Ed Brubaker es uno de los grandes nombres dentro de la autoría tebeística de superhéroes. Ha elaborado historias para personajes como Capitán América, Catwoman, Daredevil y muchos más. Aunque Bucky Barnes, un compañero de aventuras del Capitán América, fue creado en los años 40 por Joe Simon y Jack Kirby, fue Brubaker quien le dio una segunda vida en 2005 en la saga de Steve Rogers reconvertido ya al rol por el que las audiencias modernas le conocen, como el Soldado del Invierno.
Él puso las bases narrativas de una película millonaria. Sus aventuras como el aniquilador con el cerebro lavado que inventó nuestro guionista continuaron durante años en las páginas de los cómics, en 2014 hizo su primera aparición en el MCU en Captain America: The Winter Soldier, una adaptación directa de los cómics de Brubaker, y hoy en día el personaje continúa en la ficción audiovisual Falcon y el Soldado de Invierno, ya en tramas menos relacionadas con el legado ilustrado.
Y el dinero se lo lleva por salir dos segundos en pantalla. A los aficionados a los cómics no les sorprenderá demasiado, pero a los de las películas posiblemente sí: Brubaker ha hecho en estos últimos tiempos algunas declaraciones públicas sobre su malestar por el trato que ha recibido por parte de Disney en todo esto. El cameo que acaba de hacer para la serie de Disney+ le ha generado ya más ingresos que los logrados en estos últimos 20 años por la creación del Soldado de Invierno, cuando sólo en taquilla el blockbuster de Marvel de 2014 generó 714 millones de dólares. Por una peli cuyo argumento y coprotagonista no existiría de no ser por él.
¿Cómo es posible? Fácil: los actores en Hollywood, incluidos los figurantes, reciben unas compensaciones más abiertas y justas, proporcionales a los beneficios de cada producto. Por eso y porque los derechos de autor en Marvel-Disney para los creadores originales se basan en un sistema absolutamente devastador.
Gracias por nada:
Todas las personas con las que he trabajado en Marvel Studios, incluido Kevin Feige, no han sido más que amables conmigo... Pero al mismo tiempo, lo que Steve Epting [el dibujante] y yo hemos ganado por el Soldado de Invierno y su historia es un 'gracias' aquí o allá, y con el paso de los años se va haciendo más difícil vivir con eso.
Esto ha dicho el historietista en un podcast de Kevin Smith. De hecho, dice que renunció a que le acreditasen como “agradecimiento” en la película porque el cheque era obscenamente bajo para una obra que bebía literalmente de guiones que compuso durante meses, y que le ningunearon en el estreno de la película. Los de Marvel no tenían ninguna necesidad de pagarle más, pues su trabajo en la etapa de los cómics sería por obra y sin derecho a comisión por ventas o adaptaciones.
El caso de Thanos: por unas publicaciones en Facebook ahora sabemos que a Jim Starlin, otro dibujante y guionista mítico de la Casa de las Ideas, le pasó lo mismo. Recibió más dinero por la aparición de un personaje ya ni secundario, terciario (Anatoli Knyazev) en la peli de Warner-DC Batman v. Superman: El amanecer de la Justicia que por ser el creador de Thanos el supervillano de la saga Infinity Wars, todo el tema del Guantelete del Infinito, la mismísima Gamora de Guardianes de la Galaxia, etcétera.
Para más inri, Starlin dijo que en 2009, con la compra de Disney de Marvel, renegoció sus derechos para las próximas adaptaciones cinematográficas y que los cheques que le llegaban eran de risa. Sólo por su protesta pública consiguió que Disney accediese a una nueva renegociación en 2017 que a su modo de ver ya sí era “bastante justa”. Sólo porque se quejó y generó ruido.
No hace tanto contamos la polémica de Alan Dean Foster autor de las novelizaciones de Star Wars, y cómo el emporio del ratón y su ejército ejecutivo y legal aprietan al máximo las tuercas para evitar pagos mínimamente justos a quienes formaron parte del proceso creativo que les reporta décadas después cifras milmillonarias.
Y no hace tanto Kurt Busiek, co-guionista del cómic de Los Vengadores: la era de Ultrón, le mostraba al mundo entero lo abultado de los cheques por royalties que recibe de Marvel por su aportación al MCU, a ojos de cualquiera, muy poco vinculados a su importancia real para el emporio superheróico.
El clima mediático. En su Twitter el periodista cultural Pablo Fluiters ha hecho un concienzudo hilo que indaga en la historia del noveno arte que nos ha llevado a esta situación, así como otros ejemplos de autores de cómic ninguneados. El sentido común nos hace creer que, tal y como han pedido muchos de los damnificados citados en este artículo, Marvel tendría que sentarse, no ofrecer parches como el del cameo de Brubaker y renegociar un cobro justo y estable para los ideólogos de estas sagas.