La basura electrónica es un problema importante que aún tenemos que resolver. La cantidad de residuos procedentes de los dispositivos electrónicos que estamos acumulando globalmente es una amenaza para el medioambiente, pero, afortunadamente, ya hay científicos trabajando en ello. Con frecuencia una mejora relativamente pequeña puede marcar una diferencia importante a gran escala, y esto es lo que parece defender Jack Ma, un profesor de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de Wisconsin, y sus colegas.
El equipo dirigido por Ma ha conseguido fabricar chips de arseniuro de galio que, en vez de utilizar las habituales obleas de silicio, recurren a una base de nanocelulosa, un material derivado de la madera, y, por tanto, biodegradable. Precisamente, que pueda descomponerse en poco tiempo es la clave para que, una vez que no resulten útiles, su materia sea «reciclada» por la propia naturaleza y no represente una amenaza para el medio ambiente.
Rinden como los chips normales
La solución propuesta por Ma no elimina completamente el material semiconductor, como cabe esperar, pero, según este investigador, reduce su presencia en un circuito nada menos que 5.000 veces. Además, la nanocelulosa es fácilmente descompuesta por los hongos comunes, y parece que no deja ni rastro. Ahora podemos preguntarnos si un chip que utiliza nanocelulosa tiene las mismas propiedades eléctricas, y, sobre todo, el mismo rendimiento que un chip normal. Según Ma, sí, aunque parece que la respuesta a esta pregunta aún no es un sí rotundo.
Por el momento estos investigadores han conseguido fabricar chips de comunicaciones que podrían ser integrados en dispositivos que utilizamos habitualmente, como smartphones o tablets, y que rinden prácticamente igual que los chips convencionales. Pero que, como hemos visto, contaminan mucho menos. Según Ma, esta estrategia también podría utilizarse en la fabricación de las células fotovoltaicas de los paneles solares, y posiblemente en el futuro encuentren la forma de aplicar esta tecnología a otros circuitos electrónicos, por lo que todo esto pinta bien.
Habitualmente cuando os hablamos de una innovación como esta solemos concluir el post diciéndoos que la tecnología mencionada aún no ha salido del laboratorio. Pero este no es el caso. Los investigadores responsables de estos chips con sustrato de nanocelulosa aseguran que su tecnología está lista para ser aplicada a escala industrial. Otra cosa muy diferente es que los fabricantes de dispositivos electrónicos decidan apostar por ella. Curiosamente, cabe la posibilidad de que los primeros en optar por estos chips «de madera» sean los militares estadounidenses por una razón: si alguno de sus dispositivos electrónicos cae en manos enemigas, se «autodestruirá» pronto por sí solo.
Vía | MIT Technology Review
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