Estrella de la muerte o luna candidata a albergar vida: así es Mimas, el satélite de Saturno

Un enorme océano podría esconderse bajo el hielo superficial de esta pequeña luna

Mimas Edit
5 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

En términos relativos al tamaño de este satélite, el cráter Herschel es uno de los más grandes del sistema solar. Esta huella, junto con su color grisáceo da a la luna de Saturno Mimas un aspecto que recuerda a la Estrella de la Muerte, la mítica estación espacial de la Guerra de las galaxias.

Ahora un grupo de astrónomos acaba de encontrar uno de los elementos para la vida: agua.

Océano escondido. Un equipo de investigadores ha hallado pruebas de la existencia de un océano bajo la superficie helada de Mimas, una de las grandes lunas de Saturno. Se trata, además de una considerable masa de agua, el 50% del volumen del satélite.

El océano sería, explican los autores del hallazgo, relativamente joven. Se habría formado hace entre 5 y 15 millones de años.

Mimas. El satélite de Saturno tiene menos de 400 kilómetros de diámetro. Fue descubierto en 1789 por el astrónomo William Herschel, en cuyo honor fue bautizado el llamativo cráter de esta luna.

La sonda Cassini visitó las inmediaciones de este satélite en diversas ocasiones, tomando datos e imágenes del satélite (como la que mostraba a Mimas con cierto aire a Pac Man). Los datos compilados por la sonda de la NASA han sido instrumentales para el nuevo hallazgo.

Delatado por el baile. El equipo responsable del descubrimiento se encontraba estudiando los datos de esta sonda para dilucidar si podía existir alguna relación entre la órbita de este satélite y el movimiento de algunos de los objetos situados en el área de los anillos de Saturno conocida como la división de Cassini.

Con lo que se encontraron fue con un extraño movimiento de Mimas, que trataron de explicad a través de simulaciones que les dejaron dos posibilidades. Una, la existencia de este gran océano bajo el hielo y la otra la posibilidad de el núcleo rocoso de Mimas tenga una forma oblonga.

La “juventud” de este océano y el grosor de la capa de hielo (entre 20 y 30 kilómetros) serían los factores que habrían permitido al mar interior permanecer oculto al análisis in situ de la sonda Cassini, que sí pudo ver en primera fila cómo el agua sí emergía en Encélado como si de géiseres se tratara.

Gemelas inesperadas. El descubrimiento convierte ahora a Mimas y Encélado en una suerte de lunas gemelas. Ambas tendrían una superficie helada ocultando grandes masas de agua líquida. El tamaño de ambas sería comparable (el diámetro de Encélado es algo mayor, unos 500 km).

Sin embargo estas dos lunas tendrían distintas dinámicas geológicas. Encédalo generaría la energía térmica que derrite el hielo interior como causa de la fuerza de marea en su núcleo rocoso (esta fuerza se debe a la diferente intensidad con la que la gravedad actúa en la zonas más cercanas a Saturno en comparación con las más lejanas, como se da con las mareas).

Sin embargo en el caso de Mimas, sería el movimiento ondulatorio del agua, el mismo que causa su curiosa órbita, el que generaría esta energía. Los detalles del estudio fueron publicados recienemente en un artículo en la revista Nature.

Buscando vida. Este hallazgo pone a Mimas bajo la lupa de quienes buscan vida en nuestro sistema solar. Aun partiendo de la improbabilidad de que exista la vida tal y como la comprendemos, este océano podría servir a los astrobiólogos para comprobar cómo podían ser los océanos de otras lunas heladas en sus primeros millones de años.

“La existencia de un océano de agua líquida recién formado convierte a Mimas en un candidato de estudio idóneo para investigadores analizando el origen de la vida,” explicaba en una nota de prensa Nick Cooper, coautor del estudio recientemente publicado en Nature.

En Xataka | Ocho misterios espaciales no resueltos (y uno que dejó de serlo en 2018)

Imagen | NASA/JPL/GSFC/SWRI/SSI

Inicio