El éxito de 'Fenómenas' apunta a un filón que Netflix ya está explotando: España y su historia-ficción

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Con solo una semana en la plataforma, 'Fenómenas' se ha convertido en una de las sorpresas más notorias de las recientes producciones españolas de Netflix. Ha entrado en el quinto puesto de la lista global de películas en habla no inglesa más vistas de la plataforma, con 4.870.000 horas. Y por supuesto, está en el Top de lo más visto en España, como tercera película más vista esta semana. Y su éxito puede dar algunas lecciones sobre lo que puede pretender Netflix para un futuro.

Algunos fenómenos. La película nos habla acerca de la creación y algunos casos del Grupo Hepta, un grupo de investigación paranormal en el que participaban especialmente varias mujeres, y que se vio envuelto en algunos eventos de difícil explicación. Especialmente notable fue el de una tienda de antigüedades donde sucedían todo tipo de fenómenos que escapaban a la razón.

Uno de los grandes atractivos de la serie es su reparto, primordialmente femenino, y donde destacan, entre otras, Belén Rueda, Gracia Olayo, Toni Acosta, Emilio Gutiérrez Caba, Ivan Massagué o Miren Ibarguren. Además, a los mandos está Carlos Therón, responsable de éxitos de la comedia reciente como 'Operación Camarón', 'Lo dejo cuando quiera', 'Es por tu bien' o 'Fuga de cerebros 2'. Sin embargo, hay un atractivo extra para la serie: el grupo Hepta existió (y existe) realmente.

Heptafenomenal. El grupo Hepta fue fundado a finales de los ochenta por el famoso y mediático padre Pilón y comandado por tres mujeres. 'Fenómenas' retrata el caso más notorio al que se tuvieron que enfrentar estas investigadoras castizas, a finales de los noventa. De hecho, la película no reniega en ningún momento de su inspiración genuina: una de las mujeres en las que se basan las protagonistas, Paloma Navarrete, murió en 2022, y la película de Netflix está dedicada a su memoria. Además, entre las promociones que ha llevado a cabo la plataforma está un curioso vídeo en la que las dos supervivientes comparan los casos reales con lo que vemos en la película.

Buena parte del encanto de la película y quizás responsable en buena medida del éxito es el transparente costumbrismo que respira: de los escenarios que rebosan catolicismo rancio al cardado de Belén Rueda, el grupo Hepta es la cara más simpática de la España negra, y como tal, está a un paso del folk horror ibérico. Netflix ha descubierto que la historia secreta de nuestro país es atractiva para el gran público.

España como surtidor de temas. Es habitual cuando la plataforma desembarca en un país que comience a producir ficciones ambientadas en ese entorno. Le asegura producciones reconocibles y un público que de inmediato va a responder positivamente: por ejemplo, nada más llegar a España lanzó 'Las chicas del cable'. Desde entonces se han sucedido series, muchas de ellas ambientadas en la España actual y de corte más o menos realista, como 'La chica de nieve', 'Élite', 'Intimidad', 'El inocente', 'Los favoritos de Midas' o 'Machos alfa'.

Sin embargo, también ha experimentado con otros géneros, de la acción de corte tarantiniano ('Sky Rojo') a los thrillers con proyección internacional (cuando arrancó su etapa en 'La casa de papel') o las distopías juveniles ambientadas en España como podrían estar ambientadas en cualquier otro lugar, como 'Bienvenidos a Edén'. Son solo algunos de los muchos ejemplos que destacan en una plataforma que, como demostró con la ampliación de su centro de producción cerca de Madrid, sabe que le conviene apoyar la producción nacional.

El secreto de lo cañí. Está claro que "lo español" interesa a Netflix, pero hay una vibración muy particular de esa españolidad que quizás la plataforma pudiera estar interesada en explotar. Independientemente de sus valores como versión patria de 'Los Cazafantasmas', hay algo del mítico 'Celtiberia Show' de Carandell en la película, y Netflix ha sabido vibrar en esa sintonía en muy pocas ocasiones. Paradójicamente, lo hizo en una de sus primeras producciones españolas, la mencionada 'Las chicas del cable', pero en una línea muchísimo más seria y rigurosa. También lo hizo en la fallida 'Feria' y en la gloriosa 'Paquita Salas', aunque en ambos casos la ambientación nos escamoteaba, o bien bañaba de ironía en el caso de Paquita, la laca, el gotelé, los crucifijos y las mesas camillas.

Pero todo eso son elementos de la historia de España más reciente, una que está llena de historias que contar en sus rincones más oscuros. De los años más tenebrosos de la dictadura a la altamente desmitificable Transición, pasando por este cambio de siglo que retrata 'Fenómenas' y donde empezaron a gestarse todos los barros que nos llevaron a estos lodos. El público está más que preparado para ver retratado el pasado de España, sea en comedias camufladas de 'Los Cazafantasmas' ibéricos o no. Y Netflix ya ha comprobado que hay ahí potenciales éxitos.

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