Más de la mitad de las bajas en la guerra ocurren cuando los soldados están entregando combustible, alimentos u otros suministros en zonas de combate, según los datos de Michael Griffin, subsecretario de defensa para investigación e ingeniería del ejército de los Estados Unidos. ¿La solución? Los vehículos autónomos capaces de transportar materiales en zonas de conflicto sin poner en riesgo las vidas de los soldados.
Pero no se trata de un proyecto nuevo. Tampoco una maniobra para aprovechar la tendencia que estamos viendo en los vehículos comerciales. La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa, más conocida por su acrónimo DARPA, creó en 2004, 2005 y 2007 diversas competiciones para el desarrollo de vehículos autónomos. De allí salió el proyecto TerraMax, un gran vehículo sin conductor diseñado por Oshkosh Trucks. Pero también nacieron las carreras profesionales de muchos ingenieros y ejecutivos que hoy en día están ayudando a las marcas a impulsar su propio coche autónomo.
EE.UU empieza las pruebas de sus vehículos pesados autónomos
Durante este mes de septiembre se desplegarán 30 vehículos semiautónomos en las maniobras de Fort Polk, Luisiana, mientras que otros 30 llegarán en enero del año que viene en Fort Sill, Oklahoma. Un total de 60 camiones en dos bases militares de los EE.UU que servirán para testear en condiciones reales si estos vehículos están preparados para el campo de batalla y desarrollar tácticas entorno a ellos.
Como describe el ingeniero Bernard Theisen, responsable del programa 'Leader-Follower' del Centro de Vehículos y Sistemas de Tierra (CCDC): "El objetivo principal de la tecnología autónoma es reducir el número de personas necesarias y limitar el tiempo de exposición a un posible ataque".
Esta tecnología semiautónoma está casi lista para integrarse en la estructura de apoyo del ejército norteamericano. No estamos ante un vehículo totalmente autónomo, sino a un sistema que puede implantarse en vehículos pesados para no requerir la acción del hombre, tampoco para monitorizar su actividad ni interactuar con el vehículo.
‘Leader-follower’, nombre de este sistema, está preparado para incorporarse a vehículos pesados como un PLS, un vehículo de carga paletizada. Justo en estos vehículos es donde ha sido incorporado este mes para utilizarse en las Compañías de Transporte 41ª (Luisiana) y en la 15ª de Fort Sill y el Centro de Fuegos de Oklahoma.
El plan original era introducir 300 vehículos pesados en 2025, pero el ejército redujo las expectativas del proyecto y se redujo el número de requisitos de los 45 iniciales a solo 15. Es decir, se redujeron las características imprescindibles que tenían que cumplir los vehículos autónomos para utilizarse sobre el terreno.
El General John Murray, Comandante del Comando de Futuros, ha acudido a la demostración de esta tecnología y su puesta en marcha para las pruebas en maniobras reales. Una muestra de la creciente importancia de este proyecto dentro del ejército. El plan ahora pasa por incrementar la producción para 2021, según National Defense. Sobre todo después que Oshkosh Defense, junto a Lockheed Martin, haya obtenido un contrato por valor de 49 millones de dólares para la adaptación de los camiones y vehículos pesados a estos sistemas.
Como describe Bernard Theisen a AutoNews: "El mayor desafío es percibir el mundo y luego procesar los datos. Los humanos cuando estamos involucrados en una situación que no entendemos, generalmente creamos nuestra propia solución. No pasa así con los robots".
Hay dos tipos de vehículos semiautónomos según describe el responsable del programa. El primero de ellos es de teleoperación, donde una persona puede controlar de forma remota el movimiento del vehículo. El segundo es el de 'Leader-Follower', que consiste en un vehículo que actúa de forma totalmente independiente y puede seguir al primer vehículo.
Honrando a los soldados caídos
Estos vehículos autónomos han sido honrados a los soldados caídos en combate. Como describe Jerome Aliotta, en el interior de 16 vehículos se ha colocado una plata negra metálica con el nombre y una breve biografía de soldados fallecidos durante operaciones de transporte en zonas de conflicto como Iraq.
Del presupuesto del Pentágono para 2020 de 3.700 millones de dólares en investigación de tecnologías autónomas, lo que incluye armas autónomas, drones y barcos, irán destinados unos 350 millones de dólares al desarrollo de vehículos autónomos de transporte, según fuentes consultadas por Axios.
"Llevamos haciendo vehículos autónomos mucho más tiempo que los Waymos y Teslas del mundo".
Los responsables del proyecto están orgullosos de sus desarrollos y no se ocultan: "Llevamos haciendo vehículos autónomos mucho más tiempo que los Waymos y Teslas del mundo", comenta Theisen en referencia a que los trabajos con sensores comenzaron a finales de los 90. "Hay muchas cosas que todavía está por aclarar, cómo quien es responsable si el vehículo falla. También hay un alto coste asociado".
En las zonas de conflicto no existen mapas de alta resolución disponibles para trabajar y desarrollar estos sistemas con comodidad. Hay carreteras que ni siquiera existen y en muchas ocasiones se trata de terrenos impasables o que cambian cada día. Son desafíos que el ejército de los EE.UU todavía tiene por delante, pero las pruebas en condiciones reales ya se han iniciado y el uso de esta tecnología, como también parecen tener claro desde China, es irreversible.
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