El ciclo 25 del Sol se acerca a su punto de mayor actividad. Como estaba previsto, el máximo solar ha llegado con múltiples, potentes llamaradas y tormentas geomagnéticas. Se esperan auroras donde no solemos verlas.
Si bien la llamarada solar más intensa hasta ahora, de clase X9, se produjo la semana pasada, no trajo consigo auroras muy visibles fuera del círculo polar ártico porque fue poco eruptiva. La cosa ha cambiado esta semana con una serie de eyecciones de masa coronal (disparos de materia y radiación electromagnética del Sol) que se dirigen a la Tierra y han empezado a alcanzarla.
El Centro de Predicción del Clima Espacial de Estados Unidos (NOAA SWPC) dio ayer una rueda de prensa para informar de una tormenta geomagnética de nivel G4 (severa) que se espera para este 10 de octubre. Es una alerta similar a la de mayo. De hecho, solo se ha emitido dos veces desde 2005: en mayo y ahora.
La tormenta está asociada a una fulguración de clase X1.8 que fue registrada por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA. La llamarada vino acompañada de una de las eyecciones de masa coronal más rápidas registradas en el actual ciclo 25 del Sol, viajando a más de cuatro millones de kilómetros por hora.
Se esperan auroras tanto hoy como mañana, 11 de octubre, en latitudes mucho más bajas de lo normal. Paciencia: vienen más tormentas de camino. El ciclo solar 25 está demostrando una actividad más alta de lo previsto. El número de manchas solares, donde se producen las llamaradas, ha aumentado rápidamente.
¿Cuándo estaremos en el máximos solar como tal? Imposible saberlo hasta que pase, pero los astrónomos y meteorólogos del clima espacial esperan actividad solar elevada durante el resto de este año y el año que viene, pero nada comparable a un evento Carrington moderno, por ahora.
Los efectos más comunes de estas tormentas geomagnéticas son la pérdida temporal de señales de radio y sistemas de navegación por satélite. La Estación Espacial Internacional y la Estación Espacial China también tendrán que valorar el riesgo de la exposición de sus astronautas a la radiación.
Imagen | NASA
En Xataka | Tenemos dos horas para proteger la red eléctrica de una tormenta solar extrema. Las auroras de mayo lo demostraron
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