Durante años existe un debate sobre cómo los agregadores de noticias como Google News afectan realmente al tráfico de los medios online. Y, sobre todo, como benefician al consumo de información. Muchos editores los ven como sustitutos del sistema tradicional periodístico y de contenido, mientras que ellos se ven a sí mismos como complementos que facilitan el descubrimiento de noticias. En España, Google News cerró por completo en respuesta a una reforma de derechos de autor promulgada en diciembre de 2014 y las consecuencias ya pueden notarse más de siete años después.
Lo cierto es que el cierre de Google News supuso para nuestro país un descenso en el consumo de noticias e información. Cuando se afirma que Google cambia el mundo, no se dice en balde.
El contexto. Para entender el fenómeno hay que conocer los motivos por los que la tecnológica decidió dar portazo a su agregador de noticias en España. Básicamente, se trataba de la primera consecuencia de calado de la Ley de Propiedad Intelectual que entró en vigor aquel año. La intención del Gobierno con esta ley, presionado por los medios de comunicación tradicionales (representados en AEDE), era que Google les pagara por aparecer en su agreador de noticias, Google News. Sin embargo, la compañía nunca había cedido en ningún país a las presiones legislativas y España no iba a ser la excepción.
Los medios tradicionales habían visto la experiencia de otros países en los que ante la obligación de pactar pagos, Google retiró a los que no querían ir gratis y estos perdieron mucho tráfico. En España había que ser más agresivos y por eso impulsaron una ley que impedía a Google no pagar. Desde la compañía explicaron que, dado que Google News no hacía dinero por ello y no iban a terminar pagando, no veían otra alternativa que no fuera irse de España.
El resultado. Un estudio que comparaba el consumo de noticias de un gran número de usuarios de Google News con un grupo de control de usuarios similares que no usan el agregador determinó que el cierre supuso una reducción del consumo general de noticias en aproximadamente un 20% para los usuarios y redujo las visitas a páginas en editores distintos de Google en un 10%. Además, el estudio sugiere que los usuarios han acabado reemplazando algunos tipos de noticias que leían anteriormente, pero no todos. Después del cierre, leyeron menos noticias de última hora, noticias impactantes y otras que no están cubiertas por sus medios favoritos. Digamos que hemos salido menos de nuestro espacio de confort.
Se beneficiaban los medios pequeños. Este cambio se acentúa sobre todo en los pequeños editores, mientras que los grandes editores no han visto tantos cambios significativos en su tráfico general. Tiene su lógica: han visto un aumento en las visitas de su propia página de inicio, compensado por una disminución en las visualizaciones de artículos concretos. Esto, sin embargo, ha perjudicado a pequeños medios, poco conocidos, que conseguían visitas gracias a posicionar su contenido en el agregador. Ha aumentado más, por tanto, la competencia entre los editores.
Hemos visto efectos similares con otros intermediarios habilitados por la tecnología, como eBay, Uber, Airbnb y webs de comparación de viajes y precios, donde la plataforma tecnológica reduce los costes de búsqueda y permite que las empresas más pequeñas que pueden carecer de reconocimiento de nombre o reputación sean descubiertas por los consumidores.
Internet y el periodismo. El impacto de Internet en los medios de comunicación ha sido abrumador. Muchos medios han notado un impacto negativo. La Newspaper Association of America informaba que de 2000 a 2009 los ingresos por publicidad en periódicos disminuyeron en un 57% en términos reales, y la circulación cayó un 18%. PewResearch informaba que en 2015 una cuarta parte de los ingresos por publicidad en los periódicos ya provenía de la tecnología digital, pero los ingresos digitales no han terminado reemplazado la pérdida de ingresos de la publicidad tradicional.
Además de muchas quiebras ampliamente publicitadas, la inversión en periodismo ha disminuido. El empleo en las redacciones disminuyó un 40% entre 1994 y 2014. Al mismo tiempo, ha habido un debate popular sobre cómo los editores y los periodistas freelance han respondido a los incentivos creados por el entorno digital, por ejemplo, optimizando la redacción y los titulares para motores de búsqueda, agregadores y redes sociales, muchas veces inclinándose hacia el clickbait y otras prácticas poco éticas, como la desinformación.
El caso australiano. Australia ha sido el único país en plantar cara y presentar la primera propuesta de ley del mundo que tiene como objetivo abordar la pérdida de ingresos publicitarios de los medios de comunicación. Lo hemos contado en Magnet. ¿Cómo? Obligando a empresas como Facebook o Google a que paguen por las noticias que integran en sus plataformas. Esto incluso llevó a Google a amenazar al país con eliminar su motor de búsqueda. Pero los medios ganaron la batalla. Todo el embrollo se zanjó con un acuerdo entre la compañía y algunas editoriales de información para tramitar una serie de pagos por su contenido. Desde colaboraciones en una plataforma de suscripción, compartir los ingresos por publicidad e invertir en videoperiodismo en YouTube.
Para los medios de información esto supone una excelente noticia y un refuerzo inigualable para su fuente de ingresos, que no sólo promociona sus contenidos, sino que cobran por hacerlo. Esto nos lleva a pensar de nuevo en Google News España, aquella víctima del eterno desacuerdo entre las tecnológicas y los medios tradicionales, saldado con usuarios menos informados. ¿Debería Google News volver? O mejor dicho, ¿debería haberse ido?