Este robot tiene uno de los mayores retos en la actualidad: acabar con la plaga de medusas

Este robot tiene uno de los mayores retos en la actualidad: acabar con la plaga de medusas
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Aunque muchas de ellas son extremadamente bellas, en áreas playeras (qué os voy a contar si vivo en Murcia) la plaga de medusas en temporada veraniega es una pesadilla para bañistas, pescadores y autoridades. Cada año, en la zona mediterránea se atienden unos 150.000 casos de picaduras de estos animales. Pero en otras zonas como Filipinas, donde se encuentra una de las especies más venenosas, el peaje es de entre 20 y 40 muertes al año.

En otras zonas la pesadilla con estas grandes plagas afectan a centrales nucleares, granjas de ciertas especies de peces o plantas desalinizadoras.

Los sistemas usados hasta ahora se limitaban a tratar de controlar la población y sobre todo, evitar que llegaran a zonas de baño mediante barreras más o menos eficientes. En Corea, desde 2012 prueban una solución que puede ser un terror para las medusas, pero en todo el sentido de la palabra.

Un problema para muchos ecosistemas

Aunque se tiende a pensar que el principal problema asociado a la plaga de medusas es el turismo, hay otros entornos donde el desequilibrio provocado muchas veces por el hombre ha provocado la proliferación de grandes bancos de medusas que afectan a centrales nucleares, granjas de ciertas especies de peces o plantas desalinizadoras.

La pesadilla con estas grandes plagas se ha cebado especialmente en 45 ecosistemas concretos desde 1950. Además, la intensidad de las plagas ha ido in crescendo tanto en número de unidades como en voracidad con los ecosistemas por los que pasan. El pasado verano, en el mediterráneo, una gran plaga se hizo dueña de unos 300 kilómetros de la costa.

Pero el mayor problema actualmente es que no se sabe cómo parar la proliferación de su población. Tanto la pesca intensiva como la contaminación, justo lo que está ocurriendo en muchas zonas del planeta, es beneficiosa para que la medusa prolifere, al necesitar menos oxígeno.

Un robot para tratar de eliminarlas

Los sistemas usados hasta ahora se limitaban a tratar de controlar la población y sobre todo, evitar que llegaran a zonas de baño mediante barreras más o menos eficientes. En Corea, desde 2012 prueban una solución que puede ser un terror para las medusas, pero en todo el sentido de la palabra.

El sistema se llama Jellyfish Elimination Robotic Swarm, y lo de "eliminador" es muy real. Por medio de un vehículo autónomo y movilidad de 360 grados que patrulla por la zona a controlar, el sistema detecta la presencia de una de ellas y se dirige inmediatamente a su encuentro.

Una vez junto a ella, hace uso de las propias aspas para desmenuzarlas hasta hacerlas casi papilla. Este JEROS es capaz de destrozar a un ritmo de 6.000 medusas por hora.

Es sistema lógicamente es indiscriminado, se limita a destrozar y será muy complicado que se establezca como sistema de control de plagas de forma efectiva.

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