La clave para entender el Universo está a un millón y medio de kilómetros de la Tierra: LISA Pathfinder es un éxito

La clave para entender el Universo está a un millón y medio de kilómetros de la Tierra: LISA Pathfinder es un éxito
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Cuando hace unos meses avisábamos de no íbamos a parar de hablar de las ondas gravitacionales, no nos equivocamos mucho. La Agencia Espacial Europea acaba de presentar los primeros resultados de LISA pathfinder, la apuesta europea por liderar la astronomía gravitacional.

Y las noticias no pueden ser mejores. Los astrónomos de la ESA han demostrado que es posible crear un enorme observatorio dedicado a la astronomía gravitacional a un millón y medio de kilómetros de la Tierra. Así que ahora sólo queda ponerse manos a la obra. LISA está en marcha y con ella nuestra capacidad real para comprender el universo.

¿Qué es LISA pathfinder?

LISA Pathfinder o SMART-2 (Small Missions for Advanced Research in Technology) es una prueba de la Agencia Espacial Europea. La complejidad tecnológica de este proyecto hizo que la ESA decidiera mandar un satélite destinado a validar las tecnologías que se usarán en la misión LISA, el proyecto europeo que junto al LIGO americano nos permitirá entender el origen, desarrollo y futuro del universo.

Lisa Pathfinder partió el 2 de diciembre de 2015 hacia el primer punto de Lagrange a un millón y medio de kilómetros de la Tierra. Una vez allí, LISA Pathfinder nos ayudará a comprobar que las técnicas de interferometría láser en las que se basa el proyecto LISA tienen sentido. El uno de marzo de este año, tras meses de viaje, comenzaron las pruebas.

Con una inversión de más de 400 millones de euros, el objetivo de LISA es observar ondas gravitacionales mediante un grupo de 3 satélites que pese a estar muy lejos entre sí, captarán conjuntamente variaciones de longitud de onda de apenas unas décimas del tamaño de un átomo.

¿Qué son las ondas gravitacionales?

Las ondas gravitacionales son ondas en el espacio tiempo. Quizá la forma más sencilla de entenderlo es imaginar el universo como un enorme estanque, un estanque tranquilo, inmenso y silencioso. Como en un estanque, si tiramos una piedra en él (en este caso, agujeros negros peleando entre sí o la explosión de una supernova) se generan ondas que se expanden por todo el espacio-tiempo.

Aunque parezca algo muy teórico, las ondas gravitacionales son una herramienta fundamental para estudiar los agujeros negros y la única forma de conocer lo que pasó en los primeros momentos tras el Big Bang. Es decir, en los primeros 400 o 500 mil años de vida del universo. Según nuestros modelos cosmológicos, en esos momentos la densidad de la materia en expansión era tal que la luz no podía 'escapar' de ella. Es decir, la luz estaba 'confinada dentro' de la materia y por eso no podemos ver el nacimiento del espacio-tiempo.

En cambio, la gravedad y sus ondas comenzaron desde el primer momento. Y gracias a ellas podemos ver el verdadero origen de todo lo que conocemos. Como explicábamos hace unos meses y sin ser del todo precisos, es como si el Big Bang hubiera mandado mensajes-en-una-botella utilizando las ondas-olas que provocó en el estaque espacio-temporal.

¿Por qué hoy es un día importante?

Puede parecer que tras el descubrimiento de las ondas gravitacionales por el proyecto americano, todo lo que se haga ya tiene poco sentido. Pero, en realidad, no es así: si no se hubieran descubierto las ondas, "estaríamos lanzando una misisón al espacio sin saber siquiera si el fenómeno físico existe o es detectable".

Los proyectos americano y europeo son parte de un mismo proyecto de investigación. Son por así decirlo dos gigantescas orejas que, juntas, nos ayudan a escuchar la estructura del Universo. Mientras LISA, a millón y medio de kilómetros de nosotros, permite oír el espacio casi sin ruido; LIGO, aquí en la Tierra, es capaz de detectar casi cualquier movimiento "desde el tránsito de la Tierra alrededor del Sol a los coches que pasan cerca de las instalaciones". Combinadas nos permiten estudiar el sonido al completo.

Con los resultados de hoy, se da el pistoletazo de salida a la verdadera misión LISA y, con ella, se amplia dramáticamente nuestra capacidad para entender el Universo.

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