Hay una nueva guerra abierta entre Europa y las Big Tech: nadie quiere asumir el multimillonario coste de las redes

Torre Telecomunicaciones
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Las cartas están sobre la mesa. La Comisión Europea ha abierto finalmente la consulta pública para decidir si se obligará a las grandes tecnológicas como Google, Netflix o Meta a que asuman el coste de las redes de telecomunicaciones. Es un debate que lleva años discutiéndose y finalmente Europa ha decidido recogerlo. Es el primer paso de una nueva guerra abierta. Y las partes están muy alejadas. 

Las telecos han conseguido su propósito. La Comisión Europea ha escuchado las peticiones de las operadoras. Hace dos años, las 13 grandes telecos europeas, entre ellas Telefónica, Vodafone y Orange, se unieron para solicitar por carta a Europa que se forzara a las empresas tecnológicas que hacen un gran uso de la red a que ayuden a sufragar los costes de esta infraestructura. 

Esta semana se ha dado el paso, pero es simplemente un primer vistazo. Hasta el próximo 19 de mayo de 2023 se recibirá el feedback de todos los implicados, para posteriormente estudiar posibles medidas.

Europa todavía no ha tomado parte... pero está clara su inclinación. "La Comisión está firmemente decidida a preservar una internet neutral y abierta", aseguran con el lanzamiento de esta consulta. Una que "persigue determinar cuáles son los tipos de infraestructuras necesarias"; busca "recabar la opinión de las partes interesadas"; desea que "todas las partes que se beneficien de la transformación digital contribuyan de manera equitativa a las inversiones" y reconoce que "se trata de una cuestión compleja que requiere un análisis exhaustivo de los hechos y cifras subyacentes". 

Como vemos, desde Europa se parte de una posición neutral. Sin embargo, autoridades como el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, ya han dejado entrever que su visión del debate está más cercana a las tesis de las operadoras:

"Hoy nos aseguramos de que todos, y en toda la UE, tengan acceso a una conectividad rápida y segura, pero una internet de alta velocidad requiere importantes inversiones. Esta es la razón por la que, además de facilitar el despliegue de las redes a corto plazo, estamos estudiando la importante cuestión de quién debe sufragar la próxima generación de infraestructuras de conectividad, y en particular si las plataformas deben compartir con los operadores de telecomunicaciones los gastos de las inversiones en conectividad de próxima generación". 

España, entre los países que más está pujando por hacer pagar a las Big Tech. Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos, defendía la "igualdad de condiciones", apostando porque compañías como Google o Amazon contribuyan con la "parte justa". 

Organismos como la GSMA también apuntó que el volumen de datos ha crecido exponencialmente y que más de la mitad del tráfico de internet esta generado únicamente por seis compañías. Durante el proximo Mobile World Congress 2023, el debate del "pago de las tuberías" será sin duda muy comentado. 

Se necesita dinero para el 6G. Según los cálculos de las teleco, las futuras redes gigabit necesitarán una inversión de unos 300.000 millones de euros. Es precisamente para ayudar a sufragar esta enorme inversión que viene, que los operadores quieren una ayuda adicional. 

Por el lado contrario, desde la Asociación de la Industria de la Informática y las Comunicaciones (CCIA) que representa entre otros a las grandes tecnológicas, explican que "los europeos ya pagan a los operadores de telecomunicaciones por acceder a internet, no deberían tener que pagarles una segunda vez". 

Qué dicen las Big Tech. Una de las empresas que ya esta definiendo su posición en este debate es Google. Fuentes de la compañía explican que la relación entre los operadores y las tecnológicas es simbiótica, donde la demanda de uno viene impulsada por el otro. Desde Google apuntan que las Big Tech también invierten miles de millones de dólares en infraestructura de red, como por ejemplo los cables submarinos

Pero quizás el dato más relevancia que apuntan es que el crecimiento del trafico de internet se está desacelerando y que esto no se traduce en mayores costes significativos. Estará aquí, en los cálculos que hagan unos y otros sobre cuánto cuesta realmente la construcción de las redes de telecomunicaciones, donde Europa tendrá que decidir. Se avecina una nueva batalla. Hay muchísimo dinero en juego. 

Imagen | AR

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