Si en tu próximo crucero logras escapar de la tentación de todo gratis y mirar al mar, puede que un drone aparezca en el horizonte. No será nadie que te espía, en principio, sino un proyecto para conocer mejor el océano, un gran incomprendido y desconocido de nuestro planeta.
La empresa Saildrone ha desarrollado un velero dron llamado Honey Badger que ya ha completado si primera misión. A este barco de casi seis metros de eslora y con capacidad de carga de 100 kg lo dejaron en la bahía de San Francisco el 1 de octubre de 2013 con una sola instrucción: llegar a Hawaii. Y muy obediente y técnicamente preparado, el drone llegó a Kaneohe un mes después, tras recorrer más de 3.300 km que separan estos emplazamientos.
Este drone acuático se vale de una vela rígida convenientemente preparada para aprovechar las rachas de viento y en su viaje hasta Hawaii marcó máximas de velocidad de hasta 25 kilómetros por hora, así como inclinaciones de hasta 75 grados sin inmutarse.
El cerebro de este cacharro es Richard Jenkins, ingeniero especializado en el mar y con un récord de mayor velocidad en un vehículo eólico (200 kilómetros por hora). Jenkins tiene previsto potenciar el uso de este drone para investigación oceánica, pero también darle salida en otros ámbitos como la vigilancia de costas o para detectar vertidos de petróleo casi en tiempo real en zonas potencialmente peligrosas como plataformas petrolíferas.
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