El submarino español S-80 está persiguiendo contratos en todo el mundo. Países Bajos y Suecia quieren impedirlo a toda costa

  • Saab intenta pisar varios de los contratos que persigue España con su submarino S-80

  • Canadá tiene 40,5 mil millones para gastar, siendo un objetivo de lo más jugoso para los constructores de naves

Navantia S-80
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La empresa española Navantia tiene una actividad dedicada a la construcción naval y es una de las principales constructoras de naves no sólo de España, sino de Europa. Algunas de las fragatas y buques más importantes de la Armada son obra suya, pero estos últimos años han tenido un quebradero de cabeza: los submarinos de clase S-80, con el Isaac Peral como estrella absoluta.

Tras millones de euros por encima del presupuesto y diez años de retraso, el S-81 Isaac Peral por fin surca las aguas y el objetivo de Navantia es el de conseguir contratos con otros países para ofrecer su experiencia. Están bien posicionados en un acuerdo con India, pero cuando ahora miraban a Canadá, resulta que Suecia y Países Bajos se han puesto en la línea de tiro. Ambos países han firmado un acuerdo para exportar sus submarinos Saab-Damen y Canadá es un jugoso objetivo.

Los S-80, el dolor de cabeza y orgullo de Navantia

Conseguir estos contratos es de suma importancia tanto para las empresas implicadas como, al final, para los diferentes países. Refuerza las relaciones internacionales, supone que se mantienen cientos de puestos de trabajo y, además, estamos hablando de miles de millones de euros en juego.

Estaba previsto que Navantia entregara la primera unidad de las cuatro previstas de los S-80 en 2013, tras un contrato de 1.800 millones de euros. Se retrasó debido a un problema que hacía que los submarinos pesaran más, comprometiendo su rendimiento, por lo que se fijó un aumento de presupuesto de entre 1.500 y 1.800 millones para entregarlo en 2018.

Volvieron a retrasarse, el techo de presupuesto subió hasta casi los 4.000 millones y, al final, entró en servicio en noviembre de 2023. Fue una odisea, pero al final salió bien y, ahora, Navantia está buscando exportar su experiencia a otros países. El contrato con India sería muy lucrativo, ya que está prevista la entrega de seis submarinos por unos 4.800 millones de euros más otro contrato de una cuantía similar para dar soporte durante 30 años.

India está inmersa en un rejuvenecimiento de su potencia militar, incluso haciendo demostraciones de fuerza de sus portaaviones, y es un contrato muy importante. Los S-80 son submarinos interesantes porque, a pesar de que aún no cuentan con el sistema de propulsión AIP (se actualizarán más adelante para incorporarlo y los primeros que saldrán del astillero con el Sistema de Propulsión Anaeróbica serán los S-83 y S-84), son una colaboración entre tecnologías españolas, británicas y estadounidenses.

Navantia S-80 Un S-80 por dentro

Están preparados para las operaciones actuales y países como Colombia o Canadá, aparte de India, han mostrado interés en adquirirlos. Sin embargo, la guerra con Suecia y Países Bajos ha comenzado.

El contraataque del Expeditionary C-71 modular

Los A26 de Saab son algunos de los submarinos más avanzados del mundo. Cuentan con un diseño modular que permite que se actualicen sus sistemas y módulos para tecnologías futuras y desde Saab se están esforzando por dar a conocer estas naves entre las Armadas de todo el mundo.

Han hecho demostraciones en eventos navales en países como Chile y, de hecho, también quieren los contratos con Colombia que persigue Navantia con su S-80. Canadá es otro de los países que está en el punto de mira y los CEO de Damen Shipyard y Saab han firmado un acuerdo para exportar el Expeditionary C-71.

El C-71 es un submarino de largo alcance que está basado en la tecnología de los A27, y ambas empresas están desarrollando el submarino para sustituir a los clase Walrus de la Marina Real de Países Bajos. En esta clase se mantiene ese diseño modular de los A26, por lo que también se trata de naves de última generación.

Como decimos, Canadá será uno de los objetivos de este Expeditionary C-71, que seguramente tendrá que combatir contra los S-80 españoles en las mesas de contratos de aquellos países que, actualmente, están buscando modernizar y reforzar su potencia naval. Que se lo digan a Rusia o a Estados Unidos.

El país norteamericano está buscando sustituir sus actuales submarinos diésel-eléctricos clase Victoria para adquirir naves de próxima generación. De hecho, parece que en el programa está previsto adquirir hasta 12 submarinos por un total de 40,5 mil millones de euros. Conseguir un contrato tan lucrativo es algo extremadamente jugoso y ahora sólo queda comprobar si los S-80 españoles pueden posicionarse mejor que los C-71 en esta particular batalla en los despachos.

Imágenes | Ruben Somonte/MDE (Flickr)

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Actualizado: corregida la errata en la entradilla al hablar del presupuesto de Canadá para modernizar su flota y actualización del titular.

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