El vídeo más espectacular de una luna cuyo destino es la muerte: Perseverance graba un eclipse de sol desde la superficie de Marte

El vídeo más espectacular de una luna cuyo destino es la muerte: Perseverance graba un eclipse de sol desde la superficie de Marte
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La de Fobos y Marte, como todas las historias de amor (o, al menos, las más bellas), terminará en tragedia. Nos guste o no, la más grande de las Lunas del planeta rojo está condenada a estrellarse contra su superficie en apenas un par de decenas de millones de años. Eso, en términos geoplanetarios, es poco, muy poco, casi un suspiro. Sin embargo, mientras ese final se precipita, la relación entre ambos cuerpos celestes es capaz de darnos imágenes realmente espectaculares.

Sobre todo, cuando interviene un tercero.

Planetas, satélites y viceversa. Los satélites de Marte no son muy grandes. Donde la Luna tiene un radio de 1.773 kilómetros, Fobos tiene solo once. Son tan pequeños que, durante el periodo clásico, nadie sabía nada de ellos. Hubo que esperar al 18 de agosto de 1877 para que Asaph Hall los viera utilizando el gran refractor de 66 cm del Observatorio Naval de los Estados Unidos. Sin embargo, tienen efectos muy interesantes sobre la superficie del planeta.

Al fin y al cabo, las "fuerzas de marea" que provoca Fobos al orbitar el planeta 'tiran' de la corteza y el manto de Marte. El problema es que, para sacarle todo el partido a esa información y utilizarla para aprender sobre la composición geológica de las estructuras del planeta, necesitamos estar pendiente a eventos muy concretos: por ejemplo, los eclipses.

Cuando tres no son multitud. En los últimos 18 años, de hecho, varios rovers marcianos han podido observar el paso de Fobos por delante del Sol. Los primeros fueron Spirit y Opportunity en 2004; más tarde, el Curiosity consiguió filmar un vídeo del eclipse en 2019. Ahora ha sido Perseverance el que ha utilizado su sistema de cámaras Mastcam-Z para grabar a Fobos eclipsando el Sol.

Se trata del vídeo más cercano y con mayor tasa de fotogramas realizado hasta la fecha; pero, sobre todo, se trata de un fenómeno alucinante. No sólo por el hecho en sí mismo, sino por pensar en que somos capaces de ver esa maravilla desde la superficie de un planeta que está a, como poco, 56 millones de kilómetros de la Tierra.

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