EIRE: los gigantescos letreros de Irlanda para informar a los cazas de la Segunda Guerra Mundial

EIRE: los gigantescos letreros de Irlanda para informar a los cazas de la Segunda Guerra Mundial
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En su larguísimo trayecto desde Alemania hasta las costas británicas, los pilotos alemanes de la Luftwaffe atravesaban un sinfín de naciones y paisajes. Desde el aire, sin embargo, casi todos parecían lo mismo: los rigores de la guerra, la similitud geográfica de las llanuras noreuropeas y, en fin, la ausencia de fronteras visibles homogeneizaban aquello bajo sus pies. Sin mayores señales o sin un reconocimiento del terreno, diferenciar Bélgica de Francia no era tan sencillo.

El problema era de particular magnitud enrocados en las infinitas batallas a cara de perro sobre Gran Bretaña e Irlanda. En sus quiebros y requiebros, los cazas podrían terminar en territorios diversos e indiferenciables. ¿Era aquello que sobrevolaban Gales o las Midlands? O peor aún, se preguntaron los gobernantes irlandeses, nación neutral durante la contienda, ¿era Irlanda o era Irlanda del Norte? La posibilidad de que un bombardero alemán se confundiera era un riesgo inasumible.

Inicialmente, sin embargo, la preocupación de Irlanda para con la Segunda Guerra Mundial provenía del mar. Durante los primeros compases de la contienda, el gobierno de la joven nación edificó casi cuatro decenas de puestos vigilantes sostenidos por los locales. Su misión consistía en vigilar los miles de kilómetros costeros de la verdísima isla en busca de actividades sospechosas. Para ello edificaron pequeñas construcciones siempre con un teléfono a mano, por lo que pudiera suceder.

El paso del tiempo provocó que Irlanda se preocupara cada vez más por lo que sucedía sobre sus cabezas. De modo que a partir de 1942, ya con la Batalla de Inglaterra finalizada, Irlanda comenzó a dibujar su nombre sobre su terreno. Gigantescos letreros en los que se podía leer "EIRE" en letras blancas con señales numéricas asociadas. Su objetivo no era otro que informar a los cazas aliados o nazis: aquellos acantilados, playas y rebaños de ovejas eran parte de Irlanda, nación ajena a la contienda. Hagan el favor de guardarse sus bombas.

Ireland Markings (An Garda Síochána)
Ireland Markings 2 (An Garda Síochána)

En total, el gobierno irlandés colocó alrededor de 84 señales, la mayor parte de ellas desmanteladas o abandonadas a su suerte una vez Alemania y sus aliados fueron derrotados. La historia ha vuelto a estar de actualidad por culpa de los incendios y de la ola de calor que asedia a medio continente: calcinado el verde terreno de Wicklow, al sur de Dublín, la fuerza aérea irlandesa (An Garda Síochána) descubrió desde el aire que, bajo la maleza, pervivía una de las señales.

No bombardee, esto es Irlanda

Apenas un "Ire" sobrevive de aquella señal, olvidada por el implacable paso del tiempo. Las fotografías han dado la vuelta a las cuatro esquinas de Internet por su extraña naturaleza, reliquia de un tiempo en el que no había sistemas modernos de posicionamiento y cartografía para saber con exactitud sobre qué parte del continente estabas volando. Irlanda no podía permitirse riesgos innecesarios que condujeran a lamentables confusiones, y plantó las señales.

Como cabría esperar, las décadas relegaron los carteles terrestres (muestras de "land art", si se quiere) a los confines de la memoria, pero un puñado de apasionados han trabajado desde entonces para mantenerlas. Se trata de Eire Markings, un proyecto recopilatorio iniciado por Treasa Lynch tras toparse con ellos desde las imágenes satelitales y leer sobre su historia. Cuando empezó, cuenta ella misma, tan sólo conocía la existencia de 12 de ellas: hoy ya controla 30, y la fuerza aérea irlandesa (y un incendio) ha contribuido a sumar otro a la lista.

Eire 29 (Bing Maps/Eire Markings)
Malin Head Malin Head, una de las mejor restauradas. (Google Maps)
Eire Poco Visible No tan visible, en el condado de Cork. (Bing Maps/Eire Markings)

"No debe quedar mucha gente viva que trabajara en los tiempos de la guarda costera ("coastal watch", el nombre de los vigilantes desplegados por el gobierno irlandés, a menudo vecinos de la zona). Si bien reconozco la imposibilidad de retener todas las señales, creo que es importante que mantengamos al menos algunas", explica. Más allá de la labor infomativa (esto es Irlanda, no lo bombardees) los números ejercieron de código navegacional para orientar rápidamente a los pilotos.

Lynch tiene objetivos humildes para las señales: reconocer e identificar las que aún perviven, dotarles de coordenadas geográficas para quienes estén interesados en visitarlas, comprobar si estaban en los archivos oficiales del gobierno y recoger fotografías de las mismas. La web llevaba varios años paralizada hasta que las imágenes del incendio y de la señal oculta salieron a la luz. La colección de marcas es interesante, con numerosos ejemplos tomados de Google Earth.

Eire Dos (Bing Maps/Eire Markings)
Senal Marcada Una de las señales, ya apenas visibles. (Google Earth/Eire Markings)
Eire 80 Desde El Suelo Malin Head a vista terrestre. (Clive G/Flickr)

Gran parte de los carteles han sufrido las consecuencias lógicas de estar expuestos al aire libre. Otros han comenzado a borrarse fruto del avance imparable de la vegetación o de la erosión del suelo. Algunos han sito restaurados y se mantienen con objetos culturales y turísticos. El más famoso es el de Malin Head (número ochenta), radiante gracias al trabajo de los locales. Algunos son incluso visibles desde la carretera. Todos los demás se aprecian mejor desde el lugar para el que fueron pensados originalmente: los cielos de Eire.

Se pueden observar todos los carteles aquí.

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