empresas estén teniendo dificultades para mantener una producción cada vez menos rentable, según informa La Sexta. Este problema se suma a los anteriormente mencionados y afecta, sobre todo, a las empresas más pequeñas del sector.
La pescadilla que se muerde la cola. Todos estos elementos han conducido a una escasez que está haciendo que los supermercados y las gasolineras estén poniendo menos hielo a la venta para no quedar completamente desabastecidos. Algo que puede agravar el problema si, como ya ocurrió con la leche, profesionales y particulares aumentan la compra de este bien para almacenarlo y no quedar, a su vez, desabastecidos en el futuro.
De hecho, según explica La Vanguardia, los supermercados ya han observado un aumento generalizado de la venta de hielo tanto por parte de particulares como de profesionales de la hostelería, a quienes sus proveedores no están pudiendo entregar todo lo que necesitan y se ven obligados a recurrir a estos establecimientos para cubrir lo que falta.