El uso de drones con fines militares se ha convertido en algo frecuente, pero lo que no es tan habitual es que los drones lleven un rifle integrado y disparen como si de un francotirador se tratase. TIKAD, así lo han bautizado en Duke Robotics, un contratista de defensa estadounidense, es un drone capaz de hacer las veces de francotirador, ametralladora o lanzagranadas.
El problema de los drones usados en conflictos armados es que suelen funcionar con misiles y no permiten alcanzar objetivos más pequeños sin causar daños colaterales. Por ejemplo en el caso de un conflicto urbano, usar drones de este tipo evitaría derribar edificios o causar grandes daños. Sin embargo, aunque según el fabricante estos drones pueden salvar vidas de civiles y soldados, el uso de este tipo de armas sigue generando muchas dudas y preocupación.
Drones y rifles: una combinación complicada desde el punto de vista de la ingeniería... y de la ética
La idea tras el TIKAD drone lleva gestándose desde hace tiempo, tal y como informan desde Popular Mechanics. En 2012 el ejército estadounidense intentó colocar armas de fuego como escopetas y rifles de francotirador en cuadricópteros, pero el proyecto no progresó. El principal problema de este diseño sería por un lado el peso ya que la mayoría de drones de tamaño más reducido no son capaces de levantar demasiados kilos. Pero además, aquí se enfrentan al problema del retroceso del disparo.
Al disparar, el retroceso hace que el drone sea empujado hacia atrás, haciendo que las posibilidades de acertar en el blanco en el segundo disparo sean casi nulas. Según Duke Robotics, el TIKAD cuenta con un sistema de estabilización que lo mantiene fijo en el blanco. Lo hace gracias a un cardán robótico y una serie de placas flexibles que distribuyen la fuerza del retroceso. Sin embargo, de momento no se ha probado su eficacia en entornos reales. De hecho, en las pruebas realizadas por los israelíes, los primeros compradores de TIKAD, el drone sólo consiguió estar en el aire durante cinco minutos, supuestamente por problemas de peso.
El uso de drones en conflictos bélicos no ha estado exento de polémica y estos nuevos modelos, aunque en teoría no causan tantos daños y están pensados para usarse de forma remota, suponen un paso más cerca de ser dispositivos autónomos.
Noel Sharkey, miembro del Comité Internacional de Control de Armas Robóticas, asegura que estos drones son mucho más fáciles de manejar y destaca el peligro que esto conlleva. "Hemos visto demasiados errores (...) Hay quien dice que no es diferente a enviar soldados, pero eso requiere mucha planificación y recursos, además de arriesgar vidas humanas. Ese hecho es un inhibidor que se relaja con los drones. El TIKAD todavía aumenta más esa flexibilidad y es mucho más barato, poniendo menos trabas a un posible ataque".
Vía | Business Insider
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