El camuflaje de las sepias es tan brillante que hemos necesitado superordenadores para comenzar a descifrarlo

Los cromatóforos son células de la piel de estos animales encargadas de alterar su pigmentación

Corte Sepias
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Además de ser animales sorprendentemente inteligentes, las sepias son unas expertas en camuflaje. Pero cómo logran cambiar de color con facilidad y eficacia es todo un misterio. Uno que estamos un poco más cerca de desvelar.

Más complejo de lo que parece. Un nuevo estudio acaba de mostrar la complejidad del mecanismo biológico que la sepia común (Sepia officinalis) utiliza para camuflarse. Aunque el trabajo nos acerca a comprender sus técnicas, sus autores se muestran sorprendidos por esta complejidad.

El truco empleado está en unas células pigmentarias ubicadas en sus pieles llamadas cromatóforos, y de una serie de músculos que activan este mecanismo. “Estudiamos cómo los animales establecen un camuflaje observando y cuantificando el cambio en el patrón de la piel, a resolución de cromatóforos, en cientos de miles de ellos, y a lo largo del tiempo”, explica a SINC Guilles Laurent, coautor del estudio.

Dada la complejidad de estos mecanismos, los investigadores tuvieron que hacer uso de un superordenador y de redes neurales para estudiar cerca de 200.000 imágenes tomadas de la piel de estos cefalópodos.

Cromatóforos. Los cromatóforos son las células responsables de tintar o aclarar la piel de las sepias. Su color depende del tamaño de la célula y este cambia por acción de una serie de músculos del calamar, una veintena de ellos actuando sobre cada una de estas células: si el músculo se contrae el cromatóforo aumenta en diámetro, y viceversa.

Según explican los responsables del estudio, esta colección de células (alrededor de un millón por ejemplar) funciona como los píxeles de una pantalla, solo que es el tamaño el que marca el color. Esta pantalla metafórica utiliza tecnología LED, solo que los colores no son RGB sino amarillo, rojo y marrón oscuro. Los músculos son a su vez accionados por una mootoneurona, una neurona del sistema motor.

Resolución celular. Para analizar el camuflaje de estos animales, el equipo se tuvo que valer de técnicas que permitieran tomar imágenes de la piel de estos animales con resolución celular. Estas técnicas no solo fueron fotográficas, los responsables del estudio tuvieron que valerse de un superordenador operando una red neural para procesar la cantidad de información

El hallazgo, así como los detalles de la investigación,fueronpublicadosa través de un artículo en la revista Nature.

Observar y copiar. Observando la dinámica del proceso de camuflaje el equipo concluyó que las sepias realizan un rápido trabajo de prueba y error (a veces excediéndose en sus cambios), ajustando su camuflaje paso a paso hasta lograr mimetizarse con su entorno.

“Las sepias no detectan simplemente el fondo y van directas a ese patrón, sino que es probable que reciban información sobre el patrón de su piel y la usen para ajustar su camuflaje. Exactamente cómo reciben esa retroalimentación (si usan sus ojos o si tienen un sentido de cómo contraídos están los músculos alrededor de los cromatóforos) es algo que desconocemos aún” explica Theodosia Woo, coautora del estudio.

Escaldados. Los investigadores también estudiaron un peculiar patrón visual al que denominan “escaldado”. Este patrón no es una forma de camuflaje ya que no se mimetiza con su entorno: la sepia se vuelve blanca del todo.

Pulpos y calamares. Pulpos y calamares son auténticos maestros del camuflaje. Algunas especies de estos cefalópodos son capaces de engañar a potenciales presas o depredadores replicando no solo colores sino también las texturas de su entorno.

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Imagen | OIST and MPI

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