De 20 a 10 minutos: la debacle de las TED Talks como prueba de que prestamos cada vez menos atención

Ted Talk
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John F. Kennedy persuadió a una nación para alcanzar la Luna en 18 minutos en 1962. Steve Jobs pronunció uno de los discursos de graduación más populares de todos los tiempos en 15 minutos en Stanford. Y en una charla TED con más de seis millones de reproducciones, David Christian explicó la historia del mundo en 17 minutos. "Si no puedes expresar tu punto de vista en 18 minutos, has fallado". Ha sido el lema de las TED Talks durante todos estos años. Hasta ahora.

La era de la información ha cambiado la capacidad de atención general y algunos estudios recientes sugieren que se está reduciendo. Y sí, las mismas TED Talks cada vez duran menos.

Está cambiando. Una investigación del analista de datos Victoriano Izquierdo, creador de Graphext, ilustra que todo este fenómeno ya está teniendo su impacto en la forma en la que se producen y consumen las nuevas TED Talks. Su estudio, en el que analizó cientos de conferencias desde 2016 en adelante, sugiere que la duración media de las charlas se ha reducido desde los 20 minutos hasta los 10 minutos. Y no sólo eso: las TED Talks se ven menos que antes.

Estábamos equivocados. “¿Si quiero lanzar una idea nueva, cuánto tiempo debe durar mi presentación?” Es una pregunta común que se hacen empresarios, profesores y cineastas de todo el mundo. Y había una respuesta respaldada por la neurociencia. De igual manera que Twitter obliga a las personas a ser disciplinadas en el tamaño de sus párrafos, al obligar a los oradores que están acostumbrados a hablar durante horas a hacerlo en 18 minutos, se mejora su engagement.

Ni el estatus ni la fama le dan a un orador la libertad de robar minutos extra a su público. Según el curador de TED Talks, Chris Anderson, 18 minutos son "lo suficientemente cortos para mantener la atención, incluso en Internet, y lo suficientemente precisos como para tomarse en serio. Pero también lo suficientemente largos para contar lo que importa".

¿Cómo funciona? A principios de la década de 1980, los científicos averiguaron que las personas sufren de "retraso cognitivo". Veámoslo de este modo: la información actúa como pesos. Cuantos más acumules, más probabilidades tendrás de dejarlos caer. Una conferencia de 5 minutos produce una cantidad relativamente pequeña de atrasos cognitivos, mientras que una conferencia de 30 minutos produce una cantidad relativamente grande. Además de esa acumulación, la audiencia tiene un período de atención corto que buscará estimulación alternativa, independientemente de lo cautivador que sea el material.

Sucede porque el cerebro es un acaparador de energía. El cerebro humano solo pesa 1,3 kilos, pero consume una cantidad desmesurada de glucosa, oxígeno y flujo sanguíneo. A medida que el cerebro recibe nueva información y se ve obligado a procesarla, millones de neuronas se activan a la vez, quemando energía y provocando fatiga y agotamiento.

La capacidad de atención cada vez es menor. Recientemente, un estudio publicado por la Universidad Técnica de Dinamarca sugiere que la capacidad de atención global colectiva se está reduciendo debido a la cantidad de información que se presenta al público. La investigación demuestra que las personas ahora tienen más cosas en las que concentrarse y lo hacen durante menos tiempo. Para llegar a esas conclusiones analizaron los últimos 40 años en la venta de entradas de cine, Google Books, datos de Twitter, tendencias de Google, Reddit y Wikipedia.

Los datos evidenciaron que una tendencia de Twitter de 2013 duraría una media de 17,5 horas, en contraste con una de 2016, que duraría solo 11,9 horas. Si bien las redes sociales definitivamente juegan un papel en este cambio, no son sólo el culpable. "Esta tendencia había comenzado hace al menos cien años", explicaron los investigadores.

No es culpa de TikTok. La idea de que ver muchos videos rápidos entrena a tu cerebro para responder a contenido cada vez más corto no es tan descabellada. Pero varios expertos explican que no es así. Cuando te desplazas por TikTok, tu cerebro recibe dosis de dopamina. La dopamina es un neurotransmisor liberado por el sistema de recompensa del cerebro y produce sensaciones de placer y te motiva a encontrar más. "Cuando ves algo que no te gusta, cambias rápidamente a algo que produzca más dopamina", explicaba el neuropsicólogo Sanam Hafeez.

Al igual que Instagram, Snapchat o Twitter, TikTok no está diseñado para fomentar períodos de atención prolongados. Pero el cerebro adulto es menos susceptible a cambios en su capacidad de atención que el cerebro adolescente, por lo que las horas de TikToks podrían no cambiar la forma en que te concentras a largo plazo.

Es la multitarea. Es por eso que la mayoría de científicos se han centrado principalmente en la multitarea: es decir, cuando prestamos atención a TikTok, Instagram y Twitter a la vez. Es ahí donde fallamos. Un estudio en World Psychiatry sugiere que las personas que realizan múltiples tareas en las redes sociales tienden a no concentrarse lo suficiente en ninguna.

Y en una encuesta realizada por Microsoft se descubrió que las personas tienden a perder interés en lo que están viendo después de unos 8 segundos si no es lo suficientemente divertido. La relación entre tecnología y capacidad de atención no es concluyente. Aún. Pero sí podemos afirmar que la multitarea es la causante de que los centros de atención de un cerebro acaben abrumándose rápidamente.

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