El frío ha vuelto. Y lo ha hecho con fuerza. Cuando pensábamos que íbamos a vivir el invierno más caluroso de la historia, las Borrascas Gerard y Fien han puesto a la península en jaque y hemos visto un descenso notable de las temperaturas en casi todas las ciudades. Llega también en un momento en el que los precios de la energía siguen disparados: la OCU estima en 750 euros lo que se gasta en calefacción al año cada hogar.
Y claro, las familias se preguntan cómo ahorrar en climatizar sus casas. La respuesta puede ser la siguiente: aerotermia. O mejor: aerotermia subvencionada por el estado.
¿Qué es la aerotermia? Se trata de un sistema que permite emplear la energía térmica del aire para producir tanto aire acondicionado como calefacción o agua caliente. ¿Cómo? Gracias al intercambio de calor entre dos sistemas: nuestro hogar y el exterior.
Cuando queramos refrigerar nuestra casa tendremos que expulsar calor hacia el exterior. Cuando queramos calentar nuestra casa tendremos que absorber calor desde el exterior expulsando aire frío. Estos intercambios se realizan mediante un fluido capaz de pasar a estados líquidos y gaseosos liberando o absorbiendo calor en el cambio de fase.
¿Cómo se instala en casa? Todos estos procesos se hacen en el interior de un sistema llamado "bomba de calor", que es el dispositivo que nos permitirá calentar o enfriar en función de la dirección en la que trabaje el fluido. Por eso tendremos que tener una unidad dentro de casa y otra en el exterior encargada de expulsar aire frío o caliente.
Entre los sistemas más comunes destaca el suelo radiante, que aporta una distribución ideal de la temperatura ya que los conductos están instalados bajo el suelo y permite climatizar la estancia haciendo pasar el agua. Sin embargo, la instalación es más cara y requiere más obra. Otro sistema son los radiadores de baja temperatura: son como los radiadores convencionales pero más eficientes ya que trabajan a menor temperatura. En este caso la instalación es más fácil, rápida y barata.
¿Caro o barato? La buena noticia es que solo consume energía eléctrica para hacer funcionar el motor del compresor: por cada kWh que gasta, genera entre 3 y 4 kWh de energía calorífica. Por eso es tan eficiente. Lo que puede tirar para atrás a más de uno es el coste inicial, aunque es cierto que a la larga se recupera con el posterior ahorro energético. Además, existen una serie de subvenciones del Gobierno para llevar a cabo estas instalaciones térmicas con aerotermia a nivel residencial.
Las ayudas del Gobierno. Están impulsadas a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España y reguladas en el Real Decreto 477/2021. El objetivo es conseguir la "descarbonización, invirtiendo en infraestructuras verdes". Las ayudas base varían desde los 500 €/kW hasta un máximo de 3.000 euros por vivienda en el sector residencial y desde los 650 €/kW hasta los 3.900 euros para viviendas de propiedad pública y tercer sector
Por otro lado, hay una ayuda adicional para adecuar la climatización y los circuitos hidráulicos. Si es suelo radiante: 600 €/kW, con un límite de 3.600€ por vivienda. Si son radiadores de baja temperatura o ventiloconvectores: 550 €/kW, con un límite de 1.830€ por vivienda. Ambas ayudas se pueden combinar, por lo que la subvención máxima sería de hasta 6.500€ en caso de instalar una bomba de calor y suelo radiante.
¿Cómo solicitarlas? Se pueden pedir hasta el 31 de diciembre de 2023 en la web del IDAE donde encontrarás acceso a los portales desde los que se gestionan las ayudas de cada Comunidad Autónoma. Andalucía, Cataluña, Madrid, Valencia y País Vasco son las cinco que tienen un mayor presupuesto. También se pueden pedir otras ayudas para instalaciones de tecnología solar térmica, biomasa, geotérmica, hidrotérmica para climatización y/o agua caliente sanitaria.
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