El submarino del Titanic se ha convertido en una trampa mortal para millonarios: un billete, 250.000 dólares

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El tiempo corre deprisa y un submarino con turistas a bordo que exploraba los restos del Titanic sigue sin aparecer. El Titan, como se llama el sumergible, perdió el contacto con la superficie una hora y 45 minutos después de iniciar el descenso y solo tiene un límite de 96 horas de oxígeno, del cual ya se ha consumido más de la mitad. Conforme avanza la búsqueda, más datos sobre este tipo de compañías que ofrecen servicios a millonarios para visitar las ruinas del naufragio se hacen públicos. Y algunos de ellos son realmente estrambóticos. 

¿El precio? 250.000 dólares.

¿Qué ha pasado? Un submarino con cinco personas a bordo que exploraba el mítico transatlántico hundido en el océano en 1912 a 3.800 metros de profundidad desapareció durante una de sus expediciones organizadas este fin de semana, según confirmó  OceanGate Expeditions, la propietaria de la nave. Al parecer, Stockton Rush, responsable de la compañía, se encontraba a bordo, junto con el explorador francés Paul Henry Nargeolet, de 73 años. También viajaban otros millonarios como el paquistaní Shazada Dawood y su hijo Suleman y Hamish Harding, presidente de Action Aviation.

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Búsqueda a contrarreloj. Según han avisado los guardacostas de Boston, la ciudad que se está haciendo cargo del rescate, la misión de búsqueda es un desafío enorme por las condiciones meteorológicas y la remota localización, a unos 1.440 kilómetros del este del cabo Cod y a una profundidad de 3.960 metros. También se están usando sonares para detectar cualquier sonido en el agua y aviones militares.

El gran problema es que la embarcación es minúscula (siete metros de eslora) y tiene reservas de oxígeno para un máximo de 96 horas. Ahora mismo ya se debe haber consumido cerca de la mitad.

Una actividad para millonarios. El descenso formaba parte de los servicios de OceanGate Expeditions, una empresa que gestiona descensos en aguas profundas para millonarios y ofrece paquetes turísticos de ocho días en el Atlántico para ver zonas tan inaccesibles como el famoso Titanic. Este servicio en concreto, se basa en formar parte del sumergible Titan, un aparato hecho de fibra de carbono y titanio que apenas pesa 10,5 toneladas de peso, y tiene un precio de 250.000 dólares por pasajero.

La expedición está compuesta por un piloto, un experto en lo que se va a ver y tres turistas, según su página web. Para este descenso, se había contratado al barco Polar Prince para que transportara al submarino y a los viajeros hasta el punto donde se encuentra el Titanic.

Espacio minúsculo y controlado por un mando de consola. Tal y como relataba un periodista de CBS que pudo experimentar de primera mano esta aventura el año pasado, el submarino cuenta con un espacio muy limitado, con una ventana de cúpula en la parte delantera en la que caben cinco huéspedes con las piernas cruzadas. De hecho, en la página web de OceanGate Expeditions, se insta a los pasajeros a "restringir su dieta" antes del viaje. "Si el dinero no es un objeto y no le importan los espacios reducidos, pueden unirse a uno de los viajes", reza el sitio.

Aún así, la compañía hace hincapié en que su equipo trabajó con Boeing, la NASA y la Universidad de Washington para crear una embarcación capaz de resistir la presión de las profundidades marinas. Otro de los puntos que ha levantado cierta polémica es el hecho de que el submarino estaba controlado por un mando de videojuegos, lo cual no es tan raro para algunas naves o incluso para aviones no tripulados militares. pilotos, pero que fuera uno para PC Logitech de 30 dólares sí llama la atención. Sí, el mando con el que se estaba manejando el submarino está disponible en Amazon por 25 euros.

Bodas en las ruinas del Titanic. Y es que la gente no sólo está sumergiéndose más de 3.000 metros para ver las ruinas de un barco que lleva allí más de 100 años, sino que hay quien va a casarse allí. Empresas como Apoteo Surprise ofrecen servicios de propuestas de matrimonio cerca de la barandilla de la proa del Titanic. El precio del paquete es de nada menos que un millón de euros. Una experiencia que dura 5 días y depende de las condiciones meteorológicas y de la ausencia de erupciones solares que puedan existir.

La compañía lo resume de una manera poética: "Mientras My Heart Will Go On de Céline Dion suena, la proa del RSM Titanic y su icónica balaustrada aparecerán a la vista. Al instante reconocerá la ubicación de la eterna escena de amor entre Kate Winslet y Leonardo DiCaprio. Y en ese preciso momento, te convertirás en 'el Rey del Mundo', mientras sacas la caja del anillo de tu bolsillo y haces tu propuesta de matrimonio en medio del aplauso de tus compañeros de tripulación". Lástima que toda esta parafernalia pueda convertirse, como estamos viendo, en una trampa mortal para millonarios.

Imagen: OceansGate Expeditions

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