Vodafone ha anunciado hoy lo que ya anticipó la inscripción de su filial 'Vodafone Energía' en el Registro Mercantil hace unos meses: la operadora británica entra en el sector energético para comercializar electricidad, y además, en este caso, 100% renovable y a precio de mercado según ha anunciado la teleco, cuya nueva Tarifa Luz llega variable y con discriminación horaria, contratable a partir de otoño.
Este movimiento no sorprende. El sector de las telecos ha ido llenándose de propuestas similares: Pepephone abrió la lata con el lanzamiento de PepeEnergy en 2015, MásMóvil compró Lucera para lanzar su filial energética, Yoigo anunció EnergyGO y Telefónica se alió con Repsol para hacer lo propio, aunque orientado al uso de placas solares, también para empresas.
Cuestión de fricción
No solo no sorprende que una teleco ofrezca energía, sino que ya es costumbre que una teleco ofrezca cada vez más servicios que no tienen nada que ver con las telecomunicaciones. Aunque el argumento oficial suele hablar de ofrecer un "valor añadido" al cliente, y no es falso, el movimiento tiene más que ver con consolidar su base de clientes añadiendo mucha fricción a un proceso de portabilidad.
Las portabilidades de móvil son casi viscerales, su proceso es rápido y no tienen demasiada fricción. Y la que tienen es muy asumible a cambio de arañar unos euros mes a mes o conseguir muchos más gigas al mismo precio.
Las portabilidades de fibra ya no son tan rápidas: requieren de una mayor reflexión y de superar una cierta pereza, así como de dejar pasar al instalador a casa y estar pendiente durante todo ese rato hasta que el LED del router se ponga verde.
La fricción de las segundas ayudó a frenar las primeras cuando comenzó la tendencia de la convergencia hace diez años, con Movistar Fusión, ahora reformulada como 'Mi Movistar'. No fue ese el principal motivo para subirse al carro de paquetizar tarifas, pero sí se convirtió en una consecuencia deseable, algo que mencionó Manuel Hernández, CEO de Finetwork, en una entrevista con Xataka de finales de 2021.
En los últimos años, las medidas para subir el ticket promedio y de paso complicar fugas de clientes han ido encaminadas a acumular servicios satelitales en torno a una misma factura. Tanto mediante alianzas con empresas de otros sectores como integrando OTTs (las que hasta hace cuatro días eran vistas por algunos referentes del sector como el enemigo).
Y de muchos socios
Ya no se trata solo de construir servicios propios con producciones originales o compras de derechos deportivos, también se añade lo que viene de fuera. Unos ejemplos de las principales operadoras:
- Movistar: Netflix, Disney+, DAZN, Xbox Game Pass, Movistar Salud (servicio prestado por Teladoc), Prosegur Alarmas, Movistar Money (préstamos personales), Movistar Cloud, Conexión Segura, Telefónica Seguros...
- Vodafone: V-Home, Vodafone Care, servicios IoT, HBO Max, Securitas Direct...
- Orange: Orange Bank, Seguro Móvil, Smart Home, Orange Seguros, Netflix, Amazon Prime...
- Grupo Másmóvil: Agile TV, MoneyGO, EnergyGO, HomeGO, SafeGO, DoctorGO, PepeEnergy, MásMóvil Energía...
Cualquier posible añadido futuro que tenga un mínimo sentido para engordar la factura mensual con más servicios y suscripciones será añadido por una o varias en los próximos años, desde una tarifa plana de asistencia jurídica hasta un enfoque más agresivo en los seguros o una gestoría online que incluya los servicios básicos para autónomos y microempresas.
La pereza, el séptimo pecado capital, es el mejor aliado de las telecos para paquetizar servicios y retener clientes, ya blindados ante una portabilidad impulsiva
Si da pereza tramitar una portabilidad de fibra, mucha más la da cambiar de una tacada de proveedor de siete servicios diferentes. Además de que difícilmente recibiremos facilidades para ello. Los socios que lleguen reciben además una exposición muy grande a sus servicios, aunque sea a costa de ingresos por clientes de teleco muy ajustados.
Para los que no quieren ni escuchar hablar de estas propuestas satelitales, a menudo quedan también las marcas secundarias de las grandes operadoras. Caso de Telefónica y O2 o Vodafone y Lowi, por dar dos ejemplos, que se mantienen enfocadas en tarifas muy competitivas, sin necesidad de llegar al ultra low-cost, y libres de servicios asociados. A menudo las propias operadoras hablan de derivar hacia las principales hacia quienes quieren una experiencia "más premium", paradójicamente en ocasiones el valor añadido está en no recibir propuestas por teléfono o adornando la web donde consultar la factura. Cuestión de gustos.
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