Al Gobierno alemán no le ha resultado fácil sacar adelante la construcción de la primera fábrica de semiconductores de la compañía taiwanesa TSMC en suelo europeo. Estará alojada en Dresde, la capital del estado de Sajonia, en el este de Alemania. y costará algo más de 10.000 millones de euros. No cabe duda de que es muchísimo dinero, pero si lo ponemos en contexto y tenemos presente que la planta que está construyendo Intel en Magdeburgo va a costar finalmente unos 30.000 millones de euros el coste de la fábrica de TSMC resulta razonable.
Sea como sea la puesta a punto de ambas plantas estuvo a punto de irse al garete a finales de 2023. La crisis económica a la que se enfrenta actualmente Alemania arrojaba dudas serias acerca de su capacidad actual para asumir las inversiones que necesariamente debe acometer para llevar a buen puerto estos proyectos. En este escenario Michael Kellner, el secretario de Estado para Asuntos Económicos, se vio obligado a salir a la palestra con el propósito de calmar los ánimos y despejar las dudas que se cernían sobre el Gobierno alemán.
"Las inversiones que requieren los proyectos de transformación están garantizadas. Con estos fondos aseguraremos nuestra capacidad económica futura. Esta estrategia beneficiará a todo el país, a todas las personas, especialmente a la clase media", declaró Kellner. El tiempo le ha dado la razón. Los preparativos necesarios para iniciar la construcción de ambas plantas están en marcha, aunque, eso sí, la Administración germana ha confirmado que dedicará 22.000 millones de dólares a la entrega de incentivos directos a los fabricantes de chips.
El proyecto de la planta de semiconductores de Dresde arrancará oficialmente en agosto
Alemania quiere ir de la mano de Países Bajos en la industria europea de los semiconductores. El fabricante de equipos de litografía neerlandés ASML es la joya de la corona europea si nos ceñimos a la industria de los circuitos integrados, y Alemania está decidida a afianzarse como el bastión europeo de la fabricación de chips. En este contexto TSMC es un aliado muy sólido. De hecho, esta empresa acapara actualmente alrededor del 60% del mercado de la fabricación de circuitos integrados y es la propietaria de algunas de las tecnologías de integración más avanzadas.
El acto de inauguración tendrá lugar el 20 de agosto, pero las obras comenzarán a finales de 2024
C. C. Wei, el presidente y director general de TSMC, liderará la ceremonia de inauguración que tendrá lugar el próximo 20 de agosto en Dresde. Ese día arrancará oficialmente la puesta a punto de la planta, aunque las obras de construcción presumiblemente empezarán a finales de 2024. En cualquier caso, TSMC no está sola en este proyecto. Robert Bosch, Infineon y NXP son algunos de los inversores involucrados en la construcción de la fábrica. De hecho, cada uno de ellos posee una participación del 10% en estas instalaciones.
Curiosamente la planta ESMC (European Semiconductor Manufacturing Corp.), que es como se llamará la nueva fábrica de TSMC en Alemania, estará alojada justo al lado de la planta que tiene Bosch en Dresde y muy cerca de las instalaciones que Infineon está ampliando actualmente. En cualquier caso la construcción y la puesta a punto de una planta de semiconductores de vanguardia es compleja y raramente puede llevarse a cabo en menos de tres años. De hecho, TSMC prevé que las instalaciones de ESMC entren en operación a finales de 2027. Ya veremos si finalmente logra cumplir su propósito.
Imagen | TSMC
Más información | Nikkei Asia
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