Tras las "carreteras solares", llegan los carriles bici solares. En Países Bajos, evidentemente

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Países Bajos quiere más carriles bici solares. Y los quiere mejores. Hace casi una década el país se convirtió en un pionero con la instalación de un tramo de paneles de 70 kilómetros en Krommenie, a las afueras de Ámsterdam. Convencidas de que estas infraestructuras pueden ayudar en la carrera de la descarbonización, ahora las autoridades de Brabante Septentrional, una provincia limítrofe con Bélgica, han decidido apostar por un nuevo trazado con módulos integrados.

De momento es solo un proyecto de medio kilómetro, pero sus responsables lo plantean como un estudio para averiguar cómo de eficiente resulta la fórmula.

¿En qué consiste el proyecto? En un carril bici solar de alrededor de 500 metros de longitud que se comenzará a instalar a finales de este mismo mes en Brabante Septentrional. Las autoridades han optado en concreto por un tramo de la carretera provincial N285 comprendido entre la autopista A16 y el municipio de Wagenberg. Para cubrirlo se utilizarán cerca de 600 paneles solares que —he aquí una de sus peculiaridades— se integrarán en la capa superior del pavimento.

¿Cuál es el objetivo? Demostrar que las ciclovías pueden ayudar de varias formas en la descarbonización del país: facilitando el uso de las bicis frente a los vehículos de combustión y, de paso, generando energías renovables. "Los carriles bici solares aseguran que el espacio se usa de manera óptima y al mismo tiempo producen energía sostenible", reivindican las autoridades de la provincia.

Ese es el punto de partida. Con el proyecto de la N285, Países Bajos busca sin embargo algo más: ampliar sus conocimientos sobre la mejor forma de llevar los paneles a los carriles bici. Sus responsables se encargarán de realizar mediciones durante cinco años para aclarar cuestiones cómo la resistencia de los materiales, sus necesidades de mantenimiento, el rendimiento energético o si afecta a la experiencia de los ciclistas. "El objetivo del proyecto es aprender de él".

¿Es una iniciativa aislada? No. Como recuerdan desde la administración neerlandesa, hay otro pequeño tramo de carril bici solar a lo largo de la carretera N395, cerca de Oirschot, y la N324, en las cercanías también de Grave. En ambos casos las instalaciones se localizan en Brabante Septentrional. La construcción de la N285 se enmarca además en un proyecto mucho más amplio, el Zon op Infra, que promueve el uso de sistemas de energía solar integrados en infraestructuras ferroviarias, autopistas, vías fluviales o ciclovías repartidas por el país.

"La provincia de Bravante Septentrional coopera con las de Holanda Septentrional y Holanda Meridional —explican—. Al unir fuerzas y sacar a concurso un mayor número de metros cuadrados a la vez se hace posible que las partes del mercado inviertan en tecnología. También se construye un tramo en la provincia de Holanda Septentrional, a lo largo de la N232, cerca de Vijfhuizen".

¿Son nuevas las vías solares. No. En 2015 Países Bajos estrenó una infraestructura pionera, SolaRoad, situado en la localidad de Krommenie y que combinaba ciclovías y módulos fotovoltaicas integradas en el hormigón. Desde entonces soluciones similares se han probado en otras muchas ciudades y países, tanto con carriles para bicicletas como autopistaso incluso vías de ferrocarril. En viales ciclistas destacan por ejemplo Corea del Sur y Alemania, que ha decidido poner en marcha en Friburgo un nuevo proyecto piloto de 300 m.

Su caso es interesante porque las autoridades germanas han optado por una fórmula distinta a la holandesa. Si en Brabante Septentrional han decidido apostar por los módulos incrustados en el pavimento, en Alemania se han decantado por el techo solar. De fondo late una cuestión crucial: cuál es la mejor forma de trasladar los módulos a las infraestructuras, la que ofrece mayor eficiencia y resistencia. A modo de ejemplo, los primeros carriles de SolaRoad mostraban una capacidad de generación bastante inferior a la de cualquier otra instalación convencional.

… Y de extender los paneles. He ahí otra de las claves detrás de proyectos como el de Brabante Septentrional o el programa Zon op Infra. Con los objetivos energéticos definidos por Bruselas como telón de fondo —para 2030 quiere que las renovables alcancen una cuota de consumo del 42,5%—, industria, instituciones e investigadores se han lanzado a buscar formas de llevar las dotaciones solares y eólicas a nuevos espacios, más allá de los tejados o las grandes instalaciones.

Y con ese propósito en mente, claro está, han mirado más allá de las ciclovías. En los últimos años se han planteado fijar paneles en otros espacios, como vías del tren, autovías, balcones, balsas, estanques, océanos, verjas, invernaderos y huertas, fachadas, ventanas… e incluso en las cubiertas de las catedrales.

Imagen de portada: Provincie Noord-Barbant

En Xataka: La tecnología de los paneles solares está aún en pañales. El siguiente paso: "cosechar" el Sol

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