Tesla ha desbloqueado Actually Smart Summon (ASS) en Europa. Anunciado por la cuenta de X de Tesla Europa y Medio Este, la compañía ha confirmado que los vehículos de la compañía tienen disponible esta función propia de un vehículo autónomo, ahondando en las capacidades del vehículo.
Esta función, estaba ya disponible en Estados Unidos desde septiembre y ahora ha sido implementada en Europa con importantes restricciones. Cuando el dueño de un Tesla activa el ASS por la aplicación del móvil, el vehículo estacionado abandona por sí mismo el hueco donde quedó aparcado y circula hasta encontrar a su dueño.
La compañía, eso sí, recomendaba no utilizar el sistema en la vía pública pero tecnológicamente el coche es capaz de reconocer el entorno y adaptar su funcionamiento a los posibles imprevistos que se puede encontrar a su paso. Si quieres ver más detalles, puedes verlo en este vídeo de la cuenta de Tesla en X.
Sin embargo, el uso que podrán darle los usuarios en Estados Unidos y los de Europa será radicalmente diferente. Allí, el usuario puede marcar la recogida en el lugar donde se encuentra o señalizar un lugar en el mapa. El vehículo maniobrará hasta llegar a él siempre y cuando se encuentre en un radio de acción de 65 metros.
En Europa también está disponible la opción... siempre y cuando el conductor se encuentre a menos de seis metros.
Chocando con las regulaciones del coche autónomo
Es decir, Tesla ha tenido que capar las capacidades de su ASS para poder adaptarse a las regulaciones europeas y poder entregar lo que muchas otras compañías ya ofrecen: un coche que aparca y desaparca solo.
Entre los rivales, KIA o BMW, por poner dos ejemplos, son capaces de ponerse en marcha y realizar estos movimientos. De hecho, desde hace un lustro los vehículos de los germanos son capaces de memorizar nuestros movimientos y desandar los últimos 50 metros recorridos marcha atrás.
El escollo para Tesla ha sido, evidentemente, la regulación europea. Éste se encuentra a (viene nombre kilométrico) Reglamento nº 79 de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE). Prescripciones uniformes relativas a la homologación de vehículos por lo que respecta al mecanismo de dirección [2018/1947].
En dicho documento se especifica que el estacionamiento por control remoto no puede superar, en ningún caso, los seis metros y que de superarse el coche se detendrá automáticamente cuando detecte que el dispositivo de control que envía la orden (el teléfono móvil) se encuentra a más de seis metros de distancia.
Las restricciones entre normativas ofrecen un claro ejemplo de las dificultades que se está encontrando Tesla a la hora de traer sus sistemas de conducción semiautónoma más avanzados a Europa. En Estados Unidos el Full Self Driving (FSD), que permite circular sin manos pero manteniendo la atención en la carretera, puede ser utilizado hasta en calles residenciales.
En Europa, sin embargo, sólo con Ford BlueCruise se puede circular por carreteras previamente mapeadas sin tocar el aro del volante. También tenemos disponible la autonomía total en Mercedes pero, en este caso, las opciones son todavía más restringidas porque no necesita de la atención del conductor pero tampoco puede superar los 60 km/h.
De momento, Tesla no ha retrasado sus planes que pasan por traer el FSD a Europa en el primer trimestre de 2025. Mi compañero Javier Pastor ya anticipaba en Xataka que Tesla tendrá que hacer algunas concesiones en nuestro continente si quiere poner el sistema de conducción autónoma (supervisado) en la calle.
Con todo, ampliar las funciones de ayuda a la conducción es clave para Tesla. En estos momentos, suscribirse al sistema FSD cuesta 99 dólares/mes. Otra opción es hacerse con él de forma permanente, para lo que Tesla pide 8.000 dólares. Es una entrada de dinero clave para la compañía quien hace tiempo que enfoca gran parte de su negocio más allá de la venta de coches.
De hecho, Tesla ya permite elegir en su configurador las opciones más avanzadas del Autopilot. Es el paquete con el que, presumiblemente, deberían llegar las funciones FSD. Su precio: 7.500 euros.
Y, además, le puede servir para recabar datos clave para sus futuros proyectos de coches autónomos.
Foto | Tesla
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