Para el terraplanismo, explicar los eclipses no es un reto: es una oportunidad

Estos son algunos de los argumentos que esgrimen quienes creen que la Tierra es un disco (y los motivos por los que no funcionan)

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Explicar un eclipse de Luna desde el terraplanismo requiere auténticos equilibrismos intelectuales: Una Tierra plana, por mucho que tenga forma de círculo, difícilmente proyectaría una sombra circular sobre la Luna. Pero ¿Qué hay de los eclipses de Sol como el que verán en Norteamérica el próximo lunes?

Mientras los Estados Unidos se preparan para su evento astronómico del año, el eclipse del próximo 8 de abril, los teóricos de la conspiración de la tierra plana, los terraplanistas, han aprovechado para hacer proselitismo.

Y es que para este grupo el eclipse no solo no pone en entredicho su hipótesis: la refuerza.

La explicación puede variar, ya que existen distintos “modelos” cosmológicos basados en la idea de la Tierra plana. Hay terraplanistas que no tienen claro su modelo, pero el convencional no les convence.

Quizá el modelo más convencional de Tierra plana ve nuestro planeta como un disco con el polo norte en el centro y el continente antártico convertido en un muro de hielo tras el que se erige una cúpula. La cúpula celeste convertida en una estructura literal.

En este modelo el Sol y la Luna tienen el mismo tamaño y no solo el mismo tamaño aparente, ya que se encuentran a la misma distancia del suelo. El hecho de que el tamaño aparente de ambos astros coincida parece un exceso para los terraplanistas. ¿Casualidad? Ellos no lo creen.

El evidente contraargumento a esto se encuentra en otro tipo de eclipse: los anulares. Puesto que las órbitas de la Tierra y la Luna no son circulares sino elípticas, el tamaño relativo de la Luna y el Sol no son idénticos. Cuando el tamaño relativo de la Luna es menor y esto coincide con un eclipse podemos observar eclipses anulares, eclipses en los que no se cubre el disco solar sino que dejan ver un “anillo” alrededor del satélite.

Así es como se ven los eclipses en Marte, un planeta cuyos satélites son mucho más pequeños, incluso teniendo en cuenta su posición más alejada en el sistema solar.

Hay otro problema con la idea de que Sol y Luna se encuentren a la misma distancia en la bóveda celeste. Se trata de la zona de eclipse parcial. Los eclipses solares solo son visibles en una pequeña franja de la Tierra. Más allá de esa franja el eclipses se ve de forma parcial… o no se ve, aun siendo de día.

En un modelo “abovedado”, con Sol y Luna del mismo tamaño y a la misma distancia, si el satélite cubriera plenamente a la estrella, esta quedaría cubierta independientemente de nuestra perspectiva. El eclipse, además, se “mueve” con la rotación de la Tierra, es decir, la franja de ocultación total no vive el eclipse al mismo tiempo.

Varios argumentos

Otro de los argumentos utilizados por los terraplanistas está en el movimiento del eclipse “sobre el mapa”. Este argumento tuvo popularidad durante el último eclipse norteamericano, en 2017. La idea está en que aunque el Sol se desplace de este a oeste desde nuestra perspectiva, el eclipse se mueve de oeste a este en el mapa.

Aquí la clave está en las velocidades relativas. Como explica la agencia espacial estadounidense, la NASA, la Luna se desplaza hacia el este a una velocidad de 3.400 km/h, mientras que la Tierra rota, también hacia el este a une velocidad de 1.730 km/h en el ecuador. Es por eso que la sombra de la Luna se desplaza hacia el este, y lo hace a una velocidad de 1.670 km/h.

El tercer y último argumento terraplanista se basa en un experimento que podemos hacer el casa. Generalmente, si tomamos un foco de luz y alumbramos un objeto, la sombra que proyectará este objeto siempre será más grande que la superficie de su proyección natural. Es decir, la sombra será más grande que el objeto en sí mismo.

Entonces, ¿por qué la sombra del eclipse es más pequeña? La respuesta es que no lo es. El Sol es una fuente de luz enorme y alejada. La sombra está compuesta por la umbra y la penumbra. La penumbra es la zona que queda totalmente oculta de la fuente de luz, mientras que la umbra es la que queda parcialmente oculta.

A mayor tamaño de la fuente de luz, mayor el desfase entre umbra y penumbra. Además, cuanto más alejada esté la fuente de luz, menor la diferencia entre la extensión de la sombra y la del objeto que la proyecta. Es por eso que la umbra que proyecta la Luna en nuestro planeta es ligeramente mayor que el área de la proyección directa del satélite.

El eclipse de 2017, el primero en décadas visto desde Norteamérica fue el gran precursor de algunos de estos argumentos. Argumentos que ahora resurgen y han vuelto a recibir atención mediática.

¿Por qué es importante? Como explica Jeffrey Blevins, profesor de periodismo en la Universidad de Cincinnati a USA Today, el problema con esta teoría de la conspiración es que genera un escepticismo radical. “No solo están primados a creer que la Tierra es plana, se les prima a creer que no puedes confiar en la ciencia, los académicos, los medios o el gobierno,” señala Blevins.

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Imagen | Flatearthgifts / Jean Beaufort

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