'Tron' merecía un Oscar por sus revolucionarios efectos. Pero en la Academia pensaron que usar ordenadores era "trampa"

En 1983 estuvieron nominadas 'E.T.', 'Poltergeist' y 'Blade Runner', pero la Academia ninguneó el CGI de 'Tron'

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El papel fundacional de 'Tron' en la historia del cine a nivel visual es absolutamente indiscutible. En 1982 el papel de los efectos por ordenador en las películas era absolutamente nulo, hasta el punto que la inspiración de Steven Lisberger para crear la estética y los efectos de la película no fue el cine, sino los videojuegos. Se trató de un proceso extremadamente meticuloso y que llevó a reinventar soluciones artesanales (filmar a los actores y escenarios en blanco y negro) para luego añadir los brillantes colores de neón que caracterizaban a la película.

Y todo para recrear el interior de un ordenador, lo que llevó a la participación de varias empresas de efectos especiales, cada una ocupándose de un aspecto de la película: Magi Synthavision creó las motos, los tanques y las inmensas torres de reconocimiento; Triple-I se dedicó expresamente al villano, el Control Central; y RA&A se centró en los escenarios casi desérticos del interior de la máquina. Y todo para 15 minutos de CGI que, aún así, eran el triple de los que había en 'Terminator 2', casi una década después.

Esto llevó a que el tiempo necesario para renderizar y plasmar en pantalla los trucajes fuera extraordinario. Un solo fotograma podía llevar diez minutos de renderizado, y aún así todo el esfuerzo que se volcó en ella no obtuvo el reconocimiento esperado: la crítica reaccionó con cierta frialdad a la atrevida estética de la película, y la Academia no la premió con un Oscar a los Efectos especiales.

En 1983 los nominados a los Efectos especiales fueron pesos pesados como 'E.T. el extraterrestre' (que ganó), 'Poltergeist' y 'Blade Runner', pero tal y como el director  de 'Tron' Steven Lisberger declaró en una entrevista, no hubo justicia para su fundacional película, ya que la Academia ninguneó los efectos digitales: "Hicimos todos esos efectos en unos siete meses, lo que incluía inventar las técnicas. La Academia pensó que habíamos hecho trampa usando ordenadores". Habría que esperar a 1985 para que un efecto digital fuera nominado a un Oscar, en 'El secreto de la pirámide'. Finalmente, lo ganó 'The Abyss' en 1989.

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