Japón ha envejecido tanto que una empresa de pañales local va a empezar a comercializarlos solo para adultos

La producción de pañales infantiles de Oji ha caído un 40% desde 2001, así que quiere reenfocar su negocio

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Ocurre con frecuencia que las crisis demográficas parecen ir tomando forma a golpe de matemáticas. Cae la natalidad. Cae la tasa de fecundidad. Sube la edad media. Se hunde el saldo vegetativo y las pirámides de población parecen ponerse del revés. Todo indicadores, fríos, asépticos y distantes. Si algo han comprobado en Japón, una de las naciones en las que más fuertes soplan los vientos del invierno demográfico, es que las crisis se dejan sentir también de forma clara en el día a día de sus vecinos. En cuestiones tan pegadas a la cotidianidad como unos pañales.

El mejor ejemplo acaba de dejarlo Oji Nepia, una compañía nipona dedicada a la fabricación de pañales infantiles. O al menos así ha sido hasta ahora. En un país envejecido y con cada vez menos bebés, sus directivos han decidido reenfocar su negocio. ¿Cómo? A partir de ahora apostarán por los pañales para adultos.

Reenfocando el negocio. Oji Nepia, filial del fabricante de productos de celulosa Oji Holdings, acaba de lanzar un comunicado para informar de un volantazo en su negocio. En un país cada vez más envejecido, con menos bebés y más ancianos, sus directivos han decidido replantarse su producción de pañales. En septiembre dejarán de fabricarlos para niños. Y reforzarán su apuesta por los modelos para adultos, un nicho en el que hay expectativas de crecimiento.

La decisión se explica por la crisis poblacional de Japón. De hecho, en el mismo comunicado Oji avanza que en otros países con demografías mucho más boyantes, como Malasia o Indonesia, expandirán su producción de pañales para bebés.

Un desplome millonario. El caso de Oji Holdings es interesante porque ilustra los efectos de la crisis demográfica nipona de una forma clara y rotunda. Sus datos son elocuentes. Para la compañía, la caída de natalidad de Japón se ha traducido en un desplome de ventas. Si en 2001 alcanzó una producción de 700 millones de pañales infantiles, ahora ese volumen es un 40% inferior y ronda los 400.

Un negocio lucrativo. Y Oji Holdings no ha sido la única en constatar la tendencia. Hace tiempo otro de los grandes fabricantes del país, Unicharm, ya reconoció que en su balance final de resultados pesaban más las ventas de pañales para adultos que los pensados para niños. Algunas estimaciones apuntan que el mercado de unidades para mayores ha crecido a tal velocidad a lo largo de los últimos años que su valor supera los 2.000 millones de dólares.

Sus previsiones para el futuro son tan buenas como malas son las del mercado infantil en el país. "La demanda de pañales para bebés está disminuyendo debido a factores como la caída de la tasa de natalidad", explican desde la compañía japonesa, que seguirá vendiéndolos hasta que agote las existencias.

Japón, en un punto límite. La decisión de Oji es un reflejo de la deriva demográfica de Japón, que se identifica a menudo como el país con la población más envejecida del planeta, superado únicamente por Mónaco. El envejecimiento y pinchazo de la natalidad son allí desafíos de tal calibre que hace un año su primer ministro, Fumio Kishida, reconocía que el país se asoma a una situación límite.

"Japón está a punto de comprobar si puede seguir funcionando como sociedad", advertía el dirigente, y prevenía sobre la necesidad imperiosa de prioridad las políticas de fomento de la natalidad. "No puede esperar ni posponerse".

En mínimos. Si la caída de la producción de pañales de Oji es rotunda, la de la natalidad nipona no lo es menos. En 2023 nacieron en la nación insular 758.631 bebés, lo que representa una pésima noticia por partida triple: refleja una caída interanual del 5,1%, el octavo año consecutivo de desplome y, a nivel global, un nuevo mínimo histórico. El descenso de natalidad llegó acompañado de un pinchazo en el número de matrimonios y un aumento de las defunciones.

Qué dicen las cifras. Desde hace años los expertos calculan que el país llegará a finales de siglo con menos de 53 millones de habitantes, lejos de los 125 millones de su censo actual y 128 millones que llegó a alcanzar en 2017. Algunas previsiones apuntan que en 2065 serán 88 millones. Por primera vez en la historia nipona, en 2023 más del 10% de los habitantes del país tenía al menos 80 años y el 29% había alcanzado al menos los 65 años. En 2022 los menores de 15 años suponían el 12%.

Semejantes datos se trasladan a la realidad cotidiana con tendencias claras, como una menor producción de pañales infantiles o el incluso el cierre de escuelas.

Imagen | Harry Grout (Unsplash)

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