El pasado 14 de febrero Cachemira volvió a ser escenario de guerra: 42 soldados indios murieron en un atentado terrorista en el que varios suicidas detonaron bombas contra la Fuerza Central de Policía de Reserva, un cuerpo paramilitar. La autoría se la ha atribuido el grupo islamista Jaesh-e-Mohammad (JeM), cuyo objetivo es la separación de Cachemira de India, herida que lleva abierta décadas entre las dos regiones. Este último ataque ha sido el más cruento de los vividos en la zona en los últimos 30 años.
El contraataque de Delhi: desde el ataque el ejecutivo de Narendra Modi ha lanzado una serie de señales políticas y económicas para buscar el castigo de Pakistán, a quien consideran el culpable por acción u omisión del ataque. El presidente ha pedido a las autoridades locales y a los agentes internacionales que "aislen completamente" al país vecino.
Islamabad no se queda quieto: el primer ministro paquistaní, Imran Jan, ha respondido: devolverá cualquier ataque de la India contra su territorio con las armas. Un gesto pro militarización de la contienda, aunque han contrarrestado con otra señal diplomática: dicen que llevarán a cabo una investigación independiente sobre el ataque del JeM.
Un golpe seco: Nitin Jairan, Ministro de Transporte y Recursos Hídricos, ha hecho el anuncio ayer mismo. India va a cortar de golpe el suministro de los ríos a Pakistán. Según su tuit, India va a "desviar el flujo de los ríos del este del país para suministrar el agua a nuestra población de los estados de Jammu, Kashmir y Punjab".
Under the leadership of Hon'ble PM Sri @narendramodi ji, Our Govt. has decided to stop our share of water which used to flow to Pakistan. We will divert water from Eastern rivers and supply it to our people in Jammu and Kashmir and Punjab.
— Nitin Gadkari (@nitin_gadkari) February 21, 2019
A qué vienen tantas hostilidades: a que, desde la independencia de ambas naciones de Inglaterra, las dos reclaman la soberanía sobre Cachemira. La frontera entre ambos países de sde 3.323 kilómetros con Pakistán, de ellos hay 740 en disputa, y la mayoría de ellos se concentran en Cachemira, y quien posee más porcentaje de territorio es a día de hoy India. La percepción de la gente de la región es que es India es el abusador principal: según las encuestas, los grupos paramilitares indios son más violentos que los terroristas.
Y por qué el agua es importante: en 1960 ambos países firmaron un Tratado de Aguas, por el que los flujos del potente río Indo y otros pertenecen a Pakistán aunque pasen por Cachemira. La cuestión es que Pakistán siempre ha reivindicado que, en caso de confrontación, India podría cortar el grifo de estos ríos y estrangular la economía agraria del país... Como está pasando. Para ponernos en perspectiva de lo duro de la ofensiva, el 80% de la economía de Pakistán es agraria, el 50% de la población se dedica a la agricultura y la mayoría de la tierra del país, salvo la circundante al Indo, es árida o semi árida. Les están condenando a la ruina.
After Pulwama here they come with another failed attempt to divert attention from the case which they are losing to protect their spy/terrorist Kulbhushan in ICJ. India can’t blame us for it’s failures. Acc to Indus water treaty India has eastern waters, they can’t even tap that.
— Faisal Vawda (@FaisalVawdaPTI) February 21, 2019
Ahora que el Pisuerga para por Valladolid: hay sospechas de que el atentado de este mes sirve como casus belli de dudosa legitimidad, a la manera que lo fue hundimiento del Maine para la guerra de Cuba. En los últimos años India había estado desarrollando ambiciosos planes de riego en la región, lo que provocó que construyesen muchas represas río arriba, lo que no estaba del todo en concordancia con las condiciones del tratado. En 2016, y valiéndose de otro ataque terrorista en Uri, aceleró estos proyectos, lo que aumentaba las tensiones territoriales y terroristas.