Michael Ende odió hasta su muerte la primera película de 'La historia interminable': "Una orgía kitsch en toda regla"

Ni los diseños de Fantasía, ni los cambios en la historia convencieron ni remotamente al autor de la novela original

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Ahora que 'La historia interminable' va a ser adaptada de nuevo, después de una batalla por licenciar los derechos que se remontan a hace diez años, cuando Kennedy/Marshall Company y Appian Way Productions (propiedad de Leonardo DiCaprio) querían adaptar la película, es el momento de desempolvar la primera película. El motivo de estas dificultades para ser adaptada de nuevo se basan en que Ende odiaba la versión de 1984 y prohibió que se hicieran sucesivas adaptaciones.

El libro, publicado en 1979, fue como todos sabemos adaptado a medias en la película dirigida por Wolfgang Petersen. Literalmente a medias: la segunda mitad del libro, mucho más oscura que la primera, y en la que Bastian entraba en el libro para salvar Fantasía e iba olvidando poco a poco su identidad como habitante de su realidad de origen, fue ignorada. La película quedó como una mera aventura infantil, con cuyos diseños y escenarios, además, Ende no quedó nada contento. Entre otras cosas, porque el libro, convertido en superventas (vendió un millón de ejemplares en Alemania y se tradujo en su momento a 27 idiomas), se licenció en aquel momento por solo 50.000 dólares.

Originariamente, Ende debería haber coescrito el guión en compañía de Petersen, y ahí empezaron las diferencias en dos visiones opuestas: Ende no quería aceptar que el libro debía ser comprimido para entrar en una película de dos horas. En una historia oral que publicó Entertainment Weekly, Petersen decía que "la historia era sagrada para él (...). Mientras intentaba trabajar con él en el guion, era difícil hacer cambios. Si necesitaba recortar algo, él no lo entendía. Había muchas cosas que en aquel momento no podíamos hacer técnicamente. Quizá hoy sería diferente".

Al final, el desencuentro fue insalvable: "Escribí la versión final del guion junto con Herman Weigel y no con él. Se lo enviamos y lo detestó. Le dijimos que no nos importaba y que eso era lo que íbamos a rodar. Más tarde, se enfadó tanto que quiso llevarnos a los tribunales, si no recuerdo mal. Quería ir a los tribunales para detener la película, pero no lo consiguió, por supuesto. No se puede ver una novela convertida en película y pensar que no habrá cambios". Ende no llegó a ver el guión final hasta cinco días antes del estreno.

Pero... ¿qué le pasa a la película?

No es extraño que Ende no quedara satisfecho: el film de Petersen, pese a su generoso presupuesto de 25 millones de dólares (el más alto de la historia del cine alemán) carece de todo el brillo y la desbordante imaginación de la película original, y escenas tan apasionantes como la de la puerta de las esfinges se banalizan tremendamente. Los diseños de los habitantes de Fantasía (con la posible excepcion del Comerrocas) están muy poco inspirados.

Y , por supuesto, al impedir que Bastian sacrifique parte de sí mismo para reconstruir Fantasía, se traiciona de lleno el mensaje de la novela. Como decía Ende, "cambiaron el sentido completo de la historia. Fantasía reaparece sin la fuerza creativa de Bastian. Esa era, para mí, la esencia del libro" Resultado: Ende soltó pestes de la película desde el mismo estreno. Llamó a 'La historia interminable' "una película repulsiva", y denunció a la productora para que retiraran su nombre de los créditos. Afirmaba que "los responsables de la película no entendieron nada del libro. Solo les interesaba el dinero".

Sin duda, la más popular avalancha de insultos que profirió Ende hacia la película está en el vídeo que tienes sobre estas líneas. En él dice que "lo que hay de Fantasía en la película apenas supera el nivel de un club nocturno del montón. Al interior de la Torre de Marfil solo le falta la bola de espejitos en el techo y un grupo de go-gós". Y se ensaña también con las esfinges, que describe como "una especie de strippers de tetas grandes en pleno desierto".

Un desencuentro inevitable entre la imaginativa obra de Ende y esta "orgía kitsch en toda regla", como dice en el vídeo. Aunque las dudas sobrevuelan la producción (salvo que se convierta en una serie, sigue siendo igual de imposible a como lo fue en los ochenta el abarcar toda la extensión de la obra original), los fans de la novela esperan, con cierta cautela, que esta vez la adaptación sea algo más consistente. Fantasía lo merece.

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