La carrera por la IA está redefiniendo el panorama tecnológica: el poder de las grandes empresas se está consolidando. Mientras, las startups que soñaban con revolucionar el mercado se van quedando atrás.
📌 Por qué es importante. La IA tiene el potencial para ser la tecnología más transformadora de la próxima década, pero su desarrollo requiere unos recursos que muy pocos pueden permitirse.
🖼️ La panorámica. Las inversiones multimillonarias que requiere el entrenamiento de grandes modelos de lenguaje y otros productos basados en IA están creando una brecha complicada de superar. Las startups necesitan muchísimo capital para mantenerse en esa carrera, como plantea Bloomberg.
📊 En cifras:
- OpenAI está disparando su gasto y necesita urgentemente una ronda de financiación que la valorará en 100.000 millones de dólares.
- Google lleva invertidos más de 100.000 millones en IA en estos últimos años, según dijo Dennis Hassabis, de DeepMind.
- El coste de entrenar los modelos de IA más avanzados llegará a entre 5.000 y 10.000 millones de dólares en 2026, según anticipó Dario Amodei, de Anthropic.
📂 El contexto. Es una dinámica que nos recuerda a las guerras del VTC de la pasada década: solo Uber y Lyft fueron capaces de mantener unas enormes inversiones que el resto de startups no pudo igualar.
La diferencia es que esta vez los costes de la IA son aún más altos.
🔦 En detalle:
- Barrera de entrada prohibitiva. El desarrollo de modelos de IA avanzados requiere enormes cantidades de datos, potencia de cálculo, energía e infraestructura. Solo empresas gigantes pueden permitirse estas inversiones.
- Rentabilidad incierta. Quienes ponen la infraestructura, como NVIDIA (chips) o Microsoft (nube) ya consiguen beneficios la rentabilidad de los productos finales basados en IA está aún por demostrar. Son útiles, pero está por ver qué volumen de negocio y rentabilidad son capaces de lograr.
- Regulación favorable a los gigantes. Las normativas, como la de la UE, crean barreras burocráticas que dejan en manos de quienes más recursos tienen la capacidad para sortearlas. La UE planificó ventanillas únicas nacionales para estos asuntos, pero sigue siendo un tedio.
- Talento que vuelve al redil. Ya hay casos de emprendedores destacados en IA que están regresando al mundo de la gran empresa, como Mustafa Suleyman o Noam Shaazer.
🔎 Entre líneas. Antonio Ortiz en Error 500 sobre este tema:
El relato habitual es que la innovación tecnológica es la oportunidad de los pequeños de desafiar a los grandes establecidos. La famosa “disrupción”, por la que una startup ágil, arriesgada, sin burocracia y sin una posición de mercado que defender se hace un hueco y desplaza a la corporación anquilosada y refrectaria al cambio.
Con la inteligencia artificial, cada vez estoy más convencido, va a suceder lo contrario.
🔮 Y ahora qué. El futuro de la innovación en IA va quedando en manos de más grandes empresas con recursos casi ilimitados y menos proyectos independientes.
- Meta, Alphabet y Microsoft siguen invirtiendo de forma agresiva en centros de datos, servidores e incluso sus propios chips especializados.
- Startups como OpenAI, Anthropic y xAI han logrado grandes recaudaciones, pero son las excepciones.
- Otras startups están siendo absorbidas o viendo cómo sus líderes se marchan hacia las grandes tecnológicas.
💸 En resumen. La era de las aplicaciones móviles nos trajo ejemplos de que era posible crear grandes negocios a partir de una mínima inversión en desarrolladores con ingenio y talento.
La era de la IA anula ese principio: hace falta un enorme gasto de retorno aún incierto como para poder plantar cara a los grandes. Sin una inversión descomunal en datos, servidores, chips y energía, no hay tecnologías propias.
Imagen destacada | Alexey Komissarov en Unsplash
En Xataka | Canva cuadruplica el precio en una de sus suscripciones porque según ellos la IA lo vale
Ver 6 comentarios