Andrés (nombre ficticio) se mudó de ciudad hace un año. Antes había trabajado durante mucho tiempo como pintor y decidió retomar esta profesión en su nuevo destino como una forma de obtener ingresos. No tenía muchos contactos en la ciudad ni una cartera de clientes. “Puedes mirar en Cronoshare o en Habitissimo”, le recomendó un conocido. Accedió primero a Cronoshare y vio que si quería buscar clientes tenía que pagar. Decidió intentarlo. Pagó 19,95 por hacerse con 141 “cronos” que le permitirían entrar en contacto con gente que necesitase pintores.
Para conseguir el número de teléfono de una familia que necesitase pintar una habitación pequeña, le hizo falta pagar 60 cronos. Al realizar el pago, sobre la plataforma, el profesional también tiene que hacer una especie de oferta sobre lo que cobra por ese servicio que puede llevar a cabo.
Andrés echó varios ofertas hasta agotar sus "cronos". Si el ciente rechaza la oferta, la plataforma devuelve al profesional una parte de estos, pero no su totalidad.
Una de las clientas a las que contactó Andrés se interesó por su trabajo y le dijo que pasase un día por su casa para conocerse. Eso hizo, él le contó su experiencia profesional y lo que le cobraría por pintar la habitación y dejarla limpia. Al día siguiente la clienta protencial lo llamó para decirle que tenía un vecino que le hacía el trabajo q más barato. Dijo, siendo sincera, que había querido usar la plataforma de Cronoshare para ver si encontraba un pintor más barato, pero como no fue el caso, decidió quedarse con el que ya conocía.
Al final de todo, Andrés cuenta que desistió. Se gastó 19,95 euros en cronos y nunca llegó a trabajar a través de esta plataforma.
Por otro lado, Amín cuenta cómo, tras contactar a una clienta esta le dijo que ya no necesita profesionales, que ya ha pintado su casa. Sin embargo, la oferta se mantuvo vigente durante las siguientes semanas. Amín decidió enviar una queja al departamento de administración de la plataforma de Internet para decirles que eso supondría que los profesionales en Cronoshare corrían la suerte de ir gastando "cronos" en tratar de conseguir un posible trabajo que no existe.
Al fin y al cabo, el anuncio se mantenía solo online porque la usuaria no había indicado en la web que su problema ya estaba solucionado. "Si pagamos por un servicio para conseguir clientes, asumo que la web tiene que encargarse de garantizar que todos los anuncios que están online siguen vigentes", opina Amín.
En España hay otras plataformas con condiciones similares. Habitíssimo es otra. Para poder acceder a clientes también hay que pagar. Hay tres opciones. El plan básico asciende a 19,95 euros al mes y el pago debe ser trimestral. En ese caso la visiblidad frente a posibles clientes es reducida (es decir, estos profesionales aparecerán en la lista tras los usuarios que paguen alguno de los planes Premium que hay), hay soporte teléfonico y por mail, además de un acceso "limitado" al gestor para crear presupuestos.
El plan Premium tiene un coste de 39,99 euros al mes y el Premium Plus asciende a 79,99 euros.
Jesús fue quien comunicó a Andrés que existía esta posibilidad. Y para él la experiencia sí es positiva. Él hace tabajos de forma puntual a través de alguna de estas dos plataformas. Tiene su propio proyecto en el que está centrado, pero para financiar los costes iniciales que le supone, de vez en cuando busca clientes por Habitissimo y por Cronoshare que necesiten reparar fachadas de su hogar o crear muros y paredes. Ha hecho diferentes trabajos gracias a los contactos conseguidos de este modo.
Upwork: pagar un 20% del servicio más unas conexiones iniciales
Upwork es otro ejemplo de estas maneras de interacción entre trabajadores y empresas. Esta plataforma está destinada a periodistas, expertos en marketing, programadores informáticos o vendedores online, entre las profesiones más comunes.
La plataforma se lleva un 20% de los ingresos de cada proyecto que un trabajador haga. Si un profesional se hace con un cliente fijo con el que llega a ingresar más dinero, la plataforma se quedará con el 10% del dinero después de los primeros 500 dólares conseguidos a través de un solo cliente. Si un freelance llega hasta los 10 mil dólares dentro de Upwork con un mismo cliente, la comisión que se lleva la web de los ingresos con ese cliente a partir de ahí es del 5%. Además de eso el trabajador tiene que pagar, obviamente, los impuestos propios de su país. Y además, pagar, antes de trabajar, por poder aspirar a una oferta de trabajo.
Andrea Barragán es periodista independiente. “Comencé en 2012 a usar esta web. Cuando descubrí Upwork ví que concentraba muchos posibles clientes dentro de la misma plataforma. Comencé con pequeños artículos “muy mal pagados” con el objetivo de que me fueran dejando referencias y así poder tener un perfil completo de cara a nuevos clientes. Con esas opiniones positivas de otros clientes sería más fácil conseguir nuevos proyectos” y así fue.
Al menos durante unos años. Ella misma cuenta que “con el paso del tiempo cada vez más y más personas de España comenzaron a apuntarse y eso lleva a que cueste destacar dentro de la plataforma. La competencia de redactores es enorme”. Otra de las novedades que llegó con el paso de los años fue la necesidad de pagar antes de conseguir un cliente.
Para contactar con nuevos clientes necesitas lo que en Upwork se llama “connects”. “Cuando empecé te daban muchos "connects" y cada mes se renovaban, para mí eran suficientes y nunca necesité comprar más de los que ya me daban para conectar a nuevas ofertas de clientes”. “Valoré la posibilidad de hacerme Premium a ver si en ese caso se quedaban con una comisión menor, pero ví que se quedaban con el mismo porcentaje, así que nunca llegué a hacerme usuaria Premium”.
A pesar del coste de la plataforma, para Andrea Barragán es positivo contar con Upwork. Le ayudó a arrancar cuando empezó su carrera profesional y la ayuda a remontar en los momentos en los que está escasa de trabajo a través de otras plataformas: "En todos estos años, calculo que el 90% de mis clientes los conseguí a través de Upwork". Para ella "es un punto de encuentro eficaz entre un profesional independiente y un cliente".
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