China está llevando a cabo una campaña simultánea para frenar la adicción entre los menores, reducir el creciente gasto en artículos virtuales y estimular a los jóvenes hacia pasatiempos "más productivos". El gobierno estableció hace unos meses una criticada limitación de la cantidad de tiempo que los niños pueden jugar a videojuegos de tres horas a la semana.
Ahora, el gobierno ha presentado nuevas reglas aún más duras para los menores que ya no solo implican a los videojuegos, si no el tiempo dedicado a ver vídeos en streaming o a usar las redes sociales.
Nuevas leyes. El nuevo borrador de regulación, publicado por la Administración del Ciberespacio de China (CAC), marca el último esfuerzo de Pekín para proteger a los menores de los servicios de Internet. Quieren ir u paso más allá para cubrir todos los servicios online, incluidos los juegos, servicios en streaming, audio y video, así como las redes sociales. Según el borrador, todos los proveedores de servicios deben establecer un "modo juvenil" para sus servicios, estableciendo límites claros en términos de tiempo de uso, contenido y funciones.
En qué consisten. Específicamente, los proveedores de servicios de Internet deben imponer límites al tiempo que los menores pueden pasar online, así como poner límites a todas las compras únicas y al gasto diario acumulativo. Los cambios propuestos se producen en medio de informes continuos de usuarios menores de edad que gastan demasiado en servicios de Internet, que van desde cargos facturados a sus cuentas de videojuegos hasta dar consejos a estrellas de streaming.
Contra el "opio espiritual". El anuncio se produce en medio de una creciente preocupación de las autoridades por la adicción a esta actividad, que han llegado a calificar de "opio espiritual". Primero fueron los videojuegos, que fueron limitados desde las 20.00 a las 21:00 los viernes, fines de semana y festivos. Un gran paso adelante de una restricción anterior de 2019 de 1,5 horas diarias, casi toda la semana.
Según estadísticas de medios oficiales, el 62,5% de los niños y adolescentes chinos juega por internet con una frecuencia superior a la hasta ahora estipulada, y hasta un 13,2% de estos usuarios lo hacía ―al menos hasta la fecha― más de dos horas diarias en los días de actividad escolar.
Represión cultural. Pero para entender lo que está sucediendo hay que saber que las nuevas restricciones son también parte de una represión más amplia contra la cultura y el entretenimiento que se enmarca en términos claramente ideológicos. Un bloguero nacionalista lo ilustraba muy bien: 2Los mercados de capitales ya no serán el paraíso para los capitalistas que se enriquecen rápidamente, los mercados culturales ya no serán el paraíso para las estrellas amariconadas, y las noticias y la opinión pública ya no estarán en la posición de adorar la cultura occidental".
La infiltración de las ideas occidentales a través de la cultura y el entretenimiento es una preocupación constante de China. Aunque siempre ha sido parte del gobierno del presidente chino Xi Jinping, las medidas recientes indican un aumento de sus paranoias ideológicas: los videojuegos y los clubs de fans son, en su mayoría, de fabricación occidental.
Las tecnológicas, en caída. Y claro, los últimos ajustes regulatorios se produce cuando las acciones de las empresas chinas de videojuegos y retransmisión en vivo están siendo golpeadas en Hong Kong en medio de una creciente volatilidad en el mercado en general.
Tencent, la empresa de videojuegos más grande del país, perdió un 10%, mientras que NetEase, otro gigante de la industria, perdió un 8%. Bilibili, la plataforma de streaming, cayó un 19%, mientras que el operador de aplicaciones para compartir videos cortos Kuaishou Technology cayó un 13%. El país no se lo está poniendo nada fácil.
Imagen: Flickr (LoL Esports Photos)