Los eventos de bioluminiscencia son uno de los fenómenos más vistosos del mar. También son una mala señal

  • El último evento de este tipo ha sorprendido a los habitantes de Sidney, Australia

  • Calentamiento oceánico y acidificación de las aguas son dos de los fenómenos asociados a estos eventos

Corte Bioluminiscencia
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En la Isla del Vieques, al este de Puerto Rico, podemos encontrar un lugar que parecería sacado de algún relato de fantasía, la llamada bahía    de Puerto Mosquito. Las aguas de esta bahía emanan una luz azul que se intensifica con el romper de las olas. Un fenómeno hipnótico que podría tener su lado oscuro.

Sidney. Los habitantes de Nueva Gales del Sur han tenido la oportunidad de disfrutar de un fenómeno no tan común en sus aguas como lo es en la Isla del Vieques. Durante los últimos días la marea bioluminiscente atrajo la atención de decenas de personas interesadas en el fenómeno según reportaba la prensa local.

Esta marea azul habría sido causada por unos microorganismos llamados noctiluca. Se trata de un género de organismos perteneciente a la superclase denominada dinoflagelados. Estos son organismos unicelulares, parte de lo que suele considerarse plancton marino.

No es la primera vez que este fenómeno se acerca a la región y algunos expertos han mostrado ya su preocupación ya que la proliferación de estos microorganismos puede verse como señal del deterioro de los ecosistemas marinos.

Microorganismos de luz. La bioluminiscencia no es una cualidad muy habitual entre los organismos que nos rodean. Una de las características clave de la bioluminiscencia es que los organismos generan luz a partir de procesos químicos en su interior. Las luciérnagas son el mejor ejemplo de organismo bioluminiscente a nuestro alrededor, pero está lejos de ser el único.

Pero si salimos de nuestro entorno inmediato podemos encontrar una región de la Tierra en la que la bioluminiscencia, en mayor o menor grado, es la norma: la zona pelágica. Hasta el 80% de los animales que viven en las profundidades del océano, entre los 200 y los 1.000 metros de profundidad son bioluminiscentes.

Multitud de tipos de seres vivos con escasa vinculación taxonómica entre sí, desde peces hasta los sifonóforos (Siphonophorae), pasando por medusas y calamares pueden iluminar partes de su cuerpo. El objetivo de esta iluminación varía de especie en especie. Aquellas que poseen visión pueden ayudarse de la biolumniscencia para ver en las profundidades, otras pueden utilizar esta luz para aparearse, para camuflarse, e incluso como advertencia o aposematismo.

Noctiluca. Noctiluca scintillans es el nombre de la especie que ha sido señalada como causante de la marea bioluminiscente de Sidney. Noctiluca scintillans es la única especie descrita del género noctiluca.

Estos organismos perteneceon a la clase de las dinofíceas (Dinophyceae), categoría que comparte con otro causante de mareas bioluminiscentes como la de Puerto Mosquito, Pyrodinium bahamense.

Pese a su vistosidad, los noctiluca son motivo de preocupación. Estos microorganismos están asociados a las llamadas mareas rojas, eventos en los que algas y organismos similares proliferan sin medida en un entorno causando estragos entre otras formas de vida acuáticas.

Canario en la mina. El aumento en la frecuencia con la que este fenómeno se ha dado en las costas australianas ha llamado la atención de algunos expertos. El motivo es que la aparición de estos organismos está vinculado a la temperatura del agua: a mayor temperatura, más eventos de este tipo.

Estos fenómenos son más frecuentes en primavera y verano, pero su aparición tan temprano en la primavera austral es uno de los factores que ha llamado la atención de los expertos.

Algunos expertos han asociado también las mareas bioluminiscentes con la acidificación de los mares. El motivo es que las reacciones químicas que causan la bioluminiscencia en seres como las plumas marinas (Renilla reniformis) o la luciérnaga de mar (Vargula hilgendorfii) se intensifican en entornos más acídicos.

En Xataka |

Imagen | ynes95 / Maria Antónia Sampayo, Universidade de Lisboa

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