El Mundial de Qatar ha desatado la indignación en China. La causa: lo que muestra (y no muestra) el público

El Mundial de Qatar ha desatado la indignación en China. La causa: lo que muestra (y no muestra) el público
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Difícil encontrar un país en el que el Mundial de Fútbol de Qatar haya generado un revuelo similar al de China. Allí el debate no lo protagonizaron los goles, el arbitraje, el papel de los seleccionadores, el país o la lista de convocados. No. Lo que ha levantado polvareda en el gigante asiático, donde ya el solo hecho de que se registren protestas espontáneas resulta significativo, es el público.

Mejor dicho, el contraste entre lo que muestran las cámaras de televisión y lo que vive parte de la población china que sigue viendo su día a día muy condicionado aún por la pandemia.

La historia la han relatado las agencias EFE o AFP y se hacen eco de ella medios como el diario South China Morning Post, con sede en Hong Kong: cuando los chinos aficionados al fútbol han encendido sus teles para seguir los partidos del Mundial se han topado con algo más que jugadores, entrenadores y campos. Lo que han visto son gradas y estadios en los que se agolpan miles de hinchas, multitudes que se mueven sin mascarillas ni respeto por la distancia de seguridad.

Quizás esa estampa no sorprenda ya en otros países, como España, que si bien sigue aplicando campañas de vacunación y mantiene ciertas normas sobre el uso de mascarillas en espacios públicos o sensibles, hace ya tiempo que dijo adiós a las restricciones más duras.

No en China. Allí las autoridades aplican una firme política de “COVID Zero” que se traduce en confinamientos, cierres y pruebas obligatorias. Ayer mismo Bloomberg aseguraba que en Zhengzhou, un importante polo de producción tecnológica —tanto, que se conoce de hecho como “iPhone City”—, han reubicado a 870 trabajadores sin previo aviso para frenar los contagios.

"¿No hay niños y ancianos en Qatar?"

En ciudades como Chongqing o Guangdong se han decretado hace poco medidas para contener el avance del virus y la propagación de la variante Omicron dejaba aún este miércoles cerca de 30.000 nuevas infecciones en el país, una cifra que no se registraba desde abril. A lo largo de los últimos meses las medidas se han aplicado de forma localizada, allí donde se detectan brotes, pero una parte significativa de la población padecía al menos hasta hace poco algún tipo de restricción.

Las medidas generan hartazgo entre parte de la ciudadanía, la misma que al pulsar estos días el botón de su mando a distancia para seguir la Copa del Mundo se ha topado con… —¡Exacto!— grandes grupos de hinchas en Qatar sin mascarillas. Resultado: indignación en las redes.

“Algunas personas están viendo los partidos de la Copa del Mundo en persona sin máscaras, otras llevan un mes encerradas en casa, otras dos meses encerradas en el campus sin poder ni siquiera salir por la puerta”, censuraba este miércoles un usuario de Guangdong a través de Weibo.

No ha sido el único en lanzar comentarios en esa dirección. “El Mundial ha permitido a la mayoría de los chinos ver la situación real en el extranjero y preocuparse por la economía de la patria y su juventud”, tecleaba en la misma red, similar a Twitter, otro usuario de Shaanxi.

En otra de las plataformas empleadas en el país, la app de mensajería WeChat circuló también una carta abierta con varias preguntas sobre la gestión china de la pandemia, como la eficiencia de las PCR, la apertura del país o el precio a pagar por atajar el COVID-19. Antes de que el documento se borrara, señala la agencia EFE, el post superaba las 100.000 visualizaciones. A través de Weibo se lanzaron otras preguntas similares, con un tono crítico, tras las retransmisiones del Mundial, como “¿Estamos viviendo en universos paralelos?” o “¿No hay niños o ancianos en Qatar?”

Los partidos los retransmite CCTV, la misma cadena de propiedad estatal, precisa South China Morning Post, que publica informes negativos que hablan del grave impacto que la pandemia tiene en Estados Unidos. Más allá del Mundial, lo cierto es que los cierres y restricciones ya han provocado disturbios en Guangdong, una metrópolis industrial donde a mediados de este mes hubo residentes que se enfrentaron a la policía, tumbando barreras de control y cargando contra coches.

Como respuesta al malestar generado por la retransmisión del Mundial en China, CCTV Sports habría optado por evitar las imágenes de aficionados sin mascarillas, reemplazándolas por otras de los jugadores, técnicos o el estadio. Así lo afirma el periódico South China Morning Post, que asegura que se ha aplicado esa pauta durante la retransmisión del Japón-Costa Rica o el Australia-Túnez, en la que también se habría optado por cortar las tomas en las que se aprecia la multitud.

En los últimos días ya había circulado por Twitter que los medios chinos optaban incluso por difuminar al público del Mundial. Más allá de los vídeos que pupulan por la Red, resulta complicado verificar sin embargo la autenticidad de ese material. Newsweek lo intentó este mismo viernes sin éxito y recordaba que en Twitter puede verse mensajes con capturas de retransmisiones chinas que a priori no muestran censura. En Weibo o Doiyin podría verse también [vídeos con público](https://www.douyin.com/search/world cup?source=normal_search&aid=8cbf7302-79b9-49c5-a80c-061cfde25f19&enter_from=recommend&focus_method=).

Porque en China la polémica del Mundial no es el país que lo acoge, ni la lista de convocados, ni el arbitraje o lo oportunos que hayan estado los jugadores sobre el campo. La clave es el público.

Imagen de portada: FIFA

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