Parece el argumento de una película de Michael Bay. Se produce una gran tormenta solar y de repente, el apocalipsis: nos quedamos sin internet. Las comunicaciones podrían colapsar, y ese escenario que parece distópico es en realidad una posibilidad menos remota de lo que nos gustaría pensar.
Así lo aseguran científicos de la Universidad de California que han hablado de cómo una eyección de la masa coronal del sol provocaría una onda de radiación que dejaría KO a la red GPS pero que también podría causar estragos en los grandes cables submarinos que son parte fundamental del esqueleto de internet.
Tenemos malas noticias y buenas noticias. ¿Cuáles quieres primero?
Los investigadores que han realizado el estudio analizaron el posible impacto de esa gran tormenta solar, y al hacerlo tenían buenas y malas noticias.
Las buenas noticias es que la infraestructura local y regional de internet no se vería especialmente afectada: la fibra óptica es básicamente inmune a las corrientes inducidas geomagnéticamente.
Las malas son, en realidad, muy malas. Aunque esa infraestructura local no se vería (prácticamente) afectada, el riesgo sería mucho mayor para los cables submarinos que conectan continentes y transmiten un enorme caudal de datos.
Una tormenta solar podría afectar a varios de esos cables y causar una pérdida masiva de la conectividad, haciendo que países enteros se vieran aislados y desconectados de fuentes de datos a pesar de poder tener conectividad local.
Las eyecciones de masa coronal son (afortunadamente) poco frecuentes
Para estos científicos "nuestra infraestructura no está preparada para un evento solar de gran escala. Tenemos una comprensión muy limitada del alcance que podrían tener los daños".
Ha habido de hecho pocos eventos de este tipo registrados en nuestra historia. Se conoce el que tuvo lugar en 1859, llamado 'Carrington Event', y que provocó que las agujas de las brújulas bailaran de forma descontrolada y también que se vieran auroras boreales en el ecuador, en Colombia.
En 1989 una tormenta solar moderada tumbó la red hidroeléctrica de Quebec y causó un apagón de nueve horas al nordeste de Canadá, pero por entonces internet estaba en pañales.
Por qué los cables submarinos son tan vulnerables
El problema con los cables submarinos es que en su construcción se incluyen repetidores que se sitúan a distancias de entre 50 o 150 km dependiendo del cable. Con ellos es posible amplificar la señal y evitar pérdidas de información.
El problema es que los componentes electrónicos de esos repetidores sí son vulnerables a las corrientes inducidas de forma geomagnética, y varios fallos en varios repetidores podrían hacer que la conectividad en ese cable submarino se perdiese de forma parcial o completa.
Según el estudio, las latitudes altas son las más expuestas a este tipo de grandes tormentas solares, y eso hace que por ejemplo Asia esté menos expuesta ya que Singapur, que es "concentrador" de muchos cables submarinos, está situado cerca del ecuador.
La cosa cambia con los cables que cruzan el Pacífico y el Atlántico y que podrían estar más en riesgo si están situados en esas latitudes. Es posible que gracias al diseño redundante de internet se pudieran aliviar las desconexiones, pero muchos servicios básicos como el DNS podría quedar KO por esta circunstancia y afectar de forma severa a las comunicaciones.
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